Los desabastecimientos formaban parte del programa científico de Infarma, pero fueron la ministra y los consejeros de Sanidad quienes lo elevaron a la categoría de estrella
| 2019-03-22T14:25:00+01:00 h |

Siete mesas; 32 aulas profesionales; 126 pósteres científicos presentados; 170 ponentes y moderadores; 406 expositores entre laboratorios y empresas (un 7 por ciento más respecto a la edición anterior) y un aumento general de la asistencia del 10 por ciento, concretado en los 33.779 visitantes registrados: 16.082 farmacéuticos, 14.217 profesionales (auxiliares, industria, servicios y otros) y 3.840 congresistas y ponentes nacionales e internacionales. Son las cifras a superar por Infarma 2020, en el retorno a Madrid del Encuentro Europeo de Farmacia que tendrá lugar entre los días 10 y 12 de marzo.

Cualitativamente, está claro quién robó todos los focos: los desabastecimientos formaban parte del programa científico de Infarma, pero fueron la ministra y los consejeros de Sanidad quienes, reunidos en el Ministerio para hablar de Atención Primaria, terminaron por elevarlo a la categoría de estrella. En los pasillos de Infarma no se hablaba de otra cosa que de la reunión programada en la sede de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para abordar el asunto con comunidades autónomas y todo el sector farmacéutico.

Finalizado ésta, ya es posible saber las guías técnicas del Gobierno para hacer frente a los desabastecimientos. No hay que poner en duda que sea necesario modificar la Ley de Garantías y el Uso Racional de los Medicamentos para reforzar el régimen sancionador frente a los desabastecimientos, pero si lo que la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, dijo en el Consejo de Ministros, es cierto —”Vamos a explorar todas las posibilidades de actuación de las Administraciones Públicas para evitar que esto se produzca”— entonces las miradas no sólo deberían dirigirse hacia la industria farmacéutica, sino que también debería llegar a la raíz de política farmacéutica, como puedan ser los precios de referencia, ya sea en su vertiente nacional o internacional.

Para empezar, sería positivo, tal y como el sector recordó en Infarma, consensuar una ‘definición’, no tanto terminológica sino de impacto en términos de duración que, aunque parezca mentira, todavía no existe. Sería sin duda una gran aportación al excelente punto de partida del documento de la Aemps.

En los pasillos de Infarma no se hablaba de otra cosa que de la reunión programada en la sede de la Aemps