Sinergias entre distribución y farmacias para crear futuros más saludables, por Remedios Parra

Por Remedios Parra, directora general de Alliance Healthcare Holding España

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Durante los últimos años, de forma progresiva, la necesidad de alcanzar resultados beneficiosos para el conjunto de la sociedad ha ido pareja a la de impulsar la colaboración entre los distintos agentes del sistema de salud, ya sean públicos o privados, para conseguir llegar a objetivos compartidos.

En el caso concreto de la colaboración de los estamentos sanitarios públicos con el colectivo farmacéutico, durante las fases críticas de la pandemia, más de un millón de visitas a los centros sanitarios fueron evitadas gracias a la receta electrónica. Asimismo, hay multiplicidad de otros ejemplos sobre los beneficios de esta colaboración en iniciativas conjuntas con las oficinas de farmacia, como en programas de vigilancia epidemiológica, ya sea de VIH, psoriasis o párkinson, para mejorar la efectividad y la eficiencia de los sistemas de detección tradicionales.

Otro ejemplo paradigmático de esta concepción colaborativa sería el programa de detección precoz del cáncer de colon y recto, con una trayectoria claramente consolidada, en el cual la botica interviene ofreciendo consejo farmacéutico, resolviendo consultas y dudas, detectando criterios de exclusión o facilitando los kits para tomar las muestras, entre otras tareas.

Por lo tanto, en el actual marco asistencial, la oficina de farmacia es hoy una institución de salud clave, ya que es el lugar donde los pacientes acuden a buscar información, consejo y tratamiento sobre sus enfermedades o molestias. Se trata de un punto de acceso conveniente para muchas personas, que ofrece su capacidad para proporcionar un servicio integral de salud. En este contexto, la labor de las empresas de distribución farmacéutica se convierte en pieza esencial para el funcionamiento del modelo español de farmacia, que se caracteriza por su gran capilaridad.

“Debemos seguir ahondando en esta colaboración entre la distribución farmacéutica y las oficinas de farmacias para generar sinergias valiosas y tener un impacto positivo en la salud y el bienestar de las personas”

Así, para seguir desarrollando a la farmacia como un centro de salud es necesario recurrir, nuevamente, a la colaboración. En particular, esta cooperación debe producirse entre la distribución farmacéutica y las oficinas de farmacias. La distribución, como proveedor de recursos y servicios, puede aportar a las oficinas de farmacia herramientas y tecnologías avanzadas para mejorar la atención al paciente. Se trata de unos recursos que, difícilmente, cada botica, de forma individual, podría llegar a desarrollar.

Por ejemplo, la distribución puede proporcionar una herramienta valiosa como la telemedicina, que, desde la farmacia, permite a los pacientes realizar consultas con profesionales de la salud a distancia, evitando desplazamientos y esperas innecesarias. Además, otros instrumentos, como la inteligencia del dato, pueden ayudar a las boticas a conocer mejor a sus pacientes y ofrecerles un servicio más personalizado y efectivo.

No en vano, la transformación digital del sistema sanitario ha sido uno de los puntos calientes de los planes gubernamentales de recuperación destinados a la digitalización del sistema de salud. En este sentido, desde la distribución estamos proporcionando a las oficinas de farmacia aquellas herramientas que les facilita la realización de su labor y les ayuda a tomar decisiones.

Por su parte, las oficinas de farmacia tienen una conexión directa con la comunidad local y pueden trabajar de manera efectiva para implementar estas soluciones de salud en un nivel más cercano a la ciudadanía. Así, se evidencia que la colaboración entre la distribución farmacéutica y las oficinas de farmacias puede generar sinergias debido a las capacidades únicas de ambas.

Además, la colaboración puede ayudar a desarrollar soluciones innovadoras para abordar problemas de salud críticos, como la prevención y el tratamiento de enfermedades, así como mejorar la accesibilidad y la eficiencia de los servicios de salud.

En definitiva, debemos seguir ahondando en esta colaboración entre la distribución farmacéutica y las oficinas de farmacias para generar sinergias valiosas y tener un impacto positivo en la salud y el bienestar de las personas. Las tecnologías avanzadas y herramientas innovadoras pueden ser factores determinantes para ofrecer un valor añadido que contribuya a mejorar la calidad de vida de los pacientes. Así, juntos, podemos trabajar para crear futuros más saludables.