Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL), la Universidad de Salamanca (USAL) y el Área de Enfermedades Respiratorias del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) han realizado una revisión sistemática sobre la viremia, es decir, la diseminación de componentes virales desde los pulmones hacia la sangre, en pacientes con infecciones respiratorias graves. Los resultados revelan una alta prevalencia de viremia y una conexión directa con la gravedad de la enfermedad, contradiciendo así suposiciones previas. Este hallazgo tiene importantes implicaciones fisiopatológicas y clínicas, no solo en la infección por SARS-CoV-2, sino probablemente también en infecciones causadas por otros virus respiratorios, tanto a corto como a largo plazo.

Publicado en The Lancet Microbe, este estudio es pionero en analizar la viremia en diversas infecciones respiratorias más allá de la COVID-19, incluyendo infecciones por otros coronavirus, adenovirus, rinovirus, virus respiratorio sincitial (VRS) y gripe. Así, estos resultados abren nuevas puertas para investigaciones que exploren cómo la monitorización, prevención o eliminación de esta carga viral en sangre podría mejorar la detección, tratamiento, pronóstico y manejo de complicaciones a largo plazo en pacientes con infecciones respiratorias graves. Asimismo, estos descubrimientos sugieren la necesidad de investigar más a fondo el papel de la viremia en la patogénesis de enfermedades extrapulmonares a largo plazo, como la diabetes y las patologías autoinmunes.

Un fenómeno habitual

Jesús Bermejo, investigador del CIBERES y jefe del grupo BioSepsis del IBSAL, que ha liderado este estudio internacional junto con la investigadora Ana Tedim y con la colaboración de investigadores suecos de los Hospitales de Sahlgrenska y Danderyd del Instituto Karolinska, señaló que “hemos descubierto que la viremia no es un fenómeno raro en pacientes con infección respiratoria, sino que, por el contrario, tiene una alta prevalencia, que va del 10 al 60% dependiendo del tipo de virus y, sin embargo, no la estamos evaluando en los hospitales; pero es que, además, está claramente asociada con la gravedad”.

Tener en cuenta esta asociación podría ser clave para determinar la trayectoria del paciente, predecir su evolución e incluso permitir la administración temprana de soporte vital para mejorar las tasas de supervivencia. “Abre la puerta a explorar nuevos tratamientos, como la administración de antivirales, para prevenir el deterioro del paciente o atenuar la respuesta inflamatoria asociada a la viremia en sangre”, agregó Bermejo.

Esta hiperinflamación en pacientes con COVID-19, así como otras reacciones a la viremia, como la linfopenia, la activación de la coagulación o la disfunción endotelial, ya habían sido ampliamente estudiadas por este grupo de investigación durante la pandemia, y ahora se confirma que también ocurren con otros virus respiratorios. Sin embargo, lo más relevante es que, a largo plazo, estas reacciones tienen consecuencias significativas.

Los estudios incluidos en este metaanálisis confirman una asociación entre la viremia secundaria a la infección por SARS-CoV-2 durante la fase aguda de la enfermedad y la aparición de la COVID persistente. “Lo que amplía a más estudios para explorar las secuelas no previstas que puede dejar la diseminación del virus a nivel sistémico en personas con otras infecciones respiratorias, como la gripe, e incluso valorarla como causa de diabetes en niños y de otras enfermedades autoinmunes”, indicó el investigador del IBSAL.

Sin embargo, los mecanismos mediante los cuales la viremia contribuye a la enfermedad grave y las consecuencias a largo plazo siguen siendo en gran medida desconocidos. Según los investigadores, la limitada evidencia disponible sugiere que la viremia está asociada al desarrollo de respuestas desreguladas del huésped, tales como la hiperproducción de mediadores proinflamatorios (en infecciones por SARS-CoV-2, influenza y adenovirus), linfopenia (SARS-CoV-2 e influenza), activación de la coagulación (SARS-CoV-2 y adenovirus), disfunción endotelial (SARS-CoV-2), destrucción tisular (SARS-CoV-2 y adenovirus), y respuestas de anticuerpos defectuosas (SARS-CoV-2, MERS-CoV) o retardadas (SARS-CoV).

Hallazgo común

Esta revisión sistemática mostró que la viremia fue un hallazgo común en la mayoría de las infecciones virales del tracto respiratorio en los niños y adultos analizados en este estudio, lo que sugiere que la viremia podría desempeñar un papel clave en la patogénesis de la enfermedad y en las complicaciones causadas no solo por el SARS-CoV-2, sino también por otros virus respiratorios. Un metaanálisis de estudios de prevalencia sobre el SARS-CoV-2 indicó que la viremia está significativamente asociada con la enfermedad grave en el momento del muestreo. De acuerdo con estos hallazgos, la prevalencia más alta de viremia se encontró en infecciones causadas por los virus más virulentos, como la influenza aviar altamente patógena (H5N1 y H7N9), MERS-CoV, SARS-CoV y SARS-CoV-2.

La relevancia clínica de la viremia también se vio respaldada por su impacto negativo en la presentación clínica y el pronóstico de los adultos con infecciones causadas no solo por virus emergentes como el SARS-CoV, SARS-CoV-2 y MERS-CoV, sino también por virus epidémicos como los adenovirus, rinovirus, el virus respiratorio sincitial (VSR) y la gripe A H1N1 (2009). Sin embargo, los resultados para otros virus de la gripe no fueron concluyentes o no se obtuvieron.

Estudios de BioSepsis

Durante la pandemia, el Grupo BioSepsis fue pionero a nivel mundial al demostrar en 2020 que la presencia del virus en sangre podía ser un marcador de gravedad importante. Con esta experiencia previa, el grupo se propuso comprobar si esta condición también se presentaba en otras infecciones víricas respiratorias. Para ello, realizaron una búsqueda sistemática preliminar para identificar artículos publicados hasta mayo de 2024 que informaran sobre viremia durante infecciones respiratorias, su asociación con la gravedad de la enfermedad, las consecuencias a largo plazo y las respuestas del huésped. Esta revisión incluyó 202 trabajos de los 2.448 analizados de forma detallada.

Este exhaustivo análisis podría suponer un cambio de paradigma en la práctica clínica para abordar a los pacientes con infecciones víricas respiratorias. Esto es especialmente relevante en una época de virus emergentes, como se está observando con la gripe aviar, y resulta fundamental para seguir concienciando sobre la importancia de las campañas de vacunación.


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