El nuevo Informe sobre Desarrollo Sostenible 2021, elaborado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN, por sus siglas en inglés) y la fundación Bertelsmann Stiftung, sitúa a España en el puesto 20 de un total de 165 países, en términos de desarrollo sostenible.

Según este trabajo, que toma como base la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, nuestro país habría avanzado varios puestos desde el informe de 2018, situándose por delante de otros países europeos como Portugal, Italia, Grecia, Malta o Hungría, pero detrás de Francia, Croacia o Reino Unido.

Un año más, el ranking está encabezado por tres países nórdicos: Finlandia, Suecia y Dinamarca.

El informe toma como base la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por los Estados miembros de las Naciones Unidas en 2015. Estos objetivos globales buscan mejorar la vida de las personas y avanzar hacia un desarrollo sostenible que tenga en cuenta la interconexión entre la protección del medioambiente, la inclusión social y el crecimiento económico.

Efectos negativos

El Informe sobre Desarrollo Sostenible 2021 incluye un ranking, denominado “Índice ODS”, que muestra los avances realizados por todos los países hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Además, por cuarto año consecutivo, se incluye un ranking de efectos negativos internacionales (spillovers) que mide los efectos secundarios de unos países sobre otros.

Entre sus principales conclusiones, el informe destaca que la pandemia ha reforzado la Agenda 2030 como guía de consenso internacional para una recuperación inclusiva y sostenible a escala global, si bien la crisis sanitaria ha hecho que se paralicen los avances en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Respecto al análisis de la situación en nuestro país, España ha aumentado dos puntos con respecto al informe anterior, pasando del 78,1 por ciento al 79,5 por ciento, tomando como cien por cien el alcance total de los ODS.

En nuestro país, los mejores resultados corresponden al indicador de ‘pobreza cero’ (ODS1), el ODS 3, Salud y bienestar, ODS 4, educación de calidad, y ODS 7, energía asequible y no contaminante.

Como reto, destacan la prevalencia de la obesidad, los desajustes en la alimentación y las emisiones de CO2. En cualquier caso, el número de indicadores en estado crítico se reduce de 7 a 3 en este último trabajo.

Retos pendientes

Además, el informe incorpora un análisis de tendencias que sitúa las previsiones de evolución para España como mixtas. Por una parte, el desarrollo es positivo en los ODS 1 y ODS 5 (Igualdad de género) que se encaminan a su consecución. Por otra parte, España duplica los ODS en los que se estanca, afectando principalmente a la reducción de las desigualdades (ODS10) y a la vida submarina (ODS14). El ODS 15 (Ecosistemas terrestres) ha sufrido la mayor regresión. Entre los retos persistentes de este objetivo destacan la protección de áreas acuáticas y terrestres con altos niveles de biodiversidad y la supervivencia de las especies, según está publicación.

El estudio también pone el foco en el efecto negativo que produce nuestro país en el sistema internacional. Si se toma como referencia el 100 por cien que supone la ausencia de efectos secundarios negativos, España obtiene un 64,8 por ciento, frente a la media del 70,1 por ciento de los países de la OCDE.

La mayor parte de los efectos adversos de las actividades españolas proceden de la emisión de gases contaminantes, las importaciones o las amenazas a la biodiversidad. Para finalizar, el estudio también echa en falta una mayor inversión en cooperación internacional al desarrollo.