Uno de los valores que caracteriza a las áreas de hematología del Hospital Universitario de Salamanca (HUSAL) es su especialización en enfermedades. Como expresa María Victoria Mateos, responsable de la Unidad de Mieloma en el Hospital Universitario de Salamanca, “este trabajo hace que haya redes específicas de las distintas enfermedades, lo que tiene la ventaja de que por ejemplo, en mi caso, los médicos que nos dedicamos a mieloma múltiple y células plasmáticas solo vemos este tipo de enfermedad, con lo cual la atención es más optimizada y centrada en la enfermedad”.

Por otra parte, otro de los activos del HUSAL en mieloma múltiple es la investigación. “Tenemos más de 60 ensayos clínicos abiertos, lo que nos permite ofrecer a los pacientes los tratamientos más punteros y no solamente en las fases más avanzadas de la enfermedad, sino también en las primeras líneas”, apunta Mateos. Esto, se complementa, como explica la especialista con “el laboratorio, donde hacemos estudios de genética molecular, enfermedad mínima residual tanto en sangre periférica como en médula ósea y la tercera pata, un laboratorio que tenemos en el centro de investigación en el que llevamos a cabo estudios preclínicos, evaluando mecanismos de acción de fármacos y combinaciones”.

Complejidad del MM

“El tratamiento personalizado del paciente sería lo ideal”, asevera la especialista, detallando que “es una enfermedad muy compleja desde el punto de vista de la patogenia, haciendo que prácticamente cada paciente tenga una enfermedad diferente”. Por ello, en mieloma es tan importante seguir avanzando en investigación. “Todas las técnicas que aplicamos son consecuencia de trabajos de investigación, muchas veces respaldados por compañías farmacéuticas o el Grupo Español de Mieloma; lo que hay que hacer es que esas técnicas estén disponibles y podamos evaluar todas las mutaciones de pacientes con mieloma para aplicarlas”, plantea Mateos.

Aun así, pone en valor todo el avance realizado hasta el momento. “Cuando comencé a tratar mieloma múltiple apenas había fármacos; justo tuve la oportunidad de tratar a los primeros pacientes en España con bortezomib, que fue el primer fármaco que realmente logró aumentar la supervivencia y esto fue el inicio de una nueva era en la que han entrado la talidomida, lenalidomida, anticuerpos monoclonales anti C38, inmunoterapia, linfocitos CAR-T… he podido ver un cambio muy grande en el abordaje”, manifiesta la especialista.

Este cambio ha repercutido, como apunta Mateos en que “cada vez sea más frecuente ver a pacientes con mieloma que viven más de diez años, también porque además de las terapias, reciben combinaciones que sirven para optimizar los resultados”.

Margen de mejora

El camino recorrido es largo, pero todavía no ha llegado a su fin. En palabras de la doctora “siempre hay que intentar mejorar lo que uno hace donde hay huecos para hacerlo con el foco en ofrecer lo más puntero siempre a los pacientes”. Por este motivo, añade, “todos nuestros expertos están centrados en seguir investigando, en participar y proponer nuevos estudios para generar conocimiento y complementar lo que ya hacemos”.

Una de las principales novedades de la unidad, cuenta Mateos, es que “la unidad de Mieloma del HUSAL es la primera en España y la segunda en Europa que cuenta con un espectómetro de masas en colaboración con el departamento de análisis clínicos; en este se estudian las proteínas y permite evaluar la enfermedad en sangre periférica con mucha más sensibilidad que las técnicas convencionales”.

Y en esta senda de progreso, para Mateos, el equipo es imprescindible. “La unidad está integrada por hematólogos, enfermeras, coordinadoras de los estudios y ensayos clínicos y este premio es un reconocimiento a todos ellos y a los pacientes que confían en nosotros”, expresa. “Cuando ves a pacientes de diferentes edades que vienen de lejos y les das la información de que están casi en respuesta completa, te trasladan su alegría y este es el motor que da impulso para seguir”, señala la doctora.


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