El año que sacudió el sistema de salud

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Por José Luis Fernández Arteagabeitia, senior VicePresident & General Manager Spain, Turkey, Portugal. IQVIA

La nueva década del 2020 ha arrancado con una situación sin precedentes en el ámbito de la salud: la pandemia de la COVID-19. En realidad, nos enfrentamos a tres crisis diferentes: la de la pandemia y sus diferentes oleadas, la consecuente crisis sanitaria y la crisis económica en la que nos vemos inmersos.

Con la primera oleada de la COVID-19 llegó la saturación de los hospitales y el confinamiento. Ello produjo cancelaciones y retrasos de visitas y cirugías programadas. También, llegaron medidas como la doble dispensación de medicamentos de dispensación hospitalaria para minimizar las visitas de pacientes a los hospitales. Consecuentemente, la pandemia no solo ha afectado a los pacientes COVID-19, también al resto. Mucho.

A medida que las interacciones presenciales entre médico y paciente decrecieron, también lo hizo el mercado dinámico. La información de IQVIA muestra como así ha sido en muchos países, incluido España, y la recuperación de este mercado dinámico parece que será lenta. Por ejemplo, en oncología los nuevos diagnósticos en el mes de abril fueron un 45% menos que en el mismo periodo del año anterior y en julio de un 21%. Si los pacientes no son diagnosticados y tratados al ritmo que deberían, y si no se consigue recuperar la acumulación de operaciones atrasadas en un tiempo razonable, habrá un impacto significativo en el nivel de salud de los pacientes y también en el sistema sanitario. Los pacientes entrarán en el sistema con una salud más deteriorada y, en algunas ocasiones, en estadios más avanzados que lo que veíamos hasta ahora.

“La Covid-19 ha supuesto un acelerador para tendencias emergentes; el mercado ha cambiado y muchos de los modelos que conocíamos hasta 2019 ya no serán válidos en el entorno postpandemia”

Inicialmente, el confinamiento también afectó la capacidad de los reguladores, de las agencias de evaluación de medicamentos y tecnologías sanitarias y pagadores para desempeñar sus funciones habituales. Aunque, la mayoría de los organismos volvieron al nivel de actividad anterior en poco tiempo, la innovación se ha visto afectada: el número de lanzamientos en España durante el 2020 ha sido bastante inferior al promedio de los 4 años anteriores (15 hasta octubre 2020 vs. 26). España ha sido, en este sentido, el país más afectado de los países comparables (Europa top 5, EEUU y Japón).

En oncología los nuevos diagnósticos en el mes de abril fueron un 45% menos que en el mismo periodo del año anterior y en julio de un 21%.

La COVID-19 también conllevó al cambio de visitas presenciales entre los profesionales de salud y los pacientes a consultas remotas. En una investigación primaria realizada por IQVIA a oncólogos y hematólogos, observamos que a futuro esperan que el uso de la telemedicina aumente significativamente, incluso, una vez superada la pandemia. A principios del 2020, el número de visitas en España que se realizaban de manera remota en el área de oncología era de un 6%. Durante la primera oleada, el uso de este tipo de interacción aumentó hasta un 58% para estabilizarse en un 36% durante los meses posteriores. Una vez superada la pandemia, los médicos esperan que las visitas remotas representen algo más de un 20%, una cifra muy superior al 6% inicial.

Asimismo, la COVID-19 también ha impactado en la forma en que las empresas biofarmacéuticas se relacionan con los profesionales sanitarios. Como consecuencia de la importante reducción de las interacciones en persona, las empresas se han enfrentado al desafío de encontrar formas para continuar interactuando de manera efectiva con los profesionales de la salud a través de otros canales. En realidad, la multicanalidad ya era algo que las compañías estaban realizando de manera más o menos extendida, pero la COVID-19 ha supuesto un catalizador. El 2020 ha traído cambios en cuanto a la preferencia de canales de los profesionales de la salud, aumentando la preferencia por los recursos digitales. Este cambio de tendencia ya se observaba de manera más discreta en los años anteriores, pero ahora ha experimentado un cambio más significativo, y en España, ha quedado en la actualidad prácticamente al mismo nivel que las interacciones presenciales.

La multicanalidad ya era algo que las compañías estaban realizando de manera más o menos extendida, pero la COVID-19 ha supuesto un catalizador.

Como hemos visto, el 2020 ha cambiado las reglas de juego en muchos aspectos. Además de los efectos directos de la pandemia, como la disminución de los diagnósticos o el aumento de las consultas remotas, debemos tener en cuenta también que la COVID-19 ha supuesto un acelerador para tendencias emergentes en el mercado farmacéutico. En consecuencia, el mercado ha cambiado y muchos de los modelos que conocíamos hasta el 2019 ya no serán válidos en el entorno pospandemia. 

Probablemente, el modelo futuro de interacción con los profesionales de la salud será un modelo híbrido, combinando interacciones cara a cara con remotas en función del momento y preferencias de canal del profesional de la salud. Este cambio de interacción a un modelo híbrido también afectará otros roles que interactúan con los profesionales de la salud como, por ejemplo, los conocidos en el sector como KAM y MSL. El resto de la organización deberá adaptar su manera de trabajar y sus procesos a este enfoque de combinar y coordinar diferentes canales. 

Como consecuencia de la recesión económica, esperamos un entorno de financiación y acceso más difícil, siendo los requisitos de evidencia y las condiciones de financiación cada vez más estrictos, exigentes, en condiciones menos favorables a las planificadas y muchas veces requiriendo acuerdos innovadores para los cuales se debe estar preparado. Consecuentemente, a partir de ahora, la necesidad de una estrategia de evidencia del mundo real sistemática y bien planificada que pueda alimentar publicaciones científicas de un mayor impacto será aún más necesaria. También creemos que el sistema de salud, estresado y sub-financiado, necesitará mucha ayuda.

Es una oportunidad para que la industria farmacéutica siga demostrando su compromiso de siempre con el avance de la salud y pueda alcanzar mayores niveles de colaboración con el sistema sanitario que conduzcan al sistema a aumentar los resultados en salud. Si una cosa nos ha enseñado la pandemia de la COVID-19, es que la certidumbre va a ser un bien escaso en el futuro próximo. La agilidad para la toma de decisiones y el cambio de curso en entornos más inciertos y cambiantes será un aspecto fundamental para el éxito de las compañías.