Carlos B. Rodríguez Madrid | viernes, 13 de septiembre de 2019 h |

Hablar de sostenibilidad del sistema sanitario no es solo hablar de recursos presupuestarios. También, y sobre todo, es hablar de eficiencia en la gestión de esos recursos. Las comunidades autónomas lo saben muy bien, especialmente aquellas que, como la valenciana, más se están viendo perjudicadas por la no renovación del modelo de financiación autonómica. La región sigue tramitando el decreto de central de compras anunciado en julio por la consejera de Sanidad Universal, Ana Barceló, que prevé la creación de un comité de evaluación de tecnologías sanitarias para optimizar el gasto en productos tecnológicos. En paralelo a esta apuesta, que se inspira en los trabajos de Horizon Scanning, el Gobierno valenciano prepara otra revolución en el apartado tecnológico: repensar la compra innovadora “para que sea la Administración la que pida al mercado los productos que necesita y no deba ajustarse a lo que el mercado ofrezca“.

La idea la formuló Barceló ante el Pleno de las Cortes Valencianas, donde compareció a petición propia para informar sobre las líneas generales de la política que llevará a cabo su Departamento en esta legislatura e implicará, según resaltó, un “ahorro significativo, especialmente en productos tecnológicos de alto coste”. El objetivo es claro: que este ahorro —no sólo en recursos; también en tiempo— permita dar una atención más ágil al paciente y “reordenar recursos” con los que poder ampliar y mejorar la asistencia de la sanidad pública.

Esta apuesta es el siguiente paso lógico al trabajo ya realizado. Si, en palabras de Barceló, la pasada legislatura la consejería se dedicó a recuperar prestaciones y derechos “que nunca debieron perderse” —en relación a los 15.000 pacientes que accedieron a tratamientos de hepatitis C o a los más de 1,5 millones de personas que dejaron atrás la “pobreza farmacológica” gracias a las ayudas al copago, en esta legislatura se quiere consolidar el proyecto, asegurando que las políticas sanitarias no sólo son útiles ahora, sino también en el futuro inmediato.

“Estamos ante el reto de combinar nuevos tiempos con viejos principios”, según la consejera, lo que justifica que una de las metas estratégicas para los próximos años sea “aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías” para que el sistema adquiera la capacidad de adaptarse a un escenario de transformación social. Consciente de que la tecnología va a marcar la diferencia entre los sistemas sanitarios de vanguardia y los obsoletos, la consejería va a elaborar un plan de inversión tecnológica para la Atención Primaria y hospitalaria, impulsará el uso de las TIC y aprovechará la implantación progresiva del 5G y los usos de Big Data y la Inteligencia Artificial.