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| viernes, 06 de julio de 2018 h |

Una de cada dos personas que nace hoy en España será diagnosticada de cáncer a lo largo de su vida, proporción que va en aumento, principalmente agudizada por el envejecimiento de la población y factores ambientales. Afortunadamente, el enfoque en los tratamientos ha evolucionado enormemente. Los científicos e investigadores han empezado a diagnosticar las enfermedades a nivel molecular. Actualmente sabemos que el cáncer no es una sola enfermedad, sino el resultado de innumerables mutaciones genéticas.

El nuevo enfoque para combatir las enfermedades pasa por añadir información genómica en el momento del diagnóstico, que permita predecir cómo de bien un paciente responderá a los tratamientos. Con la ayuda de sofisticadas pruebas diagnósticas como NGS (Next Generation Sequencing), se pueden detectar estos defectos genéticos y podemos aplicar tratamientos dirigidos.

En Roche invertimos el 20 por ciento de nuestra facturación en I+D para desarrollar nuevas tecnologías diagnósticas y nuevos fármacos. Como novedad, el tercer pilar estratégico dentro de nuestras líneas de I+D también se focaliza en el desarrollo de nuevas soluciones digitales que nos permitan materializar el concepto de “Medicina Personalizada 2.0”. La experiencia de cada paciente con cáncer es un poderoso legado. Con las tecnologías de big data actuales tenemos la oportunidad de aprender de la experiencia de cada paciente, de personalizar y adaptar las decisiones a la realidad de cada uno de ellos, a comprender mejor cómo funciona el cáncer y a encontrar tratamientos más efectivos de manera más rápida.

En esta línea, Roche está trabajando en un portfolio de soluciones digitales bajo la marca recientemente lanzada al mercado NAVIFYTM. Se trata de una plataforma tecnológica de soporte a la decisión clínica destinada a los equipos oncológicos con capacidad para crear un repositorio federado de datos de diagnóstico y tratamiento sobre el cual poder analizar la información y generar nuevo conocimiento.

Según nuestra experiencia en implantaciones, el valor que aportan este tipo de tecnologías va mucho más allá del propio conocimiento, permitiendo crear nuevos modelos asistenciales basados en redes colaborativas y haciendo más eficiente todo el proceso desde la sospecha diagnóstica hasta el tratamiento y optimizando los recursos del sistema sanitario. En definitiva, permiten democratizar la atención sanitaria y minimizan la variabilidad de la práctica clínica e incrementando la calidad asistencial. Sin embargo, el reto que se nos presenta a partir de ahora es abrumador. El primer obstáculo que se nos interpone en el camino es un desafío tecnológico. Gran parte de los datos disponibles del mundo real no están estructurados y están almacenados en miles de hospitales desconectados. La segunda gran barrera es el cambio cultural que se requiere para compartir la información más allá del propio centro, más allá de una región o un país.

El big data es una oportunidad para romper barreras y habilitar nuevos modelos de atención colaborativos e inteligentes centrados en el paciente, y una pieza clave para acelerar la lucha contra el cáncer.


“Con las tecnologías big data tenemos la oportunidad de aprender de la experiencia de cada paciente”