El Servicio de Farmacia Hospitalaria del Príncipe de Asturias, en Alcalá de Henares, echó a andar con la creación del centro, hace ahora 20 años. Su jefe de Sección, Rosario Luque, explica cómo ha evolucionado su actividad en estos años.
Pregunta. ¿Cómo ha cambiado su actividad en todo este tiempo?
Respuesta. El Servicio de Farmacia del Hospital Príncipe de Asturias se inauguró a la vez que el hospital en 1987. Iniciamos la andadura dos farmacéuticas: Teresa Requena que abrió el Servicio y yo misma, que me incorporé a los cinco meses. Empezamos atendiendo las necesidades básicas de un hospital que empezaba a andar, con las tareas de selección, adquisición, dispensación y elaboración. La dispensación en dosis unitaria, hoy generalizada, en aquel entonces podía considerarse un avance. En 1990 se incorporó María Sanjurjo como jefe de Sección: impulsó la gestión analítica y añadió el concepto de Calidad. La incorporación de residentes en 1991 representó un hito que permitió la presencia farmacéutica en planta.
Desde entonces el proceso farmacoterapéutico del paciente ha sido nuestra principal inquietud: sacar el máximo partido a la eficacia, seguridad y coste de los tratamientos para el paciente concreto o para una población con una patología definida.
P. ¿Cuál es vuestra misión principal? ¿Con qué recursos personales cuenta el departamento para ello?
R. La misión del SF es proporcionar una farmacoterapia eficaz, segura y eficiente, mediante una atención farmacéutica basada en la evidencia científica, que de un valor añadido a todo lo que afecta al uso del medicamento, contribuyendo a la mejora de la salud, para satisfacer las necesidades y expectativas de pacientes, personal sanitario e institución, desde un servicio público. Queremos ser un equipo comprometido en la atención farmacéutica integral y personalizada del paciente y ser referencia para el HUPA y su área de atención sanitaria. Para desarrollar nuestra misión pensamos que la formación, la comunicación y la responsabilidad, estimulados por la autonomía, son clave para la consecución de este deseo. La motivación de nuestro equipo quiere conseguir la excelencia en el ámbito farmacéutico y sanitario. Nuestro compromiso con la organización está guiado por el sentido de ética, equidad, justicia y sostenibilidad. Una gestión eficiente, innovadora y compartida por los distintos estamentos y la mejora continua de la calidad están en la cultura del servicio para contribuir al buen hacer de nuestra misión.
Creo que atención farmacéutica, que parte de una dispensación individualizada para el paciente, es la característica más destacable de nuestra actividad. La validación de la prescripción del medicamento adecuado, a la dosis adecuada, contando con la monitorización analítica y la información del propio medicamento hasta el momento de la administración, genera un valor en el proceso farmacoterapéutico inherente a nuestro servicio de farmacia. Todo ello en las áreas de ingresados, ambulantes y externos.
Estamos muy implicados en la seguridad del paciente analizando en la medida que nos corresponde los incidentes relacionados con los medicamentos. Promovemos de manera multidisciplinar y continua prácticas seguras, muchas de ellas centradas en medicamentos de alto riesgo como pueda ser la administración de la quimioterapia por código de barras o la estandarización de perfusiones de medicamentos a administrar en bombas inteligentes que incluyen librerías de fármacos.
Otra actividad que se ha desarrollado es el funcionamiento de una Comisión de Utilización de Medicamentos en Situaciones Especiales en donde se evalúa, autoriza y monitoriza los resultados de dichos medicamentos.
Actualmente la plantilla del SF es de 7 farmacéuticos, 8 residentes, 6 enfermeras, 14 auxiliares de enfermería, 2 auxiliares administrativos y un celador.
P. ¿Cuál ha sido la innovación más importante que ha incorporado el centro en los últimos años? ¿Qué ha supuesto en el día a día de los profesionales? ¿Y para los pacientes?
R. En 2013 el servicio se sometió a un cambio tecnológico. Se implantó un almacén automático horizontal, un robot de dispensación para pacientes externos y una dotación de siete armarios automatizados de dispensación de medicación en planta. Esto nos permitio la remodelación del servicio con una redistribución de espacios, la posibilidad de establecer un área blanca para la elaboración de medicamentos (parenterales, citostátiocos y farmacotecnia) y la dispensación de medicamentos en planta con los sistemas automatizados y validación farmacéutica.
Todo ello contribuyó a un mayor control y seguridad en el manejo de los medicamentos. Pero una tecnología, por muy avanzada que sea, requiere una formación específica para sacar su máximo partido. L a necesidad de renovar o aprender conocimientos es clave para que esta tecnología cumpla su función. Esta puesta al día requiere de una categoría laboral, actualmente no disponible, que es la de técnico en farmacia. Las actividades de un servicio central como es el de farmacia, son muy diferentes a las de otros servicios hospitalarios. Se requiere formación específica, tanto por la seguridad como por los importes que se maneja.
La calidad en la atención a los profesionales del hospital y a los pacientes demanda un alto grado de formación por parte de todo el personal del servicio de farmacia. Es de esperar que pronto se pueda introducir la categoría de técnicos de farmacia en las plantillas de los servicios, de forma que se realice un trabajo basado en la formación y el entrenamiento.
Por otro lado, en los últimos años hemos avanzado hacia una atención más integral del paciente. Ello nos ha llevado a apostar por la presencia de un farmacéutico en el servicio de urgencias que vela por una transición asistencial segura a través de la conciliación de los medicamentos al ingreso. Además, se realiza revisión de tratamientos cuando en el proceso de conciliación se detectan prescripciones inapropiadas u otros problemas relacionados con la medicación. Hemos creado un canal de comunicación con atención primaria para la optimización del tratamiento crónico de los pacientes.
P. Como en el resto de hospitales, la atención a pacientes externos ha ganado peso en los últimos años, ¿cómo se plantea en vuestro centro?
R. La atención a pacientes externos es clave en el desarrollo de la atención farmacéutica, tanto por la complicación y constante evolución de los tratamientos como por su impacto en el presupuesto del hospital.
Los pacientes externos se atienden con cita previa. En su primera visita y la primera sucesiva, son atendidos por un farmacéutico, quien les proporciona información oral y escrita sobre sus tratamientos. Se les instruye en cuanto a la necesidad de conseguir la adherencia terapéutica necesaria para conseguir los fines del tratamiento prescrito. En las citas sucesivas se les recitará en la consulta farmacéutica dependiendo de la condición y necesidades de de cada paciente o son atendidos por personal de enfermería formado para ello.
Mensualmente atendemos una media de 2.600 pacientes distintos, distribuidos en 30 programas farmacoterapéuticos diferentes.
P. ¿Cree que hay algún área de mejora en la actualidad?
R. Es importante garantizar la formación adecuada del personal no farmacéutico que trabaja en el servicio de farmacia. Las actividades que realizan son muy específicas y se requiere un personal entrenado. La alta rotación de personal no garantiza la seguridad. En este sentido, la incorporación de técnicos de farmacia, tal como he comentado, es esencial.
P. ¿Qué proyectos tienen de cara al futuro?
R. La conciliación de la medicación es uno de los objetivos del Servicio Madrileño de Salud junto con la cronicidad. Nosotros hemos apostado por la figura de un farmacéutico en urgencias que realiza esta actividad junto con la revisión de tratamientos y nuestro objetivo es profundizar y ampliar la coordinación con atención primaria.
Sería importante el desarrollo de la conciliación de la medicación crónica en ciertas áreas como lo pacientes quirúrgicos.
La trazabilidad de la medicación preparada en el servicio de farmacia es una necesidad ligada el desarrollo de tecnologías que lo permitan: sería muy necesario que pudiésemos participar en el desarrollo tecnológico de esta funcionalidad.
P. Una de vuestras líneas de trabajo pasa por la colaboración con la Atención Primaria, ¿qué tipo de actividades se realizan?
R. El proyecto más innovador en el que estamos involucrados es la revisión de la medicación. El proyecto parte de la incorporación de un farmacéutico al Servicio de Urgencias. Los servicios de urgencias son puntos estratégicos en la transición del paciente a través de los ámbitos asistenciales y la farmacoterapia debe abordarse de una manera global. En el momento en que se inician los programas de conciliación, surgen dudas sobre la adecuación del tratamiento y, por tanto se plantea la necesidad de comunicarse con el médico de Atención Primaria. A partir de aquí hemos sistematizado un procedimiento para comunicar con el médico de AP todos los problemas relacionados con la medicación que detectamos y que deben ser abordados por este médico de AP. Las visitas a Urgencias, tal y como se ha comentado, muchas veces están relacionadas con el uso de medicamentos. Por lo tanto, puede ser un buen momento para realizar actuaciones para optimizar la farmacoterapia que reciben los pacientes mayores.
P. ¿Qué relación mantienen con la universidad?
R. La proximidad a la Universidad de Alcalá de Henares hace que la Docencia Pregrado, incluyendo Erasmus, sea una de las actividades que más nos complacen: pasan por el Servicio unos 10 estudiantes en prácticas tuteladas por año. En cuanto a la Docencia Postgrado nos llena de orgullo contribuir a la formación de 8 residentes por año. Además atendemos a la formación de 3 estudiantes de técnicos.
Respecto a la actividad científica, hemos participado en la elaboración de medicación para dos ensayos clínicos y en estudios de adherencia en pacientes externos. También hemos sido promotores de un ensayo clínico para validar el beneficio en las visitas a Urgencias y hospitalizaciones de la revisión de tratamientos. En el año 2016 se leyeron dos tesis que evaluaban los resultados en tratamientos quimioterápicos. Una de ellas evaluaba la efectividad de los antineoplásicos utilizados en pacientes con indicación no aprobada y otra la disminución de errores de administración al implantar el sistema de administración por código de barras.
El pasado año conseguimos un premio por el “Programa de colaboración interprofesional para la optimización del tratamiento crónico de los pacientes” en el I Encuentro de Continuidad Asistencial de la Comunidad de Madrid.