Es éste un debate al que la industria no le quita ojo. Y con razón. Porque, de la misma manera, buena parte de las miradas están puestas en las compañías.
| 2019-12-05T16:59:43+01:00 h |

Madrid es estos días epicentro de todas las miradas que urgen a una acción climática decidida que incluya a todos los actores de todos los sectores. El sector farmacéutico incluido, tal y como ha recordado el Parlamento Europeo en el inicio del debate de la estrategia propuesta por la Comisión Europea en relación a los productos farmacéuticos y el medio ambiente.

Vaya por delante que hasta ahora no se ha establecido un vínculo claro entre los productos farmacéuticos presentes en el medio ambiente y los efectos directos en la salud humana. La Organización Mundial de la Salud, de hecho, ha señalado que, debido a las concentraciones tan bajas en las que se encuentra, es muy poco probable que los productos farmacéuticos presentes en el agua potable supongan una amenaza para la salud humana. La cuestión es que los residuos que se encuentran hoy no pueden obviarse y, ante una posible exposición a largo plazo en poblaciones vulnerables, se hace preciso adoptar un enfoque de precaución.

Entre las principales preocupaciones está la posibilidad de que los productos farmacéuticos antimicrobianos (antibióticos y antifúngicos) procedentes de tratamientos para humanos y animales puedan influir en la aceleración de la aparición, desarrollo y propagación de bacterias y hongos resistentes. Precisamente en ello incide el enfoque One Health en la lucha contra las resistencias, que ahora también incorpora la dimensión medioambiental.

Es éste un debate al que la industria no le quita ojo. Y con razón. Porque, de la misma manera, buena parte de las miradas están puestas en las compañías. La propia Comisión apela al espíritu innovador que caracteriza a la industria farmacéutica europea para favorecer un “diseño ecológico” de los medicamentos, por ejemplo, mediante el desarrollo de productos que presenten un riesgo menor para el medio ambiente, faciliten el reciclado de las aguas residuales y promuevan el uso de métodos de fabricación más respetuosos con el medio ambiente.

Pero el Parlamento observa la situación desde una perspectiva más dura, tras la cual se atisban incluso nuevos requisitos para la comercialización de medicamentos… Este será, sin duda, uno de los debates imprescindibles a seguir durante el año 2020.

Bruselas apela al espíritu innovador de la industria para favorecer un “diseño ecológico” de los fármacos