La farmacia hospitalaria desempeña un papel indispensable en el abordaje de los pacientes oncológicos. Con el objetivo de poner en valor su contribución al respecto, el Hospital Universitario Gregorio Marañón ha recibido el Premio BiC 2024 en la categoría de “Farmacia Hospitalaria en Oncología”. Vicente Escudero, responsable de la Unidad de Oncología del Servicio, y Camino Sarobe, coordinadora de Calidad, recogieron la placa, entregada por Rita de la Plaza, tesorera del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), y Cecilia Martínez Fernández-Llamazares, presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).
Para el Servicio de Farmacia, la Oncohematología es un área estratégica y prioritaria, donde la farmacia hospitalaria cada vez tiene mayor protagonismo. Además, destacan a GM que se están enfocando hacia una medicina de precisión. De hecho, señalan que, desde 2006, cuentan con una Unidad de Farmacogenética-Farmacogenómica. “Actualmente, esta unidad cuenta con uno de los catálogos asistenciales más completos en España, cubriendo todas las determinaciones incluidas en el catálogo común de Servicios del Ministerio y formando uno de los cuatro nodos de referencia que existen en la Comunidad de Madrid para la realización de estas pruebas”, subrayan.
También, en relación a la medicina de precisión, subrayan que “no podemos olvidar el papel que juega nuestro Servicio de Farmacia en la gestión de medicamentos de terapia avanzada”. Cabe destacar que, actualmente, son uno de los pocos servicios que tienen un área de criopreservación cualificada para el almacenamiento y custodia de estos medicamentos.
Incidiendo en el potencial de los profesionales del equipo, señalan que apuestan por una superespecialización, “que nos proporciona un conocimiento detallado y específico, esencial para la comprensión de las patologías y la selección de los tratamientos más adecuados, lo que resulta en una atención precisa y efectiva”. Además, “favorece nuestra integración en los equipos interdisciplinares”. A su vez, participan activamente en numerosos comités y grupos de trabajo intra y extrahospitalarios, tanto de la administración como de sociedades científicas y trabajan en diferentes ubicaciones, con el objetivo de estar cerca de los pacientes y profesionales sanitarios.
Humanización de la Sanidad
Entre los avances más destacados que impactan sobre la atención al paciente afirman que “la búsqueda de la humanización de la Sanidad y el incremento de la calidad asistencial percibida por nuestros pacientes oncohematológicos es uno de nuestros principales objetivos”. De hecho, desde 2022, cuentan con un Comité Asesor de Pacientes en el Servicio de Farmacia.
Algunos ejemplos de los proyectos que están llevando a cabo son: el desarrollo de innovadoras técnicas de seguimiento y comunicación con los pacientes, como aplicaciones móviles, la dispensación domiciliaria, o la hospitalización y administración de tratamientos oncológicos en el domicilio del paciente.
Actualmente, “estamos incorporando distintas metodologías, como la observación directa (método “Safari”) o entrevistas personales para evaluar la experiencia de los pacientes, e identificar y abordar sus necesidades no cubiertas, desarrollando e implementando mejoras específicas que refuercen la calidad del servicio y la satisfacción del paciente”, corroboran. Asimismo, informan de que llevan muchos años trabajando en la creación de un ecosistema digital, a través de aplicaciones móviles, que permita realizar un seguimiento y una comunicación con los pacientes remota y a tiempo real. “Actualmente, queremos ir un paso más allá y utilizar la inteligencia artificial para evaluar los resultados referidos por los pacientes (PROs) de forma automática, y así incorporarlos más eficientemente a su seguimiento”, garantizan.
Innovación terapéutica
Según relatan desde el Servicio de Farmacia del Gregorio Marañón, uno de los retos, que ya es una realidad, es poder adaptarnos, mejor dicho, anticiparnos, a la cada vez mayor incorporación de innovaciones terapéuticas. “Esto implica la necesidad de una elevada formación y especialización”, subrayan. Otro de los retos relacionados con la aparición de innovaciones terapéuticas es “conseguir un equilibrio entre la incorporación de estos avances y la sostenibilidad del sistema sanitario, y poder adaptarnos a las nuevas necesidades de los pacientes, cada vez más crónicos, más formados y con distintos objetivos y expectativas”.