M.G. Madrid | viernes, 24 de febrero de 2017 h |

La llegada de los biosimilares al entorno hospitalario ha aportado grandes ventajas, pero continúa generando incertidumbres. Los principales desafíos fueron analizados por seis especialistas en un encuentro de redacción celebrado bajo el título “Medicamentos biosimilares. Explorando vías de acceso a la innovación en la Comunidad de Madrid”, promovido por la patronal Biosim y por la Fundación de Ciencias del Medicamento (Fundamed).

Uno de los problemas que más preocupan a los especialistas es el debate entre intercambiabilidad y sustitución. Sobre este punto, Federico Díaz, director de la Unidad de Investigación de la Sociedad Española de Reumatología (SER), remarcó que “hay hospitales que sustituyen automáticamente”. Una práctica que se hace “mal”, ya que, en su opinión, con la sustitución no se ahorra “un duro”. “Hay gente muy obtusa que no se da cuenta de que el ahorro del hoy es el gasto del mañana. Un médico cuando se enfrenta a un paciente en lo primero que piensa a la hora de tomar una decisión no es lo económico, pero aseguro que es lo segundo en lo que piensa”, advirtió.

Sobre este punto, el vicepresidente de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) señaló que en el área digestiva la percepción es que hubo una actitud “completamente negativa a la introducción del biosimilar”. Según sus palabras, “no se sabía lo que significaba extrapolar, sustituir y lo que es la intercambiabilidad”, aclaró. Citó como ejemplo la Comunidad Valenciana, donde los hospitales que cuentan con un cien por cien de uso de biosimilares ha sido por sustitución, efectuada de manera directa por el servicio de farmacia. Un tema, aclaró, “que puede tener implicaciones legales”.

No es el caso de la experiencia en el Hospital de Fuenlabrada, en Madrid, donde el jefe del Servicio de Farmacia Hospitalaria, Mario García, explicó las líneas que han seguido. “En pacientes naïve tenemos cien por cien de uso de biosimilares”, indicó. “La estrategia fue clara, sentarnos en una sesión clínica y multidisciplinar en la que estaban presentes clínicos, gestores farmacéuticos y equipo directivo del hospital. Esa sesión generó un consenso naïve, switching no, porque faltaban datos”, concluyó.

Es precisamente en este punto, en el switch, la intercambiabilidad, donde se generan más dudas, según afirmó el gastroenterólogo. “En este sentido hay que ser prudentes, ir haciéndolo poco a poco y de manera progresiva, seleccionando muy bien qué tipo de paciente debe entrar en ese proceso de intercambiabilidad. Será cuestión de tiempo”, matizó Hinojosa.

Uno de los riesgos de esta sustitución automática masiva, en opinión del responsable de la SER, es que la relación médico paciente se pueda ver afectada. “A los reumatólogos nos parece una gran noticia los biosimilares, y en pacientes naïve los usamos en el cien por cien de los casos”, subrayó. No obstante, considera que falta información y confianza por parte de los pacientes. “Tienen muy poca información sobre lo que es un biosimilar y en cuanto asume que es más barato comienza la reticencia, con independencia de que sea bueno o malo”, sentenció. “Debemos hacer un esfuerzo los médicos y la Administración para que los pacientes sepan lo que es un biosimilar”, remarcó.

El responsable de Farmacia Hospitalaria del hospital de Fuenlabrada, Mario García, coincidió en este punto. “Hay que crear una red de profesionales y pacientes, soportada por la Administración, que proporcione herramientas para registrar datos en eficacia, seguridad, inmunogenicidad y trazabilidad, que son fundamentales para generar confianza. Tener resultados en salud que nos permitan quitar la incertidumbre”, aseveró.

Junto a ellos, el portavoz de Sanidad del PSOE en el Senado, José Martínez Olmos, la subdirectora general de Farmacia de la Comunidad de Madrid, Encarnación Cruz, y Álvaro Hidalgo, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha, pusieron el foco en el marco normativo de estos fármacos y en los incentivos para favorecer su avance. Un punto en común, compartido por todos los participantes, pero verbalizado por Mario García, es que “son un reto, una oportunidad, y hay que buscar los puntos de encuentro”.

LOS DATOS

El ahorro generado por la entrada de los biosimilares en la UE entre 2007 y 2020 se sitúa entre los 11.800 y los 33.000 millones de euros.

En España, este ahorro estaría entre los 1.500 millones de euros y los 2.000.

La reducción de precio de estos medicamentos estaría entre el 20 y el 30 por ciento en España.

En Alemania, este rango está entre el 27 y el 55 por ciento.

Según las estimaciones de Álvaro Hidalgo, profesor de Teoría Económica de la Universidad de Castilla-La Mancha.