España cuenta con uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo debido fundamentalmente a la alta cualificación de nuestros profesionales, que han dado y dan lo mejor de sí mismos cada día.
Es cierto que la pandemia ha sometido a la sanidad española a una presión sin precedentes, pero nuestro sistema sanitario ha respondido.
Muchos son los retos a los que se enfrenta el sistema sanitario español debido a su proceso de constante cambio que transforma los valores y las expectativas sociales de la medicina. Los factores que desde el entorno actúan de manera más influyente sobra la sanidad son: el aumento de la longevidad, el cambio en el patrón epidemiológico, el continuo avance científico y tecnológico que nos obliga a un proceso de modernización permanente y a la formación del personal y, como no, la globalización. Y el sistema sanitario debe estar preparado para afrontar todos estos retos de la manera más eficaz y eficiente posible, y por su puesto, pensando siempre en el paciente.
Los retos básicos a los que nos enfrentamos son: la sostenibilidad, la equidad, la solidaridad interterritorial, la calidad, la profesionalización de los servicios, la incorporación de la innovación y, como no podía ser de otro modo, la humanización.
Nuestro compromiso no es otro que hacer frente a esos retos y contribuir para llevar a cabo mejoras en todos los ámbitos: mejoras en el funcionamiento del sistema, mejorar el acceso y la calidad de los servicios, más innovación, más políticas preventivas y, sobre todo, un mayor acuerdo y consenso con toda la comunidad sanitaria española, los pacientes y las administraciones autonómicas.
Lo más urgente, sin ninguna duda, es un plan de choque en atención primaria para dar solución al grave problema de déficit de especialistas en este nivel asistencial que sufre España. Llevar a cabo medidas inmediatas para cubrir plazas, y también medidas estructurales que aseguren una dotación de personal para la atención primaria capaz de permitir que siga siendo el elemento vertebrador del SNS con un enfoque más comunitario y con mayor capacidad resolutiva.
- Incentivos para hacer más atractivas las plazas de medicina de familia, comunitaria y pediatría en atención primaria.
- Mejorar el programa de formación de médicos de familia, potenciando el tiempo de formación y la autonomía del residente, así como eliminar restricciones a la formación en centros de salud de menor tamaño.
- Impulsar, en colaboración con las comunidades autónomas, la incorporación de 1.000 plazas formativas más de medicina familiar a la oferta de 2024.
- Reformar la jubilación activa mejorada para especialistas en medicina de familia y pediatría de atención primaria, ampliándola hasta los 72 años.
- Crear ya el título de especialista en urgencias y emergencias y modificar los requisitos de acreditación de unidades docentes en la especialidad de medicina familiar y comunitaria.
- Promover equipos de atención multidisciplinares.
- Reformar la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias para potenciar las capacidades de categorías como la enfermería o la farmacia.
- Reformas legislativas destinadas a reducir la burocracia en los procesos administrativos que acompañan a la actividad clínica.
- Iniciativas de digitalización e integración que permitan al personal de atención primaria solicitar el mismo catálogo de pruebas que desde la atención hospitalaria.
- Mecanismos de selección de personal más ágiles, como el concurso de méritos, para cubrir plazas de difícil cobertura, sobre todo en el medio rural.
Asimismo, hay que poner en marcha nuevas fórmulas para retener talento sanitario propio y atraer talento del exterior, reduciendo los niveles de temporalidad, incentivando el itinerario profesional y desarrollando un modelo de carrera que ligue los incentivos a los resultados en salud y potencie la actividad docente e investigadora.
Agilizar la convalidación de titulaciones extranjeras y eliminar el requisito de nacionalidad para el acceso a personal estatutario por razones de interés general.
Otro reto pendiente es fortalecer la formación sanitaria especializada para que continúe dando respuesta a las necesidades de los nuevos especialistas. De la mano de las sociedades científicas, actualizar los programas formativos de todas las especialidades y los procesos de recertificación de competencias. Hay que aumentar el número de plazas del grado de enfermería en las universidades españolas y trabajar para reconocer y reforzar el papel del personal técnico en cuidados auxiliares de enfermería dentro del Sistema Nacional de Salud.
Y por supuesto, de la mano de las sociedades científicas, actualizar los programas formativos de las diferentes especialidades y los procesos de recertificación de competencias.
“SE DEBERÍA APROBAR UNA NUEVA LEY GENERAL DE SANIDAD QUE INCORPORE LAS MEJORES PRÁCTICAS, ELIMINE REGULACIONES OBSOLETAS Y ACTUALICE LA GOBERNANZA DEL SNS”
Se debería aprobar una nueva Ley General de Sanidad que incorpore las mejores prácticas, elimine regulaciones obsoletas, actualice la gobernanza del SNS y aborde la integración entre los sistemas sanitario y sociosanitario. Esta nueva legislación debe integrar la necesaria modernización del marco normativo sobre amenazas de salud pública, con el fin de dotar a España de mecanismos garantistas para la toma de medidas de control de las enfermedades transmisibles, siguiendo las recomendaciones de los órganos consultivos y judiciales.
Es urgente un plan nacional contra las agresiones a los profesionales sanitarios desde los ministerios de Sanidad, Interior y Justicia, con el consenso de las comunidades autónomas y de los representantes de los profesionales, en coordinación con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, para garantizar la plena seguridad de los sanitarios en el ejercicio de sus funciones en todo el SNS.
Es necesario abordar el enfoque ‘One Health’ con el objetivo de mejorar la preservación integral de la salud humana, la salud animal y vegetal, considerando factores medioambientales y materializando acciones multidisciplinares que favorezcan la inocuidad de los alimentos, el control adecuado de zoonosis y mayores avances frente a la resistencia a los antibióticos.
Como también es necesaria una ley de publicidad de prestaciones y actividades sanitarias, destinada tanto al conjunto de los ciudadanos como a los profesionales sanitarios, para garantizar que la objetividad, la veracidad y la base científica están presentes en toda comunicación que se realice en nuestro país para propiciar la contratación de cualquier actividad sanitaria.
Urgente es también crear una Agencia Estatal de Salud Pública y Calidad Asistencial, garantizando la participación de las comunidades autónomas en la gobernanza de la misma y la fijación de sus prioridades. Desplegar de forma efectiva la Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública y todos los sistemas derivados de la misma en el marco de una nueva Ley de Pandemias. Priorizar en nuestra política sanitaria la coordinación con Europa para la respuesta ante crisis sanitarias: la creación de una reserva estratégica de medicamentos y productos sanitarios y una Estrategia Nacional de Vacunación para definir y reforzar los mecanismos de coordinación entre administraciones ante una posible nueva necesidad de vacunación masiva, agilizando los tiempos para su evaluación, autorización y fijación de precio.
También debemos trabajar para hacer sostenible la red de farmacias, para su labor sanitaria, social y de cohesión territorial, especialmente en las zonas rurales y despobladas.
Hablar de retos a alcanzar es reformar y reforzar los procesos de incorporación de la innovación, especialmente en el ámbito de los medicamentos, avanzando en un procedimiento de autorización, financiación y compra más transparente en base a la necesidad asistencial y resultados tanto de eficacia, efectividad y seguridad como de experiencia del paciente, con el fin de acortar los elevados tiempos de autorización de la innovación terapéutica.
Asimismo, se debería mejorar el acceso a los ensayos clínicos a través del impulso de una base de datos nacional que permita conocer la existencia de cualquier ensayo de interés para el paciente que se esté realizando en instituciones sanitarias de toda España.
“Urgente es crear una Agencia Estatal de Salud Pública garantizando la participación de las autonomías, una ley de pandemias, una reserva estratégica de medicamentos y una estrategia nacional de vacunación”
Llevo ya unos cuantos años defendiendo la creación de una Agencia Española de Innovación y Calidad Sanitaria, impulsando la creación de un sistema en red para la evaluación de las tecnologías sanitarias (HISPANICE), similar al NICE británico, que incorpore técnicos autonómicos y expertos para establecer un modelo común y eficaz de evaluación, sujeto a los principios de transparencia y aplicación auditable de la evidencia científica e impulsando los procedimientos de compra pública innovadora.
Y por supuesto, dar un impulso definitivo a la digitalización en el ámbito sanitario orientada a las necesidades del paciente, abriendo canales para la información, el control de las enfermedades, el acceso a la asistencia sanitaria, la coordinación asistencial y la mejora en las oportunidades de acceso a los recursos. Potenciar la toma de decisiones basadas en el conocimiento y las herramientas de gestión, tomando la historia clínica digital interoperable como eje de esta transformación digital.
Debemos también colaborar con el espacio europeo de datos sanitarios para permitir un intercambio de información entre los estados miembro que mejore la prevención y el tratamiento de las enfermedades e impulse la gestión sanitaria digitalizada, la medicina personalizada y la innovación.
Otra tarea pendiente es impulsar los cuidados paliativos con una normativa específica y acciones para homogeneizar su desarrollo y sus estándares de calidad en todo el SNS, priorizando la mejora del bienestar y soporte de los pacientes en fase avanzada y terminal con el objetivo de conseguir que dispongan de apoyo sanitario y emocional, además de impulsar el desarrollo de planes de cuidados paliativos y acreditar a nivel nacional las competencias del personal sanitario especializado.
Como también está pendiente actualizar la estrategia para el abordaje de la cronicidad para reforzar un modelo de atención proactivo, así como favorecer la atención domiciliaria y con capacidad de adaptación a las distintas necesidades de cada territorio (insularidad, dispersión geográfica, etc.) y abordar, acciones decididas en el ámbito de las enfermedades respiratorias.
Debemos trabajar también para un mejor acceso al diagnóstico y tratamiento de los pacientes con enfermedades raras, independientemente de la comunidad autónoma donde residan.
Asimismo, promover la ampliación de la cartera común básica del programa de cribado neonatal en el SNS y mejorar los contenidos del Registro Estatal de Pacientes con Enfermedades Raras.
España se debe convertir en el país líder en la implementación del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer y garantizar a todos los ciudadanos, con independencia de donde residan, las mismas prestaciones en cuanto a la prevención y tratamiento de esta enfermedad. Es necesaria una ley específica en materia de defensa de los pacientes oncológicos que recoja acciones de protección social y laboral para personas en tratamiento o tras el tratamiento.
Y sin ninguna duda, si hay una prioridad que nuestra sociedad nos demanda hoy es un nuevo enfoque para el abordaje de la salud mental tras el impacto de la pandemia del COVID-19, aprobando una nueva Estrategia Nacional en Salud Mental centrada en la atención temprana.
Prestar una especial atención a la infancia y la adolescencia apoyando programas de detección precoz en el ámbito educativo y a las conductas adictivas con o sin sustancias, incluyendo a las relacionadas con las tecnologías.
Promover programas específicos de salud mental en las escuelas y aprobar específicamente un plan nacional de prevención del suicidio en el que se integren los diferentes agentes (sanidad, educación, prensa, sistema judicial y servicios sociales), tal como ocurre en otros países de nuestro entorno.
Los pacientes de ELA y sus familias necesitan que blindemos por ley el apoyo para que tengan la mejor calidad de vida posible. Asimismo, resulta necesario un centro nacional de investigación de la ELA. además de promover que la declaración de la dependencia se realice con el diagnóstico de la enfermedad para agilizar las prestaciones.
Y en el seno del Consejo Interterritorial de Servicios Sociales y Dependencia, una evaluación de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y atención a las personas en situación de dependencia, además de una revisión de su sistema de financiación para abordar los cambios necesarios que permitan mejorar su funcionamiento y conseguir una gestión ágil y eficiente, común y sostenible en todas las comunidades autónomas.
En definitiva, que para proteger y mejorar nuestro sistema sanitario, tenemos por delante una tarea intensa pero apasionante. A ello nos estamos dedicando y nos dedicaremos, pensando siempre en nuestros pacientes y en nuestros profesionales. Reforzar nuestro Estado del Bienestar fortaleciendo uno de sus pilares básicos, que no es otro que la sanidad, es nuestra prioridad.