CARMEN M.LÓPEZ Madrid | miércoles, 23 de marzo de 2016 h |

Que falta equidad por “criterios subjetivos” de las diferentes comisiones que intervienen en el proceso de aprobación de un fármaco es algo obvio que está ocurriendo en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Lo que, a juicio de los expertos, está afectando al acceso de los pacientes a las terapias innovadoras. Esta fue una de las conclusiones en la que incidieron en el IV Foro ECO ‘Por una Atención Oncológica de Calidad’. Para mitigar estos ‘efectos adversos’ hay muchas soluciones, pero que precisan de un compromiso político, corporativo y profesional. Además de un ejercicio de análisis previo antes de dar los siguientes pasos.

El mercado innovador seguirá creciendo en los próximos años debido a que hay “muchas terapias en desarrollo”, explicó Miguel Martínez, director Offering Development de IMS Health. De hecho, en lo que llevamos de año se han aprobado un total de cinco nuevas moléculas en oncología. Los datos apuntan a que el tiempo desde que se aprueba un fármaco hasta que se autoriza alcanza los 15 meses, y desde que se fija el precio hasta que puede ser prescrito transcurren 11 meses más. Ante ello, una buena fórmula serían los acuerdos de riesgo compartido.

Esta situación hace que España esté a la cola de Europa en aprobación y un 25 por ciento por debajo de la eurozona en inversión en fármacos, estando Alemania a la cabeza . Así, mirar la experiencia de otros países en fijación de precios sería un primer paso para comenzar a ajustar tiempos. En concreto, el pago por valor o por resultados es un buen ejemplo, lo que implica focalizar esfuerzos en medir el impacto real del fármaco.

Pero antes de llegar a este escenario, Manuel Constenla, del Hospital Montecelo, recuerda que se necesitan registros de pacientes, aunque “con la variabilidad de sistemas informáticos del sistema sanitario parece que es un panorama lejano”. En cualquier caso, cuando el SNS se rinda ante esta fórmula, Mónica Palomanes,responsable de precios y estrategias de acceso al mercado de Roche, apostilla que debería ser bajo el paraguas del ministerio de Sanidad. Algo paradójico para los expertos, que recuerdan el carácter no vinculante del Consejo Interterritorial. La realidad indica que son incoherentes las barreras aplicadas por parte de las autonomías, ya que “la variabilidad puede llegar hasta los 74 meses”, apunta Josefa Madrid, secretaria de la Federación Española de Cáncer de Mama (Fecma).

Recetas políticas…

Por su parte, los partidos políticos siguen trazando sus propuestas electorales, a la espera de lo que suceda en el Gobierno con la posibilidad de unas nuevas elecciones en el horizonte. Amparo Botejara, diputada y miembro de la Comisión de Sanidad de Podemos, cree que es necesario reorganizar el funcionamiento de la red de agencias evaluadoras, de modo que actúen más al unísono. Además, habría que establecer presupuestos finalistas.

Para su homólogo socialista Jesús María Fernández, los cambios en el conjunto de la política farmacéutica vendrían dados por la desinversión de innovaciones obsoletas; los precios de referencia; y el impulso de los genéricos. Se tendría que apostar también por estudios de efectividad comparada entre innovaciones y potenciar la medicina personalizada. Asimismo se deberían establecer modelos de precios asequibles y no patentes exclusivas. En breve, el PSOE presentará un posicionamiento sobre la mejora de la transparencia de precios entre países, limitando los acuerdos confidenciales y avanzando en IPTs, ya que a su juicio, los informes tienen que ser vinculantes y contar con el respaldo de las comunidades.

La principal novedad del encuentro corrió a cargo de José María Dívar, secretario adjunto de Sanidad del PP, trazó la creación de un distrito sanitario único basado en el principio de equidad. El objetivo es establecer una unidad de mercado entre las diferentes comisiones evaluadoras, para favorecer la libre competencia y las compras innovadoras.La idea es reducir las barreras administrativas, entre primaria, especializada, la asistencia sociosanitaria y la prestación farmacéutica. Todo ello bajo la batuta de una “reforma legislativa”, una vez consolidada la ehealth en todo el SNS. Cuestión esta que no aparecía en el programa electoral del PP.

…y un rediseño del SNS

Con todas estas recetas políticas, a juicio de José Ramón Repullo, jefe del departamento de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad, la articulación de la equidad pasa también por hacer un rediseño a cuatro niveles: macro, meso, micro y del entorno.

A nivel de Gobierno, hay que centrarse en la universalización de la sanidad, “con un marco financiero estable y una agenda bien marcada con la transparencia reforzada”. Además, habría que potenciar los intrumentos de gestión de la sanidad pública y revisar el marco de los estatutarios. Por su parte las comunidades tienen que impulsar la autonomía real de los servicios de salud tanto en presupuestos como en recursos humanos. “Innovar en contratos de gestión y en la profesionalización de los directivos”, apuntó Repullo.

De cara al hospital, el experto apuesta por un cambio organizativo que impulse la gestión clínica, incorporando la gestión por procesos; reforzando el papel de enfermería; y afianzando al paciente experto. Y en cuanto al entorno, el experto apuesta por fortalecer la transparencia en los ensayos clínicos, las compras innovadoras y en definitiva, lo relacionado con los parámetros técnicos para la compra de bienes y servicios.