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C.M.L. Madrid | jueves, 01 de febrero de 2018 h |

Pregunta. Durante el ASH se presentaron los resultados del estudio Alcyone. ¿Cuáles son las claves?

Respuesta. Es el primer estudio en pacientes con MM de nuevo diagnóstico en el que se evalúa el papel de daratumumab. Se han seleccionado 706 pacientes con MM de nuevo diagnóstico, todos ellos mayores de 65 años, que no son candidatos a recibir un trasplante. El estándar de tratamiento es la combinación VMP (bortezomib, melfalán y prednisona). De esos pacientes, la mitad recibieron este esquema y la otra mitad VMP + daratumumab. Los datos revelan que cuando se añade el anticuerpo monoclonal se prolonga de manera significativa la supervivencia libre de progresión, reduciendo la probabilidad de progresar o morir en un 50 por ciento. Además, el 93 por ciento de los pacientes con esta combinación alcanzan una respuesta. Cuando se evalúan, un 42 por ciento alcanza una remisión completa, lo que representa el doble con respecto a la población de pacientes que reciben solo VMP. En los pacientes que alcanzan respuesta completa se evalúa también la enfermedad mínima residual (EMR) y se puede ver cómo aproximadamente un 20 por ciento de pacientes alcanzan una EMR negativa, que se asocia de manera significativa con una duración de la respuesta muchísimo más larga. Desde el punto de vista de eficacia hay un beneficio significativo.

P. Los resultados del Centaurus desvelan que daratumumab tiene un buen perfil de seguridad en MM quiescente intermedio o de alto riesgo…

R. Supone sin duda un paso aún más en lo que perseguimos los hematólogos y, en especial, el Grupo Español del Mieloma (GEM), que es la curación del MM. Somos capaces de detectar a pacientes en fase asintomática e identificar a un grupo de ellos, que sabemos que tienen un riesgo alto de hacer un MM. Centaurus está dando resultados en el tratamiento precoz. Se han elegido a 132 pacientes en fase asintomática pero con características de alto riesgo y se les está tratando con daratumumab, a través de tres esquemas diferentes de tratamiento. Aunque la mediana de seguimiento es todavía corta, se ve que hay un beneficio en el tiempo hasta la progresión a mieloma de los pacientes que reciben el esquema más intenso de tratamiento (que completa los dos años), y se consigue un retraso en la progresión a MM. Desde el punto de vista de seguridad el anticuerpo monoclonal se tolera bien, con lo que este estudio es un punto de partida para un randomizado más grande que ya se ha empezado. Se verá que recibir daratumumab retrasa la progresión a mieloma. Esto supondría instaurar de manera oficial un tratamiento precoz en pacientes que sabemos que van a progresar a MM. Estaríamos haciendo una estrategia preventiva que resulta mucho más atractiva que no tratar al paciente con mieloma activo.

P. ¿Cómo ve el futuro del abordaje de esta patología?

R. En el futuro claramente nos estamos moviendo hacia estrategias curativas, y hace 15 ó 20 años pensábamos que el MM era absolutamente incurable. Creo que en un grupo importante de pacientes en los que la enfermedad no tienen características de mal pronóstico podemos estar hablando, de aquí a unos años, con más seguridad que ahora de curación del mieloma. Todo ello a través de dos estrategias: el tratamiento precoz, y para los pacientes con MM activo cuando no tienen características de mal pronóstico, incluiremos estrategias de tratamiento con anticuerpos monoclonales; la EMR como marcador pronóstico. Probablemente seamos capaces de curar.


“Si se añade daratumumab se reduce en un 50 por ciento la probabilidad de progresar o morir”