En marzo se celebró la VIII Reunión de Gedefo, grupo de Farmacia Oncológica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Estela Moreno, coordinadora de este grupo, repasa algunos de los principales temas que se abordaron durante ese encuentro.

Simultáneamente la Society of Oncology Pharmacy Practitioners (ISOPP) celebraba el XXI Congreso de ISOPP. Para Moreno, en este congreso han podido “visibilizar el trabajo que llevan a cabo los farmacéuticos españoles, no sólo entre los miembros de GEDEFO, sino también a farmacéuticos de otros países, compartiendo experiencias y aprendiendo unos de otros”.

Uso de las nuevas tecnologías

Uno de los temas que se trató durante esta reunión fue el uso de las nuevas tecnologías por parte de la farmacia hospitalaria. En este sentido, Moreno explica que “algunas, como las apps, son de gran ayuda para estar en el momento que el paciente lo necesita”. Por ejemplo, precisa que “facilitan un seguimiento continuo, detectando las necesidades del paciente y permitiendo ayudarles en el manejo de los efectos adversos cuando aparecen”. “Ya tenemos experiencias que indican la satisfacción del paciente con su uso o la disminución de las consultas del paciente a urgencias, por lo que tienen un gran potencial”, señala.

Por ejemplo, las nuevas tecnologías pueden ser de gran utilidad para incorporar los Patient Reported Outcomes (PROs), es decir, registrar directamente la vivencia de los pacientes. Estos pueden medir parámetros como los efectos adversos o el dolor, yendo más allá de los resultados puramente clínicos. Aquí, Moreno, considera que “hay estudios que indican que los Patient Reported Outcomes son un factor pronóstico de la supervivencia global en pacientes tratados con inmunoterapia, por lo que es importante incorporar la evaluación de los PROs al seguimiento de los pacientes”. En definitiva, la coordinadora de GEDEFO apunta que “el uso de nuevas tecnologías que ayuden al seguimiento y manejo de los efectos adversos de los tratamientos oncológicos de una manera temprana, podría repercutir en una mayor satisfacción del paciente y calidad de vida”.

Buenas prácticas

Por otra parte, Moreno desarrolla algunos de los temas que se trataron en cuanto al tratamiento de los pacientes oncológicos en la actualidad.

Una de estas prácticas es la desensibilización a quimioterapia: se trata de inducir una tolerancia titular a aquellos quimioterápicos que provoquen situaciones de alegría o hipersensibilidad. En palabras de Moreno, “es una práctica cada vez más extendida en los hospitales; está indicada en pacientes que hayan presentado reacciones hipersensibilidad a algún tratamiento de quimioterapia que sea su mejor o única opción terapéutica”.

Moreno especifica que “este procedimiento debe estar monitorizado por un alergólogo y diseñado por un equipo multidisciplinar, del que deben formar parte farmacéuticos hospitalarios, enfermeras, oncólogo o hematólogo y alergólogos”.

En cuanto a la seguridad en oncología en términos generales “la seguridad sigue siendo un aspecto clave”. Por este motivo remarca que los farmacéuticos dedicados a la oncología hematología deben implicarse en este aspecto “ incorporando e implementando todas aquellas herramientas que nos ayuden a incrementar la seguridad con la que se trabaja y aportando seguridad en todo el proceso, desde la prescripción hasta que el paciente se tomar el fármaco o se le administra”. Al hablar de este punto vuelve a poner en valor las nuevas tecnologías, indicando que los especialistas de esta área han de “apoyarse en los sistemas informáticos, ya que son herramientas que pueden ayudar a evitar errores, pero sin olvidar optros procesos como la validación, revisión de interacción o conciliación”. Y es que, Moreno afirma que hacer un buen uso de estos sistemas “no solo ayuda a conseguir los mejores resultados terapéuticos en el paciente, aportando no solo seguridad, sino también calidad al trabajo”.

Retos pendientes

Respecto a los temas abordados, Moreno enumera algunos de los desafíos por acometer en la farmacia hospitalaria oncológica.

Siguiendo este hilo apunta que,  en cuanto a la desensibilización en quimioterapia, actualmente, “los retos pendientes pasan por la necesidad de trabajar en un equipo multidisciplinar que permita continuar el tratamiento con fármacos imprescindibles en el tratamiento del paciente con hipersensibilidad”. También, agrega, “la formación de los miembros del equipo, que deben conocer cómo funciona el proceso y cuál es su papel  y la protocolización de los procesos implicados en la desensibilización: prescripción, premedicación, pruebas cutáneas y proceso de desensibilización”.

Otro punto, por el avance hacia la medicina de precisión, es el de definir qué queda por hacer desde la farmacia hospitalaria en cuanto a los Comités de Tumores Moleculares. “Además de la formación e incorporación de los farmacéuticos a estos comités, queda pendiente el reto de la evaluación de los resultados de los casos presentados y las decisiones tomadas”, especifica. Aquí puntualiza que, como se expuso en la reunión, “lo ideal sería que este registro y evaluación de los casos no sólo se hiciese a nivel local, sino agrupando los datos a nivel nacional, con un impulso del Ministerio de Sanidad”.


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