Lo mejor contra la gripe es mirar a los ojos a un husky siberiano durante 4 segundos. Con un toque de humor, el mensaje principal de la última campaña del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) enfatiza el error que supone utilizar antibióticos para tratar la gripe y lo hace enfrentando esta situación con otra que también resulta ilógica.

Pero quizás no tan carente de sentido para ese tercio de españoles que creen que los antibióticos sirven para curar infecciones provocadas tanto por bacterias como por virus.

Por esta razón, es necesario comunicar la ciencia de manera efectiva y apropiada utilizando un lenguaje simple y directo, sin ambages, asegurándonos de que incluso las personas sin los conocimientos técnicos o con un nivel de estudios menor también lo entiendan.

Unido a estas cifras de baja alfabetización científica, se suma el desafío de la desinformación en la era de las redes sociales. Asistimos a la proliferación de influencers, mensajes retardistas y de fake news, que se hacen rápidamente virales por los algoritmos de las redes sociales que priman lo popular sobre lo veraz, sumiendo a grandes colectivos de población en un submundo de desinformación.

Hace tan sólo unas semanas que la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) presentó los resultados de la Encuesta de Desinformación Científica en España, en la que se constaba que un 27 por ciento de españoles había recibido información falsa sobre ciencia en los últimos días, principalmente a través de redes sociales. Las cifras son especialmente preocupantes en asuntos sanitarios y medioambientales, con un 32,7 por ciento que dice haber recibido información falsa sobre el cambio climático o un 30,5 por ciento sobre salud, nutrición y bienestar.

SIGRE ha puesto en marcha ya a nivel nacional un programa educativo sobre cuestiones medioambientales y sociosanitarias relacionadas con el medicamento

Ante esta situación están empezando ya a surgir iniciativas para poner freno cuanto antes a la desinformación. La Global Alliance for Public Relations and Communication Management ha lanzado una campaña para crear un nuevo Objetivo de Desarrollo Sostenible dedicado a la comunicación responsable. Si bien resulta complicado pensar que la ONU vaya a alterar ahora los objetivos pactados por todos los países en el año 2015, este ODS 18 apelaría, entre otros objetivos, a la lucha mundial contra las noticias falsas con medidas que preserven la libertad de prensa, exijan la ética en la comunicación institucional y apoyen la educación de la población como medio prioritario para enfrentarse con espíritu crítico a la información.

Desde el sector farmacéutico se lleva ya años ejerciendo un papel más activo en esta sociedad de la comunicación, con información rigurosa y fiable que difunda la ciencia de una manera que sea útil y que ayude a contrarrestar la gran cantidad de información inexacta o falsa que se difunde, como con los antibióticos o las vacunas.

Otro ejemplo lo constituye SIGRE, una de cuyas líneas básicas de actuación es sensibilizar y concienciar a la sociedad, en base al conocimiento científico, sobre salud y medio ambiente, y su estrecha conexión, además de transmitir lo que los agentes del sector farmacéutico (industria farmacéutica, distribución y farmacias) aportan en materia de ecodiseño de envases y gestión medioambiental de residuos, a través de esta entidad sin ánimo de lucro, al conjunto de la sociedad.

En concreto, SIGRE ha puesto en marcha a nivel nacional un programa educativo sobre cuestiones medioambientales y sociosanitarias relacionadas con el reciclaje de envases y restos de medicamentos que abarca todos los niveles, desde juegos dirigidos a educación infantil a módulos formativos dirigidos a estudios superiores, actividades todas ellas que vienen a complementar las campañas anuales de divulgación y sensibilización medioambiental dirigidas a la población general.


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