Esta investigadora clínica ve una oportunidad de unir lo social y lo institucional a niveles nunca vistos y se ha marcado el reto de garantizar la continuidad de la carrera investigadora de la cual se benefició hace 15 años, cuando terminó su residencia como cardióloga y recibió una beca de formación de personal investigador en un hospital público. Raquel Yotti está cómoda en su cargo, aunque sabe que toma las riendas del ISCIII en un momento difícil. Su plan para mejorarlo implica recuperar la inversión y el personal perdidos en los últimos años.
Carlos B. Rodríguez Redactor jefe de El Global | 2019-04-17T12:15:54+02:00 h |

Pregunta. Llegó al Carlos III en un momento difícil, cuando 300 investigadores denunciaban una situación de “asfixia” a nivel financiero y de gestión. “La ciencia se muere”, decían. ¿Es una afirmación válida?

Respuesta. Una afirmación que hace un grupo de investigadores de prestigio que han dedicado su vida y su tiempo a la ciencia siempre debe ser una afirmación válida que debe ser tenida en cuenta y analizada desde el rigor y el respeto. Así lo hemos hecho.

P. ¿Cómo ha hecho usted frente a esta situación?

R. Esta fue la primera medida urgente que se ha puesto encima de la mesa, no ya desde el Instituto de Salud Carlos III —que de forma aislada poco podría hacer—, sino desde el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, que lo ha reconocido como uno de los retos más importantes: la flexibilidad; la agilización de la gestión administrativa; la disminución de los procesos de fiscalización sin que éstos pierdan su función, ya que son necesarios en la Administración General del Estado, pero sin que se conviertan en un impedimento para poder investigar y contratar.

P. ¿Qué niveles de inversión le gustaría ver para el Carlos III?

R. Tenemos que tener un objetivo estratégico hacia el que caminar y por el que vayamos a luchar durante los próximos años. Y este objetivo es claro: recuperar toda la inversión perdida a lo largo de los últimos diez años. Si echamos la vista atrás, desde el año 2008 y analizando un periodo de 10 años, el Instituto de Salud Carlos III ha perdido un 34 por ciento de inversión. Pero si atendemos exclusivamente a la parte presupuestaria relacionada directamente con la transferencia desde el Ministerio de Ciencia o el antiguo Mineco, desde 2008 se ha perdido una inversión del 44 por ciento. Esto tiene un efecto evidente —sería impensable que no lo tuviera— en la propia institución, en su función como financiadora y dinamizadora de la investigación biomédica que se realiza en todo el estado español. Esta es la hoja de ruta: recuperar la inversión que teníamos hace 10 años, de forma progresiva, sostenible y realista. Una vez que recuperemos la inversión y estemos en el punto en el que estábamos, entonces podremos establecer otros objetivos.

P. Tiene claro hasta dónde quiere llevar al Instituto para 2020. ¿Ve realista que España llegue al objetivo de invertir el 2 por ciento de su PIB en el poco tiempo que queda?

R. Queda muy poco tiempo. Si esto va a ser posible o no, no lo sabe nadie. Dependerá de la realidad que nos encontremos, y estamos en un momento de realidad cambiante y de incertidumbre.

P. Han corrido ríos de tinta sobre la no ejecución de los fondos presupuestados para Ciencia. ¿El problema también se ha producido en el Instituto de Salud Carlos III?

R. Somos uno de los organismos con un nivel de ejecución del presupuesto más alto, superior al 90 por ciento, pero esta no es la realidad de la investigación biomédica en España. Los últimos datos nos hablaban de porcentajes cercanos al 30 por ciento, que se han publicitado por otras organizaciones y que se han basado en datos reales. En el Instituto Carlos III no es así porque tenemos ayudas muy finalistas —gran parte de nuestro presupuesto está destinado a financiar la convocatoria de la Acción Estratégica en Salud, y otra parte son subvenciones nominativas directas: a las fundaciones, al CNIO, CNIC, a los CIBER, a la Fundación CIEN…— y muy enmarcadas en dar ayudas a otros investigadores e instituciones para que a su vez ejecutarlos. Con lo cual, no tenemos una foto de cuál es la ejecución final de las ayudas que damos.

P. ¿Es necesario, en su opinión, revisar las dotaciones procedentes de la aplicación de la disposición adicional VI de la Ley de Garantías?

R. De momento, no me planteo otros modelos. Es una fuente de financiación para la cual trabajamos de forma estrecha con el Ministerio de Sanidad. Es cierto que se ha ido disminuyendo en cierta medida, y esta puede ser otra de las razones por las cuales nuestro presupuesto se mantuvo incluso a pesar del cambio de inflexión registrado en 2014, y que coincidió con una diminución de los fondos que procedían de la disposición adicional VI.

P. ¿Entonces hacia dónde caminamos?

R. No creo que sea hacia un cambio de modelo con respecto a la disposición adicional VI. Sí puede ser hacia otras iniciativas de co-financiación y de participación público-privada, que habría que estructurar y desarrollar.

P. ¿Tienen cuantificadas cifras y necesidades en recursos humanos?

R. Sí. Para que un proyecto sea sostenible y que no cambie al albur de los cambios, no ya políticos, sino más locales, como puedan ser cambios en la dirección del Instituto, se necesita un plan estratégico. Todos los planes estratégicos se hacen a 4 ó 5 años. En estos momentos estamos trabajando de forma interna en el plan estratégico del Carlos III como institución, en su globalidad, y con toda su complejidad.

P. ¿Hay algún plan estratégico vigente en la actualidad?

R. A lo largo de los 30 años de historia del Instituto se han hecho varios planes estratégicos, pero actualmente no hay ninguno en vigor. Yo soy una convencida de la necesidad de los planes estratégicos como herramienta de gestión y para marcarnos el futuro. Pero también creo que un plan estratégico debe ser una herramienta real, que permita avanzar y que parta de una reflexión interna y de un análisis de la situación realista, comprometido y compartido, primero con toda la institución y en un paso posterior con la comunidad científica con la que trabajamos. Esto es un plan estratégico que puede ser útil y así estamos trabajando. En primer lugar, identificando necesidades. Y la primera necesidad, de nuevo, son los recursos humanos. En la investigación, si no tenemos investigadores no tenemos nada. Por ello, la primera línea estratégica dentro de nuestro plan estratégico será un plan de recursos humanos. Y esto no se puede improvisar. En la Administración General, la Relación de Puestos de Trabajo es lo que marca el presente y el futuro. Nosotros estamos analizando en profundidad la Relación de Puestos de Trabajo, persona por persona, puesto por puesto, investigador por investigador. Se puede hacer.

P. ¿Se puede recuperar el capital humano perdido, cifrado en un 18 por ciento?

R. Sí, se puede recuperar, junto con ese 34 por ciento de inversión.

P. Otro capítulo a resolver sigue siendo el de la carrera científica, donde el “embudo” afecta a miles de investigadores. ¿Qué puede hacer el ISCIII?

R. El Instituto es responsable de haber creado una carrera de investigadores en el SNS. El reto está en qué ocurre después, en cómo el Sistema Nacional de Salud los incorpora y los hace propios, no como elementos aislados, sino bien integrados. Ahí, el Instituto de Salud Carlos III no ha podido avanzar mucho porque la competencia es de las comunidades autónomas y muchas veces el esfuerzo, no sólo estratégico, sino también financiero, no tiene continuidad. Ahí vamos a trabajar. Es un compromiso de la Dirección ayudar a vertebrar y a homogeneizar la política sanitaria, no dando directrices, pero sí ayudando a que haya un espacio común de intercambio de ideas, de colaboración, entre los responsables en las distintas comunidades autónomas para encontrar un modelo que nos permita avanzar a todos al mismo paso y ojalá que con las mismas medidas en toda España.


Si echamos la vista atrás, desde el año 2008 y analizando un periodo de 10 años, el Instituto de Salud Carlos III ha perdido un 34 por ciento de inversión



No creo que vayamos hacia un cambio de modelo con respecto a la disposición adicional VI; sí puede ser hacia otras iniciativas que habría que estructurar y desarrollar



El Instituto es responsable de haber creado una carrera de investigadores en el Sistema Nacional de Salud. El reto está en qué ocurre después



A lo largo de los 30 años de historia del Instituto se han hecho varios planes estratégicos, pero actualmente no hay ninguno en vigor


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