El melanoma es el tipo de cáncer de piel más agresivo que existe. Su incidencia va en aumento y el pronóstico para los pacientes con la enfermedad avanzada no es muy alentador. Existen dos aspectos que dificultan la consecución de un tratamiento efectivo, la heterogeneidad del tumor y la su resistencia intrínseca a las terapias. En los últimos años la aparición de nuevos tratamientos como los inhibidores de BRAF o la inmunoterapia han incrementado significativamente la supervivencia de los pacientes de melanoma, sin embargo, las respuestas duraderas son limitadas, por lo que es vital continuar buscando nuevas alternativas terapéuticas para terminar venciendo a esta enfermedad.
Un estudio liderado por el grupo de Investigación Biomédica en Melanoma de Vall d’Hebron Instituto de Investigación, y que se publica en la revista Oncogene, ha descubierto una nueva vía para el tratamiento del melanoma mediante una terapia farmacológica dirigida al metabolismo celular.
Las células tumorales tienen que adaptarse a su entorno al mismo tiempo que ajustar su maquinaria de producción para duplicarse (metabolismo). Esta situación incrementa la producción de las llamadas especies reactivas del oxígeno (ROS) que conducen a la producción de compuestos tóxicos como aldehídos que, de no ser eliminados, producirían la muerte celular.
Tras estudiar 13 tipos de tumores diferentes, los investigadores llegaron a la conclusión de que las células tumorales del melanoma eran las que mostraban los niveles más elevados de ROS de entre los tumores estudiados. Más interesante aún, fue el hecho de que cuanto mayor era la cantidad de ROS que poseían, mayor era la actividad del aldehído deshidrogenasa (ALDH1A3), una enzima detoxificante de aldehídos. “El estudio ha permitido comprobar que los melanocitos normales no expresan esta enzima, mientras que en las células de melanoma la enzima ALDH1A3 se expresa en altas cantidades”, explica Juan Ángel Recio, jefe del Grupo de Investigación Biomédica en Melanoma. Además, se ha descubierto que Dimate, un fármaco inhibidor de la actividad ALDH1A3, permite atacar las células tumorales conduciéndolas a la apoptosis y favoreciendo así la inhibición del crecimiento tumoral, lo que representa una nueva línea terapéutica para el tratamiento del melanoma.
Este fármaco, con el que se está realizando un ensayo clínico con pacientes de leucemia en Francia, ha demostrado en modelos animales una mejor respuesta que el tratamiento estándar actual con dacarbacina.
Se utilizaron 4 modelos de animales distintos, entre los cuáles había un modelo inmunocompetente y otro con tumores derivados de pacientes. “En ellos se comprobó que Dimate actúa específicamente contra las células tumorales por lo que su toxicidad es muy baja, es un inhibidor irreversible que actúa independientemente de la alteración genética inicial que tengan las células tumorales y, además, es capaz de destruir el reservorio del tumor, las células madre de cáncer que son las responsables de la quimiorresistencia y las recidivas”, afirma Recio.