El pasado 10 de marzo, el Parlamento Europeo y el Consejo llegaron a un acuerdo provisional para reformar y reforzar la Directiva de la UE en materia de eficiencia energética. Un acuerdo que la Comisión Europea ha acogido con satisfacción, pues supone un paso más en puesta en marcha del paquete de medidas ‘Fit for 55’ para lograr el objetivo del Pacto Verde Europeo y el Plan REPowerEU: alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050.

El acuerdo, que requiere ahora la adopción formal del Parlamento y el Consejo, supera la propuesta original de la Comisión Europea y establece un objetivo de eficiencia energética del 11,7 por ciento para 2030. De esta manera, se exige a los Estados miembro que garanticen la reducción adicional del consumo de energía primaria y energía final, en comparación con las previsiones de consumo de energía realizadas en 2020.

Con ello, es la primera vez que se otorga fuerza jurídica a la eficiencia energética como una prioridad, exigiendo a los países de la UE que la tengan en cuenta en las decisiones políticas, en la planificación y en las grandes inversiones en el sector de la energía y fuera de él.

“Ahorrar energía es un paso clave para salvar el planeta. En los últimos meses, los europeos han demostrado que están preparados y que son capaces de hacer frente a este reto, y nuestra industria ha demostrado que puede optimizar sus procesos de producción y su uso de energía”, ha declarado Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo responsable del Pacto Verde Europeo. “Ahora necesitamos que la eficiencia energética se convierta en una parte aún más sistémica de nuestra sociedad, y esta Directiva revisada nos ayudará a conseguirlo”, ha añadido.

Objetivos más ambiciosos 

Según el acuerdo provisional, casi se duplica la obligación de ahorro de energía anual para garantizar un progreso continuo. Así, los países de la UE deberán lograr cada año un nuevo ahorro equivalente al 1,49 por ciento del consumo final de energía por término medio, de 2024 a 2030, con respecto al nivel actual del 0,8 por ciento. Además, a finales de 2030 como tarde, tendrán que haber alcanzado, de forma gradual, el 1,9 por ciento. Se trata de un instrumento importante para impulsar el ahorro de energía en sectores de uso final como los edificios, la industria y el transporte.

La modificación de las normas también otorgan más responsabilidad al sector público para aumentar la eficiencia energética, introduciendo un nuevo objetivo anual de reducción del consumo de energía del 1,9 por ciento para el sector público. Por otra parte, se “animará” a las empresas a ser más eficientes y se incorpora, por primera vez, un sistema de notificación de la eficiencia energética de los grandes centros de datos.

También se refuerza aún más las disposiciones sobre financiación de la eficiencia energética para facilitar la movilización de inversiones. Con arreglo a las nuevas disposiciones, los países de la UE deberán promover sistemas de financiación innovadores y productos de ‘préstamos verdes’.

Aliviar la pobreza energética

El acuerdo incluye la primera definición de pobreza energética de la UE. Ahora, los Estados miembro tendrán que aplicar medidas de mejora de la eficiencia energética, de forma prioritaria entre las personas afectadas por la pobreza energética, los más vulnerables, los hogares con bajos ingresos o las personas que viven en viviendas sociales. Y es que las normas ahora hacen mayor hincapié en aliviar la pobreza energética.

En este sentido, Kadri Simson, comisaria responsable de Energía de la UE, considera la eficiencia energética como la “clave para lograr la plena descarbonización de la economía de la UE y la independencia de los combustibles fósiles rusos”. “Un marco más sólido de la UE en materia de eficiencia energética nos ayudará a mantener el rumbo para alcanzar nuestros objetivos energéticos y climáticos para 2030“, ha asegurado.

Del mismo modo, Simson ha apuntado que también puede ser un importante motor para la competitividad y reforzar la seguridad del suministro. “Las nuevas disposiciones sobre capacitación de los consumidores y pobreza energética garantizarán que nuestra transición hacia una energía limpia sea accesible para todos, incluidos los más vulnerables”, ha concluido.

Reglamento de Reparto del Esfuerzo

Por otro lado, el Parlamento Europeo ha respaldado reducir las emisiones en un 40 por ciento, con la aprobación de la revisión del Reglamento de Reparto de Esfuerzo. Con la nueva versión del reglamento, se fijan unas reducciones anuales vinculantes de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el transporte por carretera, la calefacción de edificios, la agricultura, las pequeñas instalaciones industriales y la gestión de residuos. Aproximadamente el 60 por ciento de todas las emisiones de la UE quedan cubiertas por él.

La ley revisada aumenta el objetivo de reducción de los GEI para la UE en 2030, pasando del 30 por ciento al 40 por ciento en comparación con los niveles de 2005. Además, por primera vez, todos los países de la UE deberán reducir sus emisiones de GEI, con objetivos individuales que se sitúan entre el 10 y el 50 por ciento. Dichos objetivos para 2030 de cada Estado miembro se calculan en función de su PIB y de la relación coste-eficacia. Además, los países deberán asegurarse cada año de que no superan su asignación anual de emisiones de GEI.


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