Investigación

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Nieves sebastián Madrid | viernes, 26 de abril de 2019 h |

A la hora de buscar una diana terapéutica contra la malaria se pueden llegar a probar hasta dos millones de compuestos. Así explicaba Javier Gamo, experto en malaria y director de Biología de la Global Health Discovery Incubator de GSK, las dificultades que conlleva encontrar nuevos tratamientos para esta enfermedad.

Hace ya más de 25 años que GSK cuenta con su laboratorio de Tres Cantos. Un tiempo en el que uno de sus objetivos ha sido y es buscar tratamientos frente a esta patología. Con el fin de reforzar su compromiso en la lucha contra esta enfermedad y coincidiendo con la semana en que del Día Mundial contra la Malaria, la compañía inauguraba el pasado miércoles el centro de investigación Diseases of the Developing World (DDW), acción que se engloba dentro del proyecto Misión Malaria.

Según la OMS, los casos de malaria a nivel mundial han descendido progresivamente hasta 2017, aunque en el último año se produjo un repunte, con un aumento en dos millones. “La malaria sigue siendo una enfermedad muy prevalente y persistente”, destacaba Cristina Henríquez de Luna, presidenta y consejera delegada de GSK Farma España, quien explicaba en el acto de apertura de esta unidad que es el “único centro dedicado en exclusiva a enfermedades con alta prevalencia en países en vías de desarrollo”.

Respecto a algunas de las particularidades de esta enfermedad, Rogelio López-Vélez, jefe de la Unidad de referencia nacional para Enfermedades Tropicales del Hospital Ramón y Cajal, detallaba que en algunas zonas de riesgo de África “muchos habitantes africanos están inmunizados en parte (semiinmunizados), pero al cambiar de zona el virus puede variar y volver a infectarse”. Y es que la malaria es una enfermedad que tiene diversas formas y puede manifestarse de maneras diferentes con síntomas entre los que se encuentran la fiebre, fuertes dolores de cabeza o diarreas, en función del tipo de virus.

Actualmente hay fármacos que permiten prevenir la malaria cuando una persona sabe que va a exponerse a situaciones de riesgo, además de medicamentos para tratarla en caso de contraer el virus.

El año pasado, la FDA aprobó la tafenoquina para la cura radical de la malaria causada por Plasmodium vivax; se trata del primer medicamento novedoso que se ha aprobado en los últimos años para eliminar los hipnozitos hepáticos, responsables de las recidivas de malaria que ocurren después de semanas o meses en personas infectadas por el parásito Plasmodium vivax.

Además, GSK trabaja para lograr que se apruebe la vacuna contra la malaria en todo el mundo. Actualmente, se encuentra en fase de ensayos clínicos, en los que está demostrando una alta eficacia, por lo que se espera que tenga una repercusión muy positiva sobre todo para prevenir la enfermedad en niños. La vacuna está en fase de implementación en la actualidad en Kenia, Ghana y Malawi, países escogidos por la OMS, puesto que en ellos la malaria es endémica y se pretende testar en entornos clínicos reales. A este respecto Javier Gamo indicaba que “la previsión es que más de 100.000 niños reciban la vacuna en cada uno de estos países para evaluar su impacto contra la enfermedad”.

Agustín Benito, director del Centro Nacional de Medicina Tropical del Instituto de Salud Carlos III, puso en el foco en que uno de los problemas en estas zonas es “la producción de medicamentos falsos”, e incidió en la necesidad de “integrar los programas de lucha para intentar acabar con ella en el futuro”. Para concluir, David del Campo, director de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria de Save the Children España, recordó que afecta a la infancia “con menos recursos”.


La vacuna se pretende testar en entornos clínicos reales en Kenia, Ghana y Malawi