Inversión en salud

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Por Enrique Ordieres, presidente de Cinfa.

Cada año, con motivo de escribir el correspondiente artículo para el Anuario de El Global, tengo unos momentos de reflexión sobre lo ocurrido en nuestra sociedad, en nuestro país, en el sector farmacéutico y como no, en nuestro grupo Cinfa y en mi entorno personal. Reflexión que suele ocupar muchos momentos en Navidad y con el cambio de año.

Mientras escribía estas líneas en los primeros días de 2020 jamás hubiera podido ni siquiera intuir (supongo que como la mayoría de ustedes) lo sucedido en este complejo año 2020. Han sido meses difíciles, angustiosos y llenos de incertidumbre. A las dificultades, proyectos y retos habituales se unían la evolución y las noticias de esta covid-19, así como los cambios tan profundos que nos ha obligado a realizar en nuestro día a día. Todo ello, con la responsabilidad de ser un sector esencial que debíamos garantizar la continuidad de los tratamientos para nuestros pacientes

Decisiones que había que tomar de manera rápida, con la dificultad del aislamiento y la soledad y, como mucho, con la frialdad de la tecnología como punto de conexión. Pero aquí viene la parte positiva: la fuerza de las personas. La capacidad para asumir responsabilidades y sentir que, incluso en situaciones de aislamiento, tenías el apoyo, trabajo, compromiso y fidelidad de un gran equipo. De esta manera, las cosas son más fáciles. La necesidad de adaptarnos a las circunstancias provocadas por la pandemia, nos ha permitido asumir una nueva manera de compartir preocupaciones, ideas y decisiones.

Afortunadamente, en España contamos con un fuerte tejido industrial farmacéutico, que ha reaccionado rápidamente ante esta nueva situación y, entre todos, hemos conseguido estabilizar los importantes cambios en las necesidades de salud y en la demanda de medicamentos.

No ha sido tan sencillo en lo referente a determinados productos sanitarios de primera necesidad, lo que nos tiene que hacer reflexionar sobre la importancia de la industria local, con mucha mayor implicación y capacidad de reacción ante urgentes necesidades.

Pero en el mundo farmacéutico los tiempos de reacción son largos y las inversiones muy importantes: la construcción de una planta, la instalación y validación de los equipos, y la aprobación por parte de las autoridades que regulan todos estos procesos, hacen que sea necesaria cierta estabilidad y previsibilidad para que en las empresas acometamos tan importantes inversiones en proyectos a largo plazo.

Y eso es lo que pedimos a nuestros responsables políticos y reguladores: que nos den la confianza necesaria para seguir desarrollando un sector estratégico para España y para garantizar la salud y nuevas demandas de los ciudadanos y pacientes.