J. V. Madrid | viernes, 23 de septiembre de 2016 h |

Uno de los retos pendientes cuando se habla de cáncer escamoso de cabeza y cuello (CECC) es contar con registros oficiales que faciliten hablar de cifras. En estos momentos, según estiman los expertos, unas 686.000 personas se diagnostican anualmente en todo el mundo —unas 10.000-11.000 personas en España— y algo más de la mitad fallecen (350.000). Es, por tanto, el sexto tumor en cuanto a incidencia en nuestro país y el séptimo u octavo, en mortalidad.

Los tres puntos sobre los que hay que incidir, de acuerdo con Carmen González Madrid, presidenta Ejecutiva de la Fundación Merck Salud, son la educación sobre la prevención (primaria y secundaria), el fomento de la comprensión de los signos y síntomas y el diagnóstico temprano para un mejor abordaje realizado por un equipo multidisciplinar.

Tres aspectos sobre los que se centró la presentación de la campaña Make Sense, puesta en marcha por la Sociedad Europea de CECC, con el apoyo de la Fundación Merck Salud y Merck, en el marco de la IV Semana Anual de Concienciación sobre esta patología.

Al respecto, Juan Jesús Cruz, jefe del Servicio de la Unidad de Oncología Médica del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, recordó que dos de cada tres pacientes se diagnostican en un estadio avanzado de la enfermedad, lo que reduce sus posibilidades de curación. “Si se diagnostica pronto, alrededor de entre un 80 y un 90 por ciento de los pacientes se curan, frente al aproximadamente 50 por ciento, si se diagnostican tarde”, explicó el experto, quien añadió que muchos de los tratamientos que hay disponibles para hacer frente a este tumor “son mutilantes”, pero gracias a un diagnóstico precoz se pueden “salvar las secuelas”.

Si bien es cierto que los pacientes tienen a su disposición un abanico de opciones terapéuticas formado por cirugía, radioterapia y tratamientos sistémicos como quimioterapia, medicamentos biológicos y “entrando por la puerta”, la inmunoterapia; lo fundamental, tal y como recalcó Yolanda Escobar, responsable de los tumores de cabeza y cuello del Servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón, es la prevención y el rápido diagnóstico.

Para que esto sea posible, la facultativa hizo hincapié en la necesidad de que los profesionales estén “perfectamente” formados y, “en caso de no poder diagnosticar, al menos que deriven al paciente al especialista”.

En relación con los aspectos epidemiológicos, Escobar subrayó que la mayor parte de estos tumores se relacionan con el consumo de tabaco y alcohol, aunque hay una minoría de casos vinculados a la infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH).

Ambos especialistas recalcaron que además del desconocimiento que existe por parte de la población, otro de los factores que repercuten en el diagnóstico tardío es la banalización de los síntomas. “Los primeros síntomas suelen ser la afonía, úlceras en la boca o dolores al tragar que permanecen más de tres semanas”, explicó Cruz, al tiempo que agregó que uno de los aspectos positivos de estos tumores es que “son accesibles y normalmente no se diseminan”. “Tardan años en hacer metástasis, por eso es importante diagnosticarlos localmente”, puntualizó.

Para finalizar, Enrique Castro ‘Quini’, exfutbolista y paciente con esta patología, comentó que “la ilusión es necesaria para hacerle frente” y recordó que “cogiéndolo a tiempo, la mayoría de estos cánceres son curables”.