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| viernes, 06 de julio de 2018 h |

La llegada de ordenadores con capacidad de analizar cantidades ingentes de datos va a suponer grandes cambios en la Medicina y, concretamente, en la Oncología. El big data se define por las 4 V’s: volumen de datos masivos, velocidad, variedad y veracidad, y los datos que generará serán capaces de analizar comportamientos tumorales, previéndose incluso que pueda predecir eventos futuros, como ocurrió con los datos analizados por Google en el análisis de la epidemia de gripe en Estados Unidos en el año 2009, en el que dichos datos podrían “adelantar” en dos semanas los datos generados por los propios médicos. Esto plantea una serie de retos y, por qué no, también de dilemas.

Entre sus retos, está el de ayudar a formar la base de la Medicina de Precisión. Los datos generados por la Genómica, la Proteómica o el Metaboloma, una vez que seamos capaces de cruzarlos con los datos generados en la vida real, el big data, las redes sociales, etc., serán capaces de encontrar correlaciones que no podríamos encontrar de otra manera, asociaciones que, en ocasiones, pueden ser estocásticas y para las cuales no tengamos explicación de entrada. De la misma manera, nos permitirá analizar resultados de efectos secundarios, eficacia y efectividad de los fármacos antitumorales, ayudarnos a la selección de pacientes que van a responder a un determinado fármaco, o a encontrar agentes etiológicos de los diferentes tumores, de la misma manera que nos permitirá analizar de forma fiable los datos aportados por los pacientes (denominados PROs), algo tan necesario en nuestro día a día.

Y también genera una serie de dilemas. El diseño de ensayos clínicos y la metodología de la investigación tendrán que cambiar en base a nuevos tipos de análisis, y el proceso recorrido por los fármacos hasta su aprobación también podrá ser diferente. También genera dilemas legales y éticos, como el del acceso a los datos para investigación o la necesidad del consentimiento informado, o la Ley Orgánica de Protección de Datos. De la misma manera, la fiabilidad de los resultados también tendrá que ser tenida en cuenta, ya que los datos generados van a venir determinados por mediciones en poblaciones no seleccionadas.

Conscientes de la importancia que tiene el big data y su aplicación en la Oncología, desde la Sociedad Española de Oncología Médica se ha creado la Sección de Evaluación de Resultados y Práctica Clínica con la intención de recoger información sobre la seguridad de las intervenciones en el mundo real, conocer cuál es el impacto de la inversión sanitaria en resultados de salud, aportar herramientas para superar las barreras que impiden la implementación de dichas tecnologías, así como recomponer la idea de innovación mediante el uso de datos procedentes de estudios postautorización o de la recogida sistemática de datos, teniendo también en cuenta lo que esta metodología puede aportar para la valoración de nuevas formas de financiación de las intervenciones sanitarias.


“El diseño de ensayos clínicos y la metodología tendrán que cambiar en base a nuevos análisis”