C.M.L. Madrid | viernes, 23 de febrero de 2018 h |

Desde hace años las distintas comunidades autónomas han puesto en marcha los programas de optimización de antimicrobianos (PROA), herramientas de utilidad para mejorar el uso de estos fármacos.

Experiencias hay varias y los resultados están al alcance de todos.

El número 479 de la revista de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) publica un estudio —elaborado por especialistas en farmacia hospitalaria, microbiología y enfermedades infecciosas del Hospital Universitario La Fe de Valencia— que evalúa el impacto de un PROA sobre pacientes hematológicos ingresados en una unidad de pacientes críticos.

Se trata de un estudio cuasi-experimental pre-post intervención, en el que se incluyeron pacientes hematológicos ingresados en una unidad de críticos evaluados por el equipo PROA durante tres años.

En este sentido, tras analizar 324 antimicrobianos de 169 pacientes por el equipo PROA, se recomendaron cerca de 120 modificaciones, incluyendo 55 suspensiones de tratamiento.

De este modo, el análisis pone de manifiesto que la implantación de un PROA sobre el paciente crítico hematológico conduce a un número relevante de modificaciones en el tratamiento, sin afectar la evolución clínica de los paciente. De este modo se constata que la prescripción de antimicrobianos está sujeta un número importante de oportunidades de mejora y refuerza a necesidad de implantación de este tipo de programas en estas unidades.

En el caso concreto de este tipo de pacientes hematológicos, la infección constituye todo un desafío. Como apuntan los autores del estudio, por norma general la selección o duración del tratamiento no se corresponde con la evidencia clínica disponible y contribuye a un aumento del riesgo de toxicidad, costes y selección de bacterias multirresistentes. “En el paciente hematológico, la necesidad de utilización frecuente de antimicrobianos ha conducido a un incremento preocupante de la resistencia a antimicrobianos, especialmente para las bacterias Gram negativas. De hecho, varios autores han relacionado la infección por cepas multirresistentes y un mal pronósticos en estos pacientes”, apunta el estudio.

Según apuntan los autores, no se observó que la introducción de un PROA en la unidad disminuyera el número de pacientes colonizados por bacterias multirresistentes. “La implantación de este tipo de programas supone una reducción considerable del consumo de antimicrobianos, lo que podría afectar considerablemente a la presión de colonización por estas bacterias y otros patógenos oportunistas”. No obstante, apuntan que se considere que la transmisión de bacterias entre pacientes a través de los profesionales sanitarios constituye la principal fuente de colonización en los pacientes ingresadas en las unidades de críticos.