Los retos y las oportunidades son consustanciales a los sistemas de salud como lo es el valor que aporta cada uno de sus profesionales. Son los trabajadores del Sistema Canario de la Salud (SCS) los que han permitido, en nuestro caso, que 2023 haya sido un año importante para la cartera de servicios sanitarios regional. En plena pandemia, y entre otros hitos, no sólo se consolidó el programa de trasplantes cardiaco, puesto en marcha en 2019, sino que hemos logrado iniciar el de trasplantes de pulmón y situar a Canarias entre las seis comunidades autónomas que ofrecen esta opción de tratamiento a sus pacientes. Los canarios que precisen ya cualquier trasplante de órganos podrán recibirlo en su territorio, sin necesidad de trasladarse a vivir durante más de un año a la Península a la espera de un órgano compatible, con la barrera personal que supone la lejanía y que, en ocasiones, provocaba incluso el rechazo al trasplante.
La división territorial de Canarias, compuesta por ocho islas, nos obliga a proveer de servicios especializados y de alta tecnología a cada uno de los hospitales insulares de forma que, en 2023, hemos dotado a las islas de Fuerteventura y Lanzarote de unidades de Oncología Radioterápica y de Cardiología Hemodinámica, servicios altamente especializados de la que carecían hasta ahora. Ese es uno de los principios del SCS, acercar las prestaciones a la ciudadanía y evitar el traslado de pacientes entre islas para recibir asistencia sanitaria, a través por ejemplo de la dotación de equipos diagnósticos como resonancias a las islas de La Palma, La Gomera y el Hierro.
Otra de las acciones prioritarias es la Estrategia de Enfermedades Raras del SCS, puesta en marcha en 2023, que ha tenido el reconocimiento de los premios Best in Class en la categoría de Mejor Estrategia Autonómica en Enfermedades Raras. Este documento fue elaborado por un grupo multidisciplinar de profesionales del Servicio Canario de la Salud (SCS), coordinados por la Dirección General de Programas Asistenciales, que contempla unidades de referencia en las islas de Gran Canaria y de Tenerife y una serie de acciones que se han de desarrollar hasta 2026. El principal objetivo de esta Estrategia es garantizar el abordaje integral de las personas con diagnóstico o sospecha de enfermedad rara, permitiendo el acceso en condiciones de equidad a una atención coordinada que favorezca el diagnóstico precoz y la disponibilidad de los tratamientos adecuados para asegurar la calidad de vida de los pacientes y sus familias, a la vez que se promueve la mejora de su conocimiento e investigación.
“Nuestro principal reto para los próximos años es transformar el modelo asistencial de Atención Primaria y la atención a la cronicidad con un modelo más humanizado en el que se apueste por la atención domiciliaria y por la salud digital”
Con esta estrategia buscamos favorecer el diagnóstico precoz, la atención integral y la continuidad asistencial de los pacientes, protocolizando la coordinación entre diferentes servicios, unidades asistenciales e instituciones implicadas. Además, pretende garantizar el acceso de estas personas a la tecnología de diagnóstico genético, garantizando el asesoramiento, y favorecer la cobertura de las necesidades que pueden presentar las personas con enfermedades poco frecuentes con relación a la discapacidad.
Otro de los objetivos que perseguimos es mejorar el acceso y la información de las personas diagnosticadas con enfermedad rara sobre opciones terapéuticas, tanto en el ámbito farmacológico como en nuevas terapias y rehabilitación y mejorar el conocimiento de la población general sobre las enfermedades raras aprovechando las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías.
Retos
En este sentido, acercar las prestaciones a los pacientes responde a un principio de la equidad, muy presente en la gestión de los servicios de salud de carácter insular. Una particularidad de Canarias relevante si tenemos en cuenta, a nivel general, el envejecimiento poblacional; que afecta ya, casi por igual, a toda España. De ahí que nuestro principal reto sea para estos próximos años transformar el modelo asistencial de Atención Primaria y la atención a la cronicidad con un modelo más humanizado en el que se apuesta por la atención domiciliaria y por la salud digital, que ha de simplificar y mejorar la accesibilidad del sistema.
Estos retos, en los que se incluye la atención a la salud mental, van unidos a otras oportunidades para el SCS para este 2024 como ha sido la puesta en marcha del programa HIFU para el control del movimiento en pacientes neurológicos que no respondan a otra línea de tratamiento y la continuidad de los tratamientos Car-T o la protonterapia, en cuya puesta en marcha estamos inmersos.
Estos proyectos se suman, como en el resto de sistemas de salud, al gran reto de ofrecer la máxima estabilización a los trabajadores, que en nuestro caso permitirá mediante la Ley 20/2021, de 28 de diciembre, y la OPE 2023 estabilizar a cerca de 20.000 trabajadores, el pilar del sistema de salud.
Otro gran proyecto para este año en el que estamos trabajando es el despliegue de la la Estrategia Salud Zero Emisiones Netas 2030 para garantizar la sostenibilidad medioambiental y reducir la descarbonización mediante la instalación de energía solar fotovoltaica para autoconsumo en los principales hospitales y centros de salud del archipiélago, así como el desarrollo de proyectos de eficiencia energética.
En definitiva, 2024 se nos presenta como un año ilusionante toda vez que hemos superado la pandemia gracias a la fortaleza de los sistemas de vigilancia epidemiológicos y a la dedicación, en este sentido, de los profesionales de Atención Primaria, Atención Especializada y Salud Pública, lo que unido a la vacunación, nos sitúa en un escenario de gestión sanitaria mucho más normalizado al de años anteriores aunque afrontando aún sus consecuencias.