Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 20 de julio de 2018 h |

El cirujano Pedro Cavadas, jefe del Servicio de Cirugía Reconstructiva del Hospital de Manises, en Valencia, suma un nuevo éxito a su larga y reconocida trayectoria. Esta vez el especialista y su equipo han logrado reconstruir una separación completa de la columna vertebral y la pelvis en un paciente.

Wilmer Arias, un joven guatemalteco de 28 años, llegó al hospital valenciano en el mes de marzo para someterse a dos intervenciones que no podían realizarse en su país de origen. Una enfermera española que trabaja en Guatemala conoció su caso, y se puso en contacto con el doctor para explicarle la situación del paciente. Según la enfermera, Wilmer tenía una úlcera en el sacro que no podían operar en su país, a pesar de tratarse de algo completamente estándar, como explicó el especialista ante los medios de comunicación.

A su llegada al hospital, Cavadas confirmó que no se trataba de una úlcera sacra. “Tenía una úlcera en el sacro, pero básicamente una infección masiva con pérdida de toda la parte inferior de la columna vertebral y pérdida de la pelvis”, indica. A efectos prácticos, continúa el especialista, “estaba partido en dos. Por un lado, el tronco, y por otro, los restos de la pelvis”.

Desde la pasada primavera, el paciente ha sido intervenido en dos ocasiones. La primera de ellas, para limpiar la herida. La segunda, para realizar una operación microquirúrgica a fin de unir los restos de la pelvis a la columna lumbar. Para ello, el equipo del centro valenciano ha empleado hueso del peroné y piel de las extremidades del paciente.

La complejidad de esta intervención, tal y como ha explicado Cavadas, fue lograr adaptar esta técnica, que es habitual, al caso específico de este joven. Es más, el cirujano asegura que ante un caso como este resulta tan difícil planear la cirugía como realizarla. No en vano, se trata de un paciente muy frágil, ya que una persona tetrapléjica respira con dificultad y el postoperatorio se puede complicar, de ahí el empeño por dosificar la agresión quirúrgica ante este reto.

Tras las intervenciones, una de las primeras cosas que pudo hacer Wilmer fue volver a bañarse en el mar. La úlcera lo impedía desde 2004 y el joven asegura que permaneció en el agua durante tres horas.

En los próximos meses llevará un corsé para que la columna esté recta y pueda acostumbrarse a la nueva posición y muy pronto regresará a su país, donde espera finalizar sus estudios de Administración y Dirección de Empresas y realizar un máster en Márketing Digital.

Sueños que siguen su curso gracias al buen hacer del cirujano y de su equipo, que con el apoyo del programa de RSC del propio centro y de la fundación que lleva su nombre sigue haciendo posible que muchas personas, como el propio Wilmar, crean en los milagros.

EL DATO

Wilmer Arias jugaba con sus primos cerca de casa, en Guatemala, cuando sufrió un accidente. Una bala perdida atravesó su cuello y, como consecuencia, quedó tetrapléjico. Tras dos meses y medio en coma y una cirugía, la inmovilización le llevó a desarrollar úlceras en diferentes zonas del cuerpo, la más grave, en la zona sacra y lumbar. Esta úlcera, que presentaba pérdida de vértebras lumbares y hueso sacro, ocasionaba una disociación completa pelvirraquídea que hacía que fuera imposible estar sentado. Hoy ya se desplaza en una silla de ruedas ligera.