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Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 06 de julio de 2018 h |

Desde finales del pasado año o principios de este hablar de big data parece estar de moda, pero para José Francisco Ávila de Tomás, del grupo de Nuevas Tecnologías de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), es mucho más que eso: “va a ser la herramienta clave que va a nutrir a la inteligencia artificial que supondrá la revolución en diagnóstico y en prevención de riesgo”, asegura. Según su visión, el big dataaumentará la seguridad del paciente, afinará el diagnóstico y probablemente también el pronóstico de muchos de los procesos”.

Su impresión es que actualmente hay una gran diversidad entre los médicos sobre la tecnología, incluso un cierto rechazo entre algunos de ellos. Pero estos avances, sostiene, “van a venir de forma inexorable, van a modificar nuestra forma de pasar consulta y no estamos preparados para ello”, advierte. Va a cambiar la salud como concepto global y probablemente pille a una generación de médicos desacompasados con la revolución, asegura.

Frente a esto, el portavoz de Semfyc invita a los médicos de familia a utilizar estas herramientas como puente, y no como barrera.

Para Vicente Caballero, coordinador del Grupo de Trabajo de Nuevas Tecnologías de Semergen, los médicos de familia consideran que el big data es un tema de futuro. A día de hoy, advierte, las historias clínicas no pueden incorporar datos de wearables, por ejemplo, “no tenemos la manera de gestionarlo, apenas se usan”. Sin embargo, coincide con Ávila en que esta introducción es inexorable y confía en la capacidad de adaptación de los profesionales en especial de los más jóvenes, que se “subirán al carro sin dificultad”.

Por su parte, desde SEMG, Francisco Ortiz Sánchez, miembro del Grupo de Trabajo de TIC, destaca que aunque estos profesionales conocen la importancia y saben el nuevo ángulo que abren en la investigación, para el médico de familia, normalmente bien informado, a día de hoy “no es más que un concepto de futuro y la esperanza de que puedan aportar nuevos planteamientos y más eficacia en el desarrollo de su trabajo”.

Con respecto a las expectativas que tienen los profesionales del primer nivel, Ortiz subraya que los facultativos piensan que la proyección de futuro de su labor como médicos de atención primaria se verá muy beneficiada tanto en el aspecto clínico, como de investigación y organizativo, superando la situación actual que fundamentalmente es de control.

El portavoz de SEMG recuerda que ya hay experiencias con este tipo de tecnologías en el primer nivel, y estos temas se abordan cada vez con más frecuencia en jornadas y congresos. Entre las iniciativas del grupo, destaca la creación de una biblioteca de aplicaciones de ayuda en la práctica clínica, la Appteca.

Por su parte, desde Semergen, Caballero aboga por la figura del padrino tecnológico para asesorar a los compañeros menos entrenados con las nuevas tecnologías. De cara a los pacientes, además, la única opción es estar a su altura, y completar el escaso tiempo de consulta con recursos en la red que permitan mejorar el conocimiento del paciente sobre su enfermedad, reforzando así el compromiso en el cuidado de su salud.

Asimismo, un papel importante de los médicos del primer nivel tiene que ver con la codificación de los términos empleados en las historias clínicas. En este sentido, Ortiz remarca que lo fundamental es que haya coordinación y unidad entre las distintas administraciones. “Se da la paradoja de que para algo tan importante como es la codificación de los actos y procedimientos médicos en atención primaria y a nivel hospitalario se utilizan sistemas de codificación diferentes, el CIAP en muchas comunidades y el CIE10 en los hospitales”, subraya.

El especialista es consciente de la necesidad de emplear un lenguaje común que, por otra parte, no depende de los profesionales. Asegura que ven con asombro, por ejemplo, “como después de tantísimos años y dinero invertido, todavía no haya el menor acuerdo para algo tan primario y básico para cualquier desarrollo ulterior como es la tarjeta sanitaria única para todo el Estado”.


A día de hoy, aseguran, las historias clínicas no pueden incorporar datos de ‘wearables’