Juan Pablo Ramírez Madrid | viernes, 26 de enero de 2018 h |

La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ha lanzado una hoja de ruta para la integración del farmacéutico de hospital en el equipo asistencial. El modelo propuesto se enmarca dentro del Mapa Estratégico de Atención Farmacéutica al Paciente Externo (Mapex). “Queremos colaborar en el seno del equipo asistencial con esa competencia transformada y adaptada a las necesidades y expectativas del paciente”, explica José Manuel Martínez Sesmero, director de Investigación e Innovación de la SEFH y uno de los coordinadores del proyecto junto a Ramón Morillo, especialista en Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario de Valme.

Las líneas de este proyecto se encuentran recogidas en el documento ‘Modelo de mejora continua de la integración del farmacéutico especialista en el equipo asistencial’. Esta incorporación del farmacéutico hospitalario supone “una serie de responsabilidades coordinadas con el resto del equipo asistencial y fundamentadas en sus competencias en farmacoterapia para un mejor resultado en salud en un paciente concreto. Aquí podemos incluir la personalización del tratamiento, el ajuste de dosis, la evaluación de interacciones, la evaluación económica, el posicionamiento terapéutico, el seguimiento farmacoterapéutico, el fomento de la adherencia, la valoración de la satisfacción del paciente, la calidad de vida…”, resume Martínez Sesmero.

Los expertos coinciden en la actualidad que el sistema sanitario requiere una reforma para ser más eficiente. Martínez Sesmero considera que el farmacéutico puede jugar un papel en este objetivo. “Existen nuevas percepciones que al sistema se le están escapando y donde vemos que el farmacéutico puede aportar”. Con este fin, la SEFH ha puesto sobre la mesa “modelos de valor con ejemplos de éxito para que otros compañeros con distintos medios o distintos condicionantes tengan una hoja de ruta en la cual mirarse o reflejarse”.

Evolución y evaluación

La SEFH ha situado su horizonte más allá del hospital ante los diferentes entornos en los que se mueve el paciente. “Nuestro ámbito competencial es el hospital pero sabemos que el devenir del paciente en el sistema sanitario público es complejo. A veces está en el hospital, a veces está en primaria, a veces en el contexto sociosanitario. Estamos evolucionando lentamente hacia una gestión más integrada y por eso es la colaboración con el resto es más importante”, destacó.

En un contexto marcado por la necesidad de medir resultados, Martínez Sesmero destacó que esta iniciativa “está muy relacionada con un sello de calidad. Podríamos catalogar a los hospitales por distintos niveles de excelencia en la atención farmacéutica e integración de los equipos. Creo que esto también aparte de autoevaluarnos nos sirve para marcarnos un objetivo al cual debemos aspirar por un mejor resultado”.

Uno de los objetivos de futuro en los que se le ha atribuido al farmacéutico un papel clave es en hacer a los pacientes más adherentes. “Es la garantía o al menos parte de la garantía para conseguir el mejor resultado farmacoterapéutico. Se trata de un factor intermedio para conseguir el que el tratamiento sea efectivo, seguro, que mejore la calidad de vida del paciente y que la inversión que se haga responda a los criterios de eficiencia y de coste-oportunidad”, subrayó.

Existen ya experiencias en hospitales españoles. Una de las patologías en las que más se ha seguido esta línea de integración es en la esclerosis múltiple. Pero existen otras experiencias como en el caso del VIH, que ha sido objeto de un estudio multicéntrico de la SEFH, o en el de las enfermedades inmunomediadas en reumatología y en dermatología.

Casos de éxito

El proceso de integración avanza, aunque de manera desigual. Ni siquiera es uniforme dentro de una misma comunidad autónoma, depende de la iniciativa de los profesionales. “No significa que un servicio regional aporte una difusión de u n modelo de éxito para el resto de sus hospitales”, afirma el especialista, quien insiste en que el modelo de integración propuesto por la SEFH es “versátil” y se adapta “a las condiciones de cada hospital”.

Martínez Sesmero advierte de que el farmacéutico “está en un proceso de transformación con el convencimiento mutuo de los colegas médicos. Al final cada hospital es como una especie de microcosmos y cada servicio de farmacia es otro microcosmos dentro de la arquitectura hospitalaria. En los últimos 15 años ha cambiado la percepción del farmacéutico de hospital. Ese perfil economicista, de gestión, distribución, logística del medicamento y una comisión de farmacia con una perspectiva más restrictiva ha pasado a una perspectiva más colaborativa e integradora del farmacéutico de hospital y de una visión global. Ahora mismo estamos hablando de un modelo de integración en las unidades interdisciplinares con una vertiente más clínica”, destaca el especialista.

Existen diferentes experiencias de éxito que han servido para la elaboración de este modelo. En el ámbito internacional se han analizado metodologías de trabajo en Estados Unidos (BPS, NorthShore University HealthSystem, UC San Diego Health, Psychosocial Readiness Evaluation and Preparation for Hepatitis C Treatment), Gran Bretaña (Modelo de acreditaciones farmacéuticas de la Royal Pharmaceutical Society), Canadá (Perspectiva de los miembros de un equipo multidisciplinar sobre la integración del farmacéutico a su equipo de reumatología), Francia (El valor añadido del farmacéutico: análisis de las interacciones fármaco-fármaco en la hepatitis C) y Australia (El potencial del farmacéutico en una clínica multidisciplinar especializada o en un equipo multidisciplinar de cuidados paliativos comunitarios).

En España también existen experiencias como los PROA, el Programa e-Conecta-Conciliael, el Modelo CMO (Capacidad, Motivación y Oportunidad) y el Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat), entre otros.

EL DATO

El modelo canadiense ‘Perspectiva de los miembros de un equipo multidisciplinar sobre la integración del farmacéutico a su equipo de reumatología’ ha despertado especial interés en José Manuel Martínez Sesmero. “Es un modelo fundamentado en una formación por competencias y en evaluación y evolución continuas de esas competencias. Lo primero es la formación específica. Es necesario un sistema de acreditación que luego tenga un correlato práctico en una actividad concreta”, añade el especialista.

Existen otros casos como el de la Royal Pharmaceutical Society en Reino Unido. “Tiene un modelo de acreditación farmacéutica interesante. Pero sabemos también que en Reino Unido no hay una especialidad en farmacia hospitalaria”, destaca Martínez Sesmero.