Marta Riesgo Madrid | viernes, 05 de mayo de 2017 h |

El debate sobre el beneficio de los nuevos fármacos oncológicos está sobre la mesa en Reino Unido. Un informe publicado recientemente en la publicación Annals of Oncology hace un repaso por el beneficio clínico aportado por 47 indicaciones financiados por el NHS Cancer Drugs Fund (CDF), un fondo puesto en marcha en 2010 para acelerar el acceso a las innovaciones en este área y que contó con un presupuesto que superó los 1.200 millones de libras esterlinas.

De este modo, según las conclusiones del informe publicado, de las 47 indicaciones aprobadas, sólo 18 (38 por ciento) reportaron un beneficio estadísticamente significativo de supervivencia promedio (OS). De hecho, la supervivencia promedio general de estos fármacos fue de 3,1 meses, siendo 15,7 meses el máximo alcanzado. Cuando se evaluaron según las escalas de beneficios clínicos, sólo 23 (48 por ciento) y 9 (18 por ciento) de las 47 indicaciones de fármacos cumplieron los criterios ASCO y ESMO, respectivamente.

Además, el 55 por ciento de las indicaciones fueron rechazadas por el NICE al no cumplir con los umbrales de coste-efectividad. Cuatro fármacos (bevacizumab, cetuximab, everolimus y lapatinib) representaron la mayor parte de la financiación del fondo para fármacos oncológicos, con un total de 18 indicaciones. Trece de estas indicaciones, apunta el informe, fueron retiradas posteriormente de la financiación del fondo en enero de 2015 por falta de evidencia de beneficio clínico.

“El Fondo de Medicamentos contra el Cáncer le costó al contribuyente del Reino Unido un total de 1.270 millones de libras, el equivalente a un año de gasto total en todos los medicamentos contra el cáncer en el NHS”, ha asegurado Ajay Aggarwal, experto oncólogo de la London School of Hygiene and Tropical Medicine y líder del informe.

“La mayoría de las fármacos para el cáncer financiados a través de la CDF se consideraban deficientes con respecto a lo que los pacientes, clínicos y NICE establecen como beneficios clínicamente significativos”, ha apuntado.

El hecho de que se revisase la financiación de ciertas indicaciones a través de este fondo, asegura el autor del polémico informe, muestra que “se han desperdiciado recursos y que se han dado medicamentos que eran ineficaces y probablemente aportaron toxicidades innecesarias para los pacientes de cáncer británicos”.

La reacción por parte de la industria farmacéutica británica no se ha hecho esperar. La patronal del sector, Abpi, ha asegurado a través de un comunicado que estas declaraciones “sensacionalistas y engañosas en relación al beneficio clínico de los medicamentos para el cáncer no ayudan a apoyar a los pacientes de estas patologías”. De este modo, explica que los propios autores “reconocen que el NHS británico no recopiló o publicó los datos de resultados globales reales para corroborar las informaciones aportadas por el informe.

En este sentido, asegura que la mayoría de medicamentos que en su día fueron financiados por el Fondo de Medicamentos contra el Cáncer están siendo aprobados por el NICE para su dispensación en el país. En este proceso, explica, “se ha reafirmado el beneficio clínico de estos medicamentos para los pacientes oncológicos”.

Desde el 1 de julio de 2016, el Fondo de Medicamentos contra el Cáncer funciona como un instrumento de acceso controlado, que paga por los nuevos medicamentos solo durante un periodo de tiempo establecido, antes de que sean aprobados o rechazados de manera definitiva por el NICE. Antes, al no estar sujeto a las recomendaciones del NICE, este instrumento permitía a los pacientes tener acceso a tratamientos no recomendados para un uso rutinario en el sistema sanitario público.