2021: un año apasionante para las vacunas

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Por Ángel Gil, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la URJC.

Muy posiblemente este sea uno de los años en los que mas se ha hablado de vacunas y en parte siempre suele suceder en situaciones de emergencias o pandemia como la que estamos viviendo. De hecho la población rápidamente pregunta a las autoridades sanitarias si hay vacunas, donde están o que vamos a hacer para controlar la pandemia, etc.

Ahora bien, me gustaría destacar que mientras llegaban las vacunas había una serie de dudas que necesitan respuesta. De hecho, justo al finalizar la primera onda epidémica desde el Ministerio de Sanidad se elaboro un documento que recogía muy bien las inquietudes de los primeros meses de la pandemia. Teníamos que seguir vacunando, cumpliendo el calendario de vacunación para “toda la vida” y teníamos que saber si era o no seguro vacunar durante la pandemia y si la vacunación aumentaba el riesgo de infectarnos de la COVID19 o de desarrollar la enfermedad. Esta claro que a estas dos preguntas las respuestas son muy claras: por supuesto que es seguro vacunar y las vacunas del calendario no aumentan el riesgo de enfermar, sino todo lo contrario: ayudan a evitar complicaciones derivadas de la COVID19, como sobreinfecciones, de tal forma que la vacunación se convirtió en una de las estrategias de prevención que teníamos a nuestro alcance.

También nos preguntábamos si era peligroso vacunar cuando una persona estaba en el periodo de incubación frente a la COVID19: obviamente NO. También si el hecho de haber padecido la enfermedad podría ser una contraindicación; y hoy en día sabemos que no solo no es una contraindicación sino que es una indicación.

En paralelo, la investigación iba avanzando y los prototipos de vacunas iba dando grandes pasos, se finalizaban las primeras fases de investigación clínica (fases I y II) y se daba el paso hacia la fase III. De hecho, la primera vacuna que tuvimos llegó en diciembre con la aprobación por parte de la Agencia Europea del Medicamento; fue la vacuna Comirnaty® o vacuna contra a COVID-19 BNT162B2 de Pfizer-Biontech. Los datos de la investigación ponían de manifiesto que estábamos ante una vacuna segura y eficaz y, por lo tanto, se procedió a la inmunización de la población antes de finalizar el 2020. Los resultados del ECA fase III de la vacuna BNT162B2, publicados en el NEJM el 10 de diciembre muestran que la vacuna tiene una eficacia del 95 por ciento. En conclusión, la vacuna fue autorizada por las agencias reguladoras y puede utilizarse con seguridad siguiendo las indicaciones de las fichas técnicas, que básicamente es la utilización en todas las personas mayores de 16 años de edad sin o con presencia de enfermedades crónicas, e incluso puede utilizarse sin precauciones especiales en personas que hayan padecido la COVID-19.

La otra vacuna que tenemos ya autorizada es la de Moderna. Es una vacuna mRNA-1273 basada en el ARN mensajero (ARNm). Entre los resultados mas relevantes cabe destacar una eficacia a corto plazo de la vacuna mRNA-1273 en la prevención de la infección del SARS-CoV-2 sintomático en una población adulta diversa como la que participó en el ensayo. La menor incidencia de casos de SARS-CoV-2 después de una sola dosis de mRNA-1273 es esperanzadora. La eficacia de la vacuna del mRNA-1273 para prevenir la infección sintomática por el SARS-CoV-2 es mayor que la eficacia observada en las vacunas convencionales contra los virus respiratorios. Podemos decir que la vacuna mRNA-1273 mostró una eficacia del 94,1 por ciento (IC del 95%, 89,3 a 96,8%; p<0,001) en la prevención de la enfermedad de COVID-19, incluyendo los casos graves.

Desde el punto de vista de la seguridad, las reacciones locales a la vacunación fueron leves; sin embargo, los efectos secundarios sistémicos moderados o severos, como la fatiga, la mialgia, la artralgia, y el dolor de cabeza, se observaron en alrededor del 50 por ciento de los participantes en el grupo del mRNA-1273 tras la segunda dosis. Estos efectos secundarios fueron transitorios y desapareciendo, en la mayoría de los voluntarios, después de 2 días, sin secuelas.

Progresivamente y durante el primer semestre de este año se espera tener otras 5 vacunas autorizadas en la Unión Europea. Algunas con esta misma tecnología, pero también otras que utilizarán vectores virales como el adenovirus, como es el caso de las vacunas de AstraZeneca y Janssen, o DNA recombinantes como la de Sanofi/GSK. Un año, por lo tanto, apasionante para las vacunas y muy importante para alcanzar el objetivo que establecen las autoridades sanitarias de “reducir la morbimortalidad por la COVID 19 en un contexto complejo como el actual de la pandemia”.