Un estudio elaborado en 8 Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de 6 hospitales públicos canarios ha asociado la apoptosis, o muerte celular programada, con la mortalidad por COVID-19. El objetivo del estudio es recoger datos, en sobrevivientes y no sobrevivientes por coronavirus, acerca de este fenómeno debido a la escasez de datos asociados en pacientes con COVID-19.

El estudio se ha desarrollado por las Unidades de Cuidados Intensivos de los hospitales canarios: Complejo Hospitalario Universitario de Canarias (HUC), Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno-Infantil, Hospital Doctor José Molina Orosa de Lanzarote y Hospital General de La Palma, adscritos a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias.

¿Qué es la apoptosis?

La apoptosis es un tipo de muerte celular que consiste en la capacidad que tienen las propias células del cuerpo humano de autodestruirse de forma activa. Este fenómeno es esencial para la regulación del desarrollo de tejidos y órganos durante la formación del feto y para el recambio celular en el individuo adulto.

La eliminación de miles de millones de células de forma controlada, mediante apoptosis, es un proceso que tiene lugar en los cuerpos humanos a diario. En este sentido, se ha observado un aumento de apoptosis en diferentes patologías neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer.

Este proceso puede activarse cuando un receptor de las células (llamado Fas) se une con su activador (llamado FasL). En este sentido, recientemente el grupo de investigación había encontrado que la cantidad de apoptosis, evaluado por la concentración sanguínea de Fas, se asociaba con la mortalidad de pacientes con sepsis o infección grave.

Resultados del estudio

El trabajo se ha realizado determinándose los niveles sanguíneos de Fas al ingreso de los pacientes. Los pacientes con niveles séricos de Fas>846 ng/mL mostraron una mayor tasa de mortalidad en los primeros 30 días que los que tienen niveles<846 ng/mL (62% vs 8%).

En conclusión, este estudio estudio es el primero que encuentra una asociación entre la apoptosis (evaluada por la concentración sanguínea de Fas) y la mortalidad en pacientes COVID-19.

Asimismo, es la quinta publicación del grupo sobre pacientes COVID-19 de los hospitales públicos de Canarias. En publicaciones previas, analizaron que la genética, la forma de los hematíes, los niveles sanguíneos de nitratos y el daño oxidativo del ADN se asocian con la mortalidad.

En estudios con animales que se les ha provocado una sepsis (o infección grave), la administración de fármacos antiapoptóticos ha reducido la mortalidad.

Por este motivo, el Dr. Leonardo Lorente, intensivista del HUC y coordinador de este trabajo señala que “podría ser interesante la investigación sobre el uso de agentes antiapoptóticos en pacientes COVID-19.”


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