Un conjunto de medidas que integra todos los aspectos relacionados y no solo acciones aisladas en aspectos parciales. Bajo esta premisa nació el Plan de Humanización de la UCI de la Organización Sanitaria Integrada Barrualde-Galdakao, el cual ha conquistado el Premio BiC al Mejor Proyecto de Humanización de la Asistencia Sanitaria. El galardón, que cuenta con el respaldo de Gilead, ha reconocido así el trabajo realizado por la entidad vasca para ‘recuperar’ las necesidades, humanas y emocionales, relegadas en este tipo de unidades.

Concretamente, el documento estratégico elaborado se esfuerza por responder, visión multidisciplinar mediante, a su abordaje en los tres sectores implicados: pacientes, familias y profesionales. En este sentido, se tiene el dolor o la soledad en los primeros; el alejamiento o la incertidumbre en los segundos; o el síndrome de burn-out en los trabajadores sanitarios.

Virginia Arnáiz (UCI del Hospital Galdakao-Usansolo).

De este modo, el principal fin del plan era el de conseguir mayor cercanía, comprensión, afectividad y empatía hacia los pacientes críticos y sus familias, incrementando la capacidad de autocrítica y perseverando en la mejora permanente. Virginia Arnáiz, de la UCI del Hospital Galdakao-Usansolo y encargada de recoger el premio, quiso destacar que este “supone un empuje para continuar nuestro trabajo”, agradeciendo en su discurso también a Osakidetza y a la organización BiC.

“Nuestra labor nos exige potenciar al máximo la humanización de la atención que prestamos, a través de un trato humano, cordial, comprensivo y afectuoso, que acorde con el respeto a los derechos humanos y a los principios de autonomía y participación activa de pacientes y sus familiares en el proceso asistencial, procure una mayor satisfacción de las personas”, argumenta Jon Guajardo, director gerente de Barrualde-Galdakao.

Para Gilead, la humanización es clave para conseguir derribar algunas de las barreras que todavía quedan y a las que se enfrentan diariamente muchos pacientes y su entorno más cercano. “Los premios BiC al mejor proyecto ayudan a fomentar y estimular este tipo de iniciativas, tan necesarias para los pacientes y el sistema sanitario como ha demostrado el ganador de este año”, apuntan.

Ejecución y objetivos

Según han resaltado desde el hospital, como resultado del proyecto a nivel global se ha observado un elevado porcentaje de cumplimiento de un 88,13 por ciento del total de buenas prácticas recogidas en el manual. Concretamente, se han registrado hasta 141 acciones ejecutada y 12 en proceso de un total de 160 prácticas.

Entre los puntos sobre los que pivota el plan se encuentra la intención de desarrollar estrategias de flexibilización de horario de visitas en la UCI, así como el impulsar y mejora de la comunicación entre todos los agentes con Medicina Intensiva. Además, se ha buscado garantizar el confort del paciente, tanto en el aspecto físico como en el psicológico, espiritual y en el ambiental.

Por otro lado, se marcó como tarea la dimensión del impacto síndrome de desgaste profesional en el SMI, fomentar su detección y reducir las consecuencias negativas sobre sanitarios, pacientes y la propia institución. En última instancia, quedó agendado el estudio del síndrome post-UCI.


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