Alberto Cornejo Madrid | jueves, 08 de noviembre de 2018 h |

En la espiral de acción-reacción en la que están envueltas en los últimos tiempos las entidades representativas de Enfermería y Farmacia —siendo las primeras las responsables de la acción y las segundas de la reacción—, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid ha pedido una vez más a Enfermería que ponga fin a las “falacias” y a los “mantras” que viene utilizando sistemáticamente en sus ataques a la farmacia asistencial y, en el ámbito regional, al proyecto de Ley de Farmacia que ampara funciones como la Atención Farmacéutica Domiciliaria.

En esta ocasión, la nueva leña echada al fuego por Enfermería pasa por un intento de frente con médicos y consumidores, plasmado en la presentación de una declaración conjunta firmada por nueve entidades contra la “farmacia comunitaria” y el proyecto de Ley de Farmacia de Madrid. De esas 10 entidades, ocho de ellas pertenecen al ámbito enfermero —destacando el Consejo General de Enfermería, el colegio madrileño y el sindicato Satse— y solo una del colectivo médico y de los consumidores —el sindicato Amyts y Facua Madrid, respectivamente—.

En el resumen general de este manifiesto, las entidades firmantes indican que realizar determinadas actividades por los farmacéuticos supone “atribuir competencias de otros profesionales, duplicar actuaciones que ya realizan médicos y enfermeros y malgastar fondos públicos”. Incluso, conscientes de la importancia que tiene la ‘plaza’ de Madrid en política sanitaria, en el acto de presentación del documento reconocieron el por qué de poner el foco en la, de momento, hipotética nueva ley madrileña: “Si en Madrid paramos la Atención Farmacéutica Domiciliaria que recoge el anteproyecto de Ley de Farmacia, lograremos frenarla en toda España”, auguran.

En esta declaración se insiste en lo que el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid considera que son “mantras” y “falacias”, como es el caso de las denuncias de Enfermería de que la asignación de nuevas funciones a las farmacias supone “privatizar” la Sanidad pública o los “intereses comerciales” que, a su juicio, se esconden tras el avance asistencial de las boticas. “La Sanidad pública no es coto privativo de ninguna Profesión y la respuesta al paciente debe venir desde la colaboración de los equipos multidisciplinares en todas las zonas de la Comunidad de Madrid”, defienden.

Por ello, los farmacéuticos de Madrid niegan tajantemente el citado “mantra” de la privatización “como si la oficina de farmacia no fuera un establecimiento sanitario, la actividad y funciones del farmacéutico sobre todo en el ámbito del medicamento, no tuviera respaldo legal y, como si el paciente no contase a la hora de elegir determinados servicios, relacionados con el medicamento y su uso racional, que hoy no se están ofreciendo”, contradicen.

“Ni un solo euro” de gasto adicional

En el comunicado de réplica del COF de Madrid se recuerda que “el Sistema Público —es decir, el Sermas en el caso de esta región— no dedica ni un sólo euro a las actividades que el farmacéutico pudiera hacer, por ejemplo en las preparaciones de los Sistemas Personalizados de Dosificación que es solicitado por pacientes mayores, polimedicados, sus tutores o familiares”. Una cuestión, la de la gratuidad de estas actuaciones “que al parecer desconoce Enfermería”, indican.

“Es más —prosigue el comunicado— en el Programa del Mayor Polimedicado de la Consejería de Sanidad de Madrid, que aún permanece en vigor, colaboran médicos, enfermeros y farmacéuticos y no se ha producido ningún problema de competencias, y por supuesto, al Sermas le ha salido gratis en lo que respecta a la participación de las oficinas de farmacia en el Programa”, añaden.

Por tanto, insiste el COFM, “al Sermas no se le ha pedido por parte de la farmacia ninguna retribución adicional a su margen, por otra parte regulado, por nuevos servicios ligados a la dispensación de medicamentos, como pudieran ser el seguimiento farmacoterapéutico, la preparación de SPD, el cumplimiento del tratamiento o su adherencia…, ¡otra falacia más de Enfermería!”, eleva el tono la corporación madrileña en su comunicado.

Asimismo, respecto al anteproyecto de Ley de Farmacia y otros acuerdos vigentes con la Administración (convenio de colaboración, concierto de prestaciones, etc.), el COF de Madrid recuerda que “la negociación con la Consejería de Sanidad no va por producir más gasto al Sermas, como dice Enfermería, sino reinvertir en servicios autorizados por la Administración una parte del ahorro que se produce al Sistema por los farmacéuticos”.

No obstante, el parecer de las entidades de Enfermería se mantiene en un “no rotundo” a la Ley de Farmacia y les lleva a pedir a los grupos políticos en la Asamblea que “la rechacen de pleno, incluso que ni siquiera llegue a ser debatida en la Cámara”, en palabras de Teresa Galindo, secretaria general del sindicato enfermero Satse.

Situación “absurda y delirante”

Los farmacéuticos madrileños vienen soportando en los últimos meses ataques sistemáticos de Enfermería —sus instituciones, conviene matizar—. En concreto, desde que se anunció que Consejería y COF habían consensuado el texto del anteproyecto de Ley, y al cual también dio su “ok” el Consejo de Gobierno regional.

Por este serial que cada semana suma un nuevo capítulo, el COF de Madrid ya ha dicho “basta”. “Los representantes de Enfermería no están defendiendo los intereses profesionales de sus compañeros. Han entrado en una situación beligerante con Farmacia, absurda y delirante, de la que Farmacia no participa y donde se confunden los términos de participación de las farmacias ante una demanda social que existe y que todos los profesionales, incluida la Administración Sanitaria, deben ser sensibles y no buscar excusas”, denuncian.

En opinión del colegio, todo forma parte de “una estrategia amparada en una demagogia competencial donde se intenta utilizar a la profesión farmacéutica como chivo expiatorio para reivindicar, al parecer, aspectos propios del sector de Enfermería”, finalizan.