Por Manel Santiñà, Presidente SECA 2016-2019

El Sistema Nacional de Salud (SNS) en España, en estos primeros 20 años del siglo XXI, ha desarrollado su trabajo en el campo de la mejora continua de la Calidad Asistencial a partir de una serie de ejes básicos:

  • La Acreditación y certificación, como instrumentos garantes de que se está realizando un trabajo acorde con las prácticas más recomendadas y cumpliendo unos estándares de Calidad adecuados.
  • La Seguridad del Paciente, como práctica para evitar daños evitables en los pacientes, pero también para evitar daños evitables en los profesionales (segundas víctimas) y en los centros asistenciales (terceras victimas).
  • El No Hacer: para disminuir o eliminar aquello que no aporta valor a los procesos asistenciales, utilizando por ejemplo la metodología del Lean Healthcare
  • Dar valor a los procesos asistenciales: asegurar que las diferentes actividades asistenciales se realizan de acuerdo con las mejores prácticas y son seguras, por ejemplo utilizando la metodología del Right care
  • La Participación de pacientes y cuidadores: poner al/a paciente en el centro de las actividades y hacerlo partícipe de las decisiones que se toman.Para los próximos 10 años los retos que se plantean en Calidad Asistencial en España estarán, obviamente, influidos y relacionados con los retos que se planteen en la Unión Europea y con los que se planteen en el SNS.

Retos que se presentan

La mayoría de estos retos son continuidad de los afrontados en los años anteriores pero con cambios acorde con las nuevas situaciones y con el nuevo conocimiento que va surgiendo:

Reto 1

Actualizar los modelos de Acreditación y certificación: en este apartado hay muy diversos interrogantes que sería bueno tratar de contestar; tales como ¿el nuevo modelo EFQM será útil para las organizaciones sanitarias? ¿Habrá un modelo europeo de Acreditación de referencia? ¿En España persistirán diferentes modelos?; pero lo más importante es reflexionar para que los queremos, como se tienen que utilizar y repensar si debería haber alguna organización independiente que evaluase su buen uso y su aprovechabilidad, por ejemplo utilizando los indicadores que se llegan a medir para compartir información que ayudase a la mejora continua de los Centros.

Reto 2

Seguridad del Paciente: Sin duda continuará siendo uno de los ejes de trabajo del SNS, dando continuidad a las líneas actuales pero también tratando de avanzar en temas como si ¿tendremos una normativa que de amparo legal al trabajo y funcionamiento de las Unidades de Seguridad del Paciente? O si ¿La Seguridad del Paciente se implementará también fuera del marco del centro sanitario, como por ejemplo los domicilios de los pacientes?

Reto 3

Medición de los resultados: el podíamos decir eterno reto, pues nunca se acaba de concretar. Hay que disponer y aumentar la información sobre resultados clínicos, resultados en indicadores de calidad y resultados del punto de vista de los pacientes que sean rigurosos, comparables y sirvan para aprender de las mejoras prácticas; las más eficientes y seguras, por lo menos.

Reto 4

Profundizar en la Implicación del Paciente en la mejora de la Calidad del SNS: La evolución de la satisfacción del paciente hacia lo que hoy se denomina la experiencia del paciente, como fórmula para involucrarle en la gestión de las organizaciones sanitarias y tener en cuenta su punto de vista; pero no solo eso también para que sean co-responsables de las decisiones que los afectan, como por ejemplo en el tratamiento que deben seguir para evitar por ejemplo la falta de adherencia al mismo o la no asistencia a las visitas programadas.

Reto 5

Diseño de los Procesos Asistenciales, como un todo en el SNS, evitando la segmentación que facilita la descoordinación entre centros y profesionales; profundizando en el desarrollo de áreas integradas de salud u otro tipo de experiencias de reorganización del terciarismo que integre los procesos asistenciales que se realizan en cada ámbito, incluyendo el domicilio del paciente y el centro socio sanitario.

Reto 6

La Comunicación: eje de la buena calidad de la asistencia, pues la base de la misma seguirá girando en la comunicación que se establezca entre paciente/familia/cuidadores y profesionales. Las TIC y todas las herramientas de la e-Salud pueden ayudar, pero en una asistencia humana deberemos asegurar que la tecnología sea la ayuda y no el objetivo. La clave de la comunicación esta en las personas y por ello habrá que realizar un esfuerzo en formar a los profesionales en comunicación y habrá que hacer un esfuerzo en mejorar el nivel de alfabetización en salud de la ciudadanía. Deberemos poner mayores esfuerzos en la comunicación individual con el paciente, en la grupal del equipo de trabajo y también en la comunicación comunitaria para reducir el ruido que genera la información basura, la que no aporta ningún valor al proceso asistencial y que genera incerteza, temor y confusión.

Reto 7

La e-Salud: telemedicina, apps, robotica, tecnología 5G son solo algunos de los instrumentos que se están desarrollando e implementando a gran velocidad y que están cambiando la estructura de las organizaciones sanitarias y como se desarrolla su trabajo; eliminando por ejemplo paredes, ya no es necesario desplazarse a los Centros para según qué consulta, el profesional puede realizar la consulta entrando en la vivienda del paciente a través de una pantalla. ¿Cómo aseguraremos en estos casos una buena calidad asistencial?

Poniendo el foco en el 2030, para alcanzar estos retos de mejora continúa de la Calidad Asistencial y resolver otros que se planteen. Hay que seguir trabajando para que haya una mayor y mejor colaboración entre los diferentes profesionales que trabajan en el sector salud, en el sector social y en otros sectores, pues solo con la implicación de todos los actores y sectores ello será posible: La Calidad Asistencial es responsabilidad de todos.