Marivi Mateos

Desde comienzos del mes de mayo los especialistas cuentan con una nueva alternativa terapéutica frente al mieloma múltiple (MM). Se trata de isatuximab, desarrollado por Sanofi como Sarclisa, que ha recibido luz verde con una doble indicación.

Por un lado, la indicación IsaPd, en combinación con pomalidomida-dexametasona (Pd-dex), está destinada a pacientes adultos con mieloma múltiple recidivante y refractario que han recibido al menos dos tratamientos previos que incluyan lenalidomida y un inhibidor de proteasoma, demostrando progresión de la enfermedad en la última terapia.

Por otro, la segunda indicación es IsaKd, que contempla su uso junto a carlfilzomib y dexametasona (Kd), y puede ser empleada en pacientes adultos con mieloma múltiple en recaída que hayan recibido al menos un tratamiento previo.

María Victoria Mateos, directora de la Unidad de Mieloma del Hospital Universitario de Salamanca, explica a GM que el mieloma múltiple es la segunda enfermedad hematológica maligna en orden de frecuencia, después del linfoma no Hodgkin. “Es una enfermedad bastante desconocida y cada vez está siendo más prevalente porque, afortunadamente, se están produciendo muchos avances tanto en la investigación como en la aparición de nuevos tratamientos, lo que hace que los pacientes vivan más”, apunta.

La especialista detalla el mecanismo de acción de este nuevo fármaco y su diferente aportación al arsenal terapéutico disponible. Isatuximab es un anticuerpo monoclonal, forma parte de las estrategias de inmunoterapia y va dirigido contra un antígeno que se expresa de manera constante en la superficie de las células plasmáticas. Es un tratamiento dirigido”, adelanta.

“Isatuximab tiene un mecanismo de acción muy dirigido, lo cual aporta claramente innovación para estos pacientes”

María Victoria Mateos


“El anticuerpo se une al antígeno CD 38 y se desencadenan una serie de mecanismos que van encaminados fundamentalmente a destruir a la célula tumoral, pero, además, isatuximab tiene también un mecanismo de acción de inmunomodulación, estimulando las células del sistema inmune”, prosigue la hematóloga.

En este sentido, añade que “este doble efecto hace que, por un lado, se destruya la célula tumoral y, por otro lado, el sistema inmune estimulado está haciendo que la enfermedad no vuelva, manteniendo la ausencia de enfermedad y en algunos enfermos en los que no se consigue erradicar completamente la enfermedad y queda algo de enfermedad esa estimulación en el sistema inmune hace que se mantenga bajo control ese poco de enfermedad que queda”.

Por lo tanto, subraya que “tiene un mecanismo de acción muy específico, muy dirigido, lo cual es importante, y va a aportar claramente innovación para los pacientes con mieloma en España”.

ICARIA-MM

La aprobación de estas dos indicaciones se sustenta en dos estudios. Por un lado, la indicación IsaPd se basa en el ensayo fase III ICARIA-MM, en el que isatuximab, en combinación con Pd-dex, redujo el riesgo de progresión o muerte en un 40 por ciento, en comparación con Pd-dex. Mateos explica que este estudio tiene una peculiaridad: “es el ensayo clínico randomizado en mieloma con mayor número de pacientes refractarios a lenalidomida incluidos”. “Es importante porque la lenalidomida forma parte ahora mismo de las primeras líneas de tratamiento en pacientes con mieloma, se da como tratamiento continuo y la mayoría de los pacientes se hacen refractarios a la lenalidomida. Hay que tener combinaciones que sean capaces de rescatar a estos pacientes”, destaca.

Asimismo, detalla que con este estudio se expone a esta combinación “a un grupo de pacientes que ha agotado los tratamientos convencionales con un beneficio muy importante en la supervivencia libre de progresión, que es lo que le dura al paciente la respuesta, y la mediana libre de progresión es de casi un año, frente a seis meses, prácticamente la duplica con respecto a la rama control y este beneficio se mantiene en todos los grupos de pacientes”.

IKEMA

La indicación IsaKd parte del ensayo fase III IKEMA, en el que isatuximab, en combinación con el estándar carfilzomib y dexametasona, redujo el riesgo de progresión de la enfermedad o de muerte en un 42 por ciento. El tratamiento combinado con ixatuximab se asoció a una profundidad notable de la respuesta, con niveles indetectables de mieloma múltiple en más de un tercio de los pacientes (34 por ciento) con mieloma múltiple en recaída.

Mateos remarca que es un estudio randomizado fase III y lo más importante es que se acaba de actualizar y presentar recientemente, en el Congreso Europeo de Oncología Médica, como sesión plenaria, y que la mediana de supervivencia libre de progresión para estos pacientes es de casi tres años, 35.7 meses.

“Son datos buenísimos para pacientes con mieloma en recaída que han recibido al menos una línea de tratamiento previo. Se adapta muy bien a nuestra práctica clínica porque ahora mismo la mayoría de los pacientes ya llevan años recibiendo la lenalidomida como primera línea de tratamiento, son refractarios y la mayoría de ellos han sido ya expuestos a bortezomib y la mayoría de ellos no han recibido el anticuerpo monoclonal CD 38”, indica.

En la misma línea, añade que los hematólogos aspiran a “tratar a esos pacientes con un cambio de clase de fármacos e ir a un inhibidor de proteasoma como es carfilzomib y utilizar el anticuerpo monoclonal anti CD38. Este ensayo nos aporta la posibilidad de utilizar la combinación preferida para la mayoría de los pacientes en primera recaída”. “Los datos son realmente muy positivos”, resume.

La directora de la Unidad de Mieloma del Hospital Universitario de Salamanca hace hincapié en que en los últimos años ha cambiado radicalmente el manejo de esta enfermedad. “La situación es muy dinámica. Si leemos cualquier artículo sobre mieloma casi siempre empieza con la afirmación de que es una enfermedad que sigue siendo incurable, es algo que los pacientes tienen grabado. El reto para nosotros es vencer ese dogma de incurabilidad”, sentencia.

“El reto para nosotros es vencer el dogma de incurabilidad asociado al MM”

María Victoria Mateos


En este sentido, destaca que si sumamos la innovación constante con herramientas más sensibles para medir la respuesta de la enfermedad (podemos detectar células malignas entre un millón o más de células normales), nuevos tratamientos o diagnóstico precoz, estamos más cerca de vencer ese dogma.

En cualquier caso, este medicamento tiene aún un largo recorrido. “Hay estudios ya en marcha con isatuximab con estándares de nuevo tratamiento con mieloma de nuevo diagnóstico; tenemos que esperar a los resultados”, anuncia.

Además, actualmente la administración de isatuximab se realiza por vía intravenosa, pero hay ensayos clínicos en marcha por vía subcutánea, “lo que optimizaría mucho el manejo de isatuximab en la práctica clínica”, concluye la experta.

Colaboración con Sanofi.