SISTEMAS DE MEDICIÓN

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| viernes, 22 de noviembre de 2019 h |

Debatir, analizar y conocer las mejores prácticas de calidad asistencial para poder mejorar atención al paciente con cáncer. Este era el objetivo que planteaba Vicente Guillem, presidente de la Fundación ECO, durante la introducción del primer simposio sobre calidad de cuidados en oncología.

Guillem afirmó que el carácter multidisciplinar es fundamental a la hora de abordar los casos oncológicos. Además, animó a dejar en segundo plano el enfoque basado en los costes de los tratamientos y priorizar al paciente y su entorno.

Durante la apertura también se hizo referencia a la alianza entre ECO y ASCO (Sociedad Americana de Oncología Clínica) para evaluar la calidad asistencial en torno a unos índices comunes.

Bruce Johnson, miembro de ASCO, indicó que llevan más de una década conectando a la comunidad relacionada con el cáncer, incluyendo en su plan estratégico iniciativas a nivel global, siempre con el fin de promover la atención sanitaria de máxima calidad en oncología.

Bárbara Fernández, gerente asistencial de Atención Hospitalaria del Servicio Madrileño de Salud, también aludió a la necesidad de ceñirse a unos índices de calidad altos en la atención al paciente oncológico. Para ello consideró importante que los profesionales sanitarios no se dediquen a abordar un tipo de tumor, sino a tratar al paciente como un todo, teniendo en cuenta que no está solo, sino que le acompaña un entorno.

¿Qué es la calidad en la asistencia?

En la primera mesa de este simposio, diversos expertos internacionales debatieron sobre aquellos aspectos que implica ofrecer una asistencia de calidad.

El primero en intervenir fue Arif Kamal, de la Duke University School of Medicine, quien centró su discurso en la definición de los estándares de calidad. Uno de los aspectos clave, según Kamal, fue el de establecer un método fiable para medir la calidad asistencial y ver de qué manera se asumen responsabilidades en caso de no alcanzarse unos estándares. En cuanto a esta calidad, el doctor expuso una frase muy popular en Estados Unidos: “no sé definirla, pero la reconozco”; y es que para Kamal la imagen de calidad que refleje un centro, más allá de los resultados cuantificables, es muy relevante de cara a que los pacientes elijan un centro hospitalario sobre otro.

Además, John Ovretveit, procedente de la International Society for Quality in Healthcare, llamó la atención sobre las consecuencias que implica no ofrecer una alta calidad asistencial. El experto expuso que, aunque no sea el factor que más motive a los médicos, es necesario fijarse en los costes. Siguiendo este hilo, Ovretveit apuntó a que se pueden liberar recursos mejorando la manera en que se atiende a los pacientes; a este respecto, llamó a los profesionales del sector a trabajar de una manera efectiva y eficiente, de tal manera que se puedan obtener resultados cuantificables que ayuden a liberar recursos. Algunos de los aspectos que el experto cree que deben tenerse en cuenta a la hora de reducir estos costes son contar con el personal adecuado o fijarse en puntos como la adherencia de los pacientes a los tratamientos, ofreciéndoles el apoyo y la educación que necesiten.

Para traducir los errores en mejoras en la asistencia, es imprescindible medir la calidad. Así lo afirmó Chief Medical Oncology Scientific and Strategic Advisor en 21st Century Oncology, quien instó a crear una cultura de autoanálisis y mejora; para ejemplificarlo, usó el Programa de Certificación QOPI, realizado en colaboración con ASCO, al que los centros hospitalarios pueden adherirse de manera voluntaria con el fin de medir los resultados y ver de qué manera se pueden mejorar los resultados en los pacientes, el rendimiento de sistemas o el desarrollo profesional. Actualmente QOPI cuenta con 150 mediciones en activo y los centros adscritos al programa reciben feedback en dos semanas, lo que les permite incorporar las mejoras con gran agilidad.

Deirdre O’Mahony, de la Irish Society of Medical Oncology, fue la encargada de cerrar esta primera mesa ofreciendo una radiografía de la calidad asistencial en diferentes áreas geográficas. El aspecto principal al que hay que atender, según la experta, es el de la inequidad. En esta línea manifestó que ASCO reconoce estas desigualdades en función de los ingresos de cada zona, y cree que la clave puede estar en una buena utilización de los recursos para que, independientemente del lugar donde se ubique un centro, se puedan cumplir unos estándares mínimos de calidad.


Es necesario fijar un método de medición fiable para asegurar unos estándares mínimos de calidad



Implantar una cultura de autonálisis en oncología es muy útil de cara a traducir los errores en mejoras