“La Unidad de Cefaelas del Hospital Vall d´Hebron ha sido finalmente reconocida por su gran desempeño, tras quedar finalista de los premios BiC en 2019 y 2020. “Supone un reconocimiento al trabajo de un equipo de personas que está entregado a ofrecer una asistencia excelente a las personas con migraña y otras cefaleas. Y continuar nuestro esfuerzo en poder seguir realizando una investigación puntera. Para esto sería muy necesario tener más recursos económicos, ampliar el número de recursos humanos y una mejor recogida de datos”, afirma Patricia Pozo-Rosich, jefe de sección del Servicio de Neurología, jefe de la Unidad de Cefalea de Vall d’Hebron, directora del Migraine Adaptive Brain Center y jefe del Grupo de Cefalea y Dolor Neurológico.

El gran desafío, después de un 2022 en el que no han dejado de trabajar, es “la excelencia y la calidad asistencial, es decir, practicar una medicina personalizada se puede realizar gracias a dos factores. Primero, el esfuerzo de los profesionales que trabajan en la atención de los pacientes. Y, segundo, la introducción en el uso de herramientas digitales para poder realizar una monitorización adecuada. “La Unidad de Cefaleas realmente no ha parado a lo largo de prácticamente toda la pandemia. Solo cerramos la unidad en los dos meses de confinamiento. Sí que es cierto que desde entonces el impacto y cambio ha llegado de la mano de la tele consulta y el acceso de los pacientes a los médicos a través del uso de correos electrónicos. Sin embargo, si que es cierto que el tratamiento de la cefalea más refractaria que es lo que sufren la mayoría de los pacientes que visitamos, requiere de visitas periódicas, habitualmente cada tres meses, para poder administrar los tratamientos necesarios”, tal y como relata Patricia Pozo-Rosich.

El equipo de la unidad de Cefaleas del Hospital Universitari Vall d’Hebron con su jefe, Patricia Pozo-Rosich, en el centro

Con un gran volumen de pacientes, el equipo de la unidad intenta constantemente atender la demanda de forma perfecta. Precisamente, una de las grandes necesidades es ampliar y consolidar el personal que tiene. Por otro lado, hemos de mantener y ampliar nuestra capacidad investigadora y docente. Finalmente queremos seguir trabajando para la demanda asistencial que hay. Esto se tiene que realizar con una cauterización del problema”.

La migraña, una enfermedad con cierto componente genético, afecta a un 12 por ciento de la población mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la sexta enfermedad más incapacitante a nivel global y la segunda entre las enfermedades neurológicas. A menudo, infravalorada e incluso infradiagnosticada, suele comenzar a dar los primeros síntomas entre los 10 y los 14 años. En el equipo de la unidad del Vall d´Hebron trabajan 4 neurólogos y 10 personas que se dedican a la investigación, entre ellas profesionales que son especialistas en biotecnología, biología, genética, neurofisiología, enfermería, coordinación de ensayos, ingenieros, psicología y técnicos de laboratorio.

La necesidad de contar con un equipo mayor

En este contexto el reto a perseguir desde el Hospital Vall d´Hebron es “la excelencia y la calidad asistencial, es decir, practicar una medicina personalizada. Esto se puede realizar gracias a dos factores: primero, el esfuerzo de los profesionales que trabajan en la atención de los pacientes y, segundo, la introducción en el uso de herramientas digitales para poder realizar una monitorización adecuada”, explica la jefe de sección del Servicio de Neurología. Un servicio que no ceja en su empeño de seguir mejorando, para lo que es necesario continuar creciendo. Así lo manifiesta Patricia Pozo-Rosich: “la unidad de Cefalea hoy en día necesita ampliar y consolidar el personal que tiene. Por otro lado, hemos de mantener y ampliar nuestra capacidad investigadora y docente. Y, finalmente, queremos seguir trabajando para la demanda asistencial que hay. Esto se tiene que realizar con una cauterización del problema”.

Cabe desear que el premio recibido este año contribuya a impulsar esa necesaria mejora, porque “recibir el premio BiC supone un reconocimiento al trabajo de un equipo de personas que está entregado a ofrecer una asistencia excelente a quienes padecen migraña y otras cefaleas. Y supone continuar nuestro esfuerzo en poder seguir realizando una investigación puntera. Para esto sería muy necesario, más recursos económicos, ampliar el número de recursos humanos y una mejor recogida de datos”, agradece Pozo-Rosich.

Desde Novartis, que patrocina este galardón, afirman querer “seguir trabajando para mejorar el cuidado y la atención que reciben las personas que viven con una enfermedad tan discapacitante como es la migraña. Junto con los neurólogos y especialistas en cefalea, trataremos de que las autoridades y el propio Sistema de Salud reconozcan la gravedad de esta patología neurológica, que impide que algunos los pacientes puedan llevar una ´vida normal´, para lo que es importante que se destinen más recursos. Con este premio queremos dar visibilidad a los profesionales que buscan la excelencia y se dedican al mundo de la cefalea en España”.


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