José Mª Martin-Moreno es Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina e INCLIVA Universidad de Valencia y exdirector de Programas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa. Además, es director del Comité Científico en el noveno Congreso Europeo sobre Tabaco y Salud (ECToH, por sus siglas en inglés), que comienza este miércoles 26 de abril y se extiende durante tres jornadas hasta el día 28 de este mismo mes. En este encuentro, expertos internacionales pondrán de manifiesto los retos prioritarios a abordar para acabar con el tabaquismo en el continente. Martín Moreno explica a Gaceta Médica algunos de los puntos principales que se tratarán en el Congreso.
Pregunta. ¿Cuáles son los principales temas sobre los que va a girar esta nueva edición del congreso ECToH?
Respuesta. La Conferencia de este año tiene un doble objetivo. Primeramente, ayudar a los Estados miembros europeos (y otros países del mundo) a conseguir cuanto antes una “Generación sin tabaco”, en la que menos del cinco por ciento de la población consuma tabaco de aquí a antes del año 2040; este es el objetivo fijado en el Plan Europeo para Vencer el Cáncer (conocido como EBCP por sus siglas en inglés).
En segundo lugar, movilizar a la sociedad civil europea, especialmente a los jóvenes, para que apoyen a los países europeos en la consecución de ese objetivo. De hecho, el rasgo más distintivo de este evento es el impulso del activismo juvenil antitabaco y pro salud. El 9º ECToH Madrid 2023 creará una ventana de oportunidad única para crear impulso, entusiasmo y apoyo para el Movimiento por el Activismo Juvenil, el Aire Sano y una Generación Libre de Tabaco en Europa.
P. ¿Cuáles son los pilares sobre los que se sustenta este encuentro?
R. El 9º ECToH Madrid 2023 se centrará en tres pilares principales que sirven de base a todo el evento y reflejan sus objetivos específicos. El primer pilar es el cumplimiento del Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) y sus principales barreras, planteando si estamos cumpliendo con el CMCT, observando cuáles son las principales barreras y cómo superarlas. En segundo lugar estaría la equidad en la prevención y el control del tabaquismo, poniendo el foco en quiénes son las personas más vulnerables o los grupos más perjudicados por el incumplimiento del CMCT y cómo se puede revertir este daño. Y, en tercer y último lugar, abordar los retos y necesidades actuales, punto en el que es necesario preguntarse si estamos respondiendo a los retos emergentes y a las necesidades actuales y, también, cómo podemos hacerlo mejor.
P. La sesión plenaria que abre el congreso, tratará que el Convenio Marco para el Control del Tabaco se creó hace ya 20 años. ¿Sigue dando respuesta a los retos actuales? En caso contrario, ¿Cuáles son las prioridades que deberían incluirse en caso de actualizarse?
R. Preliminarmente, esta cuestión podría contemplarse desde varios prismas: los orígenes; las nuevas realidades; los logros; los inconvenientes; y un impacto más amplio en la salud pública y mundial.
En cuanto a los orígenes, empecemos por reconocer que el Convenio Marco para el Tabaquismo fue (y sigue siendo) el único tratado mundial oficialmente aprobado por los países de Naciones Unidas hasta la fecha… Se intentó hacer otro en alimentación y nutrición y no hubo consenso, y ahora se está discutiendo otro tratado sobre pandemias.
Pero volviendo al tema, el Convenio Marco promovido por la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) se desarrolló en el contexto de una rápida globalización de la epidemia de tabaquismo a finales del siglo XX. La liberalización del comercio, las inversiones extranjeras directas, el comercio ilícito y las tácticas agresivas de la industria tabacalera transnacional, acompañadas del creciente movimiento transfronterizo de personas, bienes, información y estilos de vida, impulsaron la epidemia a través de países y continentes. La adopción de un tratado jurídicamente vinculante, el primero en la historia de la OMS, fue la respuesta global al creciente problema mundial. Los factores mencionados, aunque se han transformado con el tiempo, siguen desempeñando un papel fundamental en el avance de la epidemia.
“La adopción de un tratado jurídicamente vinculante, el primero en la historia de la OMS, fue la respuesta global al creciente problema mundial”
Tras la adopción del CMCT (2003), también han ido surgiendo nuevas realidades. Se trata, en particular, de la explosión de nuevos productos a partir de principios de la década de 2010; la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2015, que pone de relieve la estrecha relación entre la salud y la mayoría de los demás Objetivos; y la aparición del COVID-19 y la amenaza de futuras pandemias.
Las repercusiones, los retos y las expectativas del control del tabaco en relación con estos acontecimientos son bien conocidos.
P. Haciendo balance, ¿Qué objetivos se han logrado con este plan y qué queda por hacer para que su implantación sea efectiva?
R. En cuanto a los logros, el CMCT ha desempeñado un papel fundamental como catalizador y para intervenciones bastante efectivas, y existen datos objetivos al respecto.
Pero no es oro todo lo que reluce. La inestabilidad del compromiso político y la falta de recursos han afectado a la aplicación del tratado en muchos países. Además, la continua interferencia de la industria tabaquera sigue siendo un problema importante. Un inconveniente menos discutido es el nivel relativamente bajo de aplicación de algunas disposiciones específicas; sobre todo las que requieren una interacción importante con otros sectores.
La prohibición general de la publicidad, la promoción y el patrocinio transfronterizos del tabaco -para la que el Convenio remite a un posible protocolo debido a los retos particulares que se plantean en este ámbito- y la prestación de apoyo a las alternativas al cultivo de tabaco -una cuestión aún más importante en nuestros días a la vista de la inseguridad alimentaria mundial- son dos de esas áreas en las que los países necesitan acelerar los esfuerzos colectivos. Pero, además, hay que abordar otras dos cuestiones acuciantes. Primero, la proliferación de nuevos productos que pueden prolongar innecesariamente la epidemia; segundo, el establecimiento de mecanismos de cumplimiento para apoyar la aplicación.
P. El Código Europeo contra el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, del que forma parte, incluye entre sus indicadores de riesgo el tabaquismo. ¿Qué queda por hacer para reducir este hábito nocivo y, por tanto, la incidencia de aquellos cánceres relacionados con el tabaco?
R. El Código Europeo Contra el Cáncer es una iniciativa que busca reducir la incidencia y mortalidad del cáncer en Europa. Fue creado por la Comisión Europea en colaboración con la Organización Mundial de la Salud y otras organizaciones en el año 1987. Yo tengo el honor de haber formado parte desde el año 1993, es decir, hace 30 años, y continúo, de los comités científicos que revisan dicho Código.
El actualmente vigente presenta 12 recomendaciones para la prevención del cáncer. Entre ellas se incluyen: no fumar, mantener una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente, protegerse del sol, vacunarse contra ciertos virus o realizar pruebas de detección de cáncer, entre otras.
Estas recomendaciones se han actualizado y mejorado con el tiempo, y se han convertido en una herramienta importante para la prevención del cáncer en Europa. La contribución principal del Código Europeo Contra el Cáncer ha sido educar a la población sobre los factores de riesgo y las medidas preventivas que se pueden tomar para reducir la incidencia de esta enfermedad.
“La contribución principal del Código Europeo Contra el Cáncer ha sido educar a la población sobre los factores de riesgo y las medidas preventivas que se pueden tomar para reducir la incidencia de esta enfermedad”
Desde la administración pública y las autoridades sanitarias quedan mútiples retos pendientes tanto en los cigarrillos convencionales como en los nuevos productos del tabaco.
P. En Nueva Zelanda, recientemente, han anunciado la prohibición progresiva del tabaco. ¿Cree que las políticas contra el tabaquismo deberían seguir estas fórmulas o se podrían aplicar otras mejores?
Desde luego que es muy interesante la experiencia de Nueva Zelanda, que ha implementado una decisión ingeniosa: prohibir la venta de tabaco a las personas nacidas a partir de una fecha, en este caso 2009. Otros países (como Finlandia) han previsto ir disminuyendo ventas hasta eliminarlas en unos años. En definitiva, en lugar de tratar de erradicarlo para todos en el mismo momento, lo que están diciendo es básicamente es ser sensibles con la inercia y una dependencia de mucha gente a la vez que se hace posible que tengamos una generación que por fin se libre de esto que no tiene otro calificativo sino el de veneno.
P. Además de las formas de tabaco de consumo habitual, han surgido otras nuevas. ¿Qué evidencia científica hay respecto a los perjuicios que provocan? ¿Cree que en el futuro deberán desarrollarse también iniciativas para reducir o eliminar su uso?
R. Desde luego que sí. Nos referimos a una amplia gama de alternativas, entre las que destacan los cigarrillos electrónicos (e-cigs), también conocidos como Dispositivos Susceptibles de Liberación de Nicotina (ENDS), además de Productos de Tabaco Calentado (HTPs) y Productos de Nicotina Oral. Aunque estos productos se promocionan comercialmente por la industria que los produce como “solución” para dejar de fumar, realmente siguen siendo un dificultad dada la gran adicción que continúa generando la nicotina y por otros ingredientes dañinos. Para frenar su consumo es necesario actuar a nivel individual y comunitario, e introducir políticas fiscales y reguladoras más estrictas, así como advertencias sanitarias y restricción de su publicidad y el marketing, todo ello para la protección de la salud de la población.
P. ¿En qué escenario estamos en España en cuanto a políticas contra el tabaquismo y cuáles son los desafíos pendientes?
En España, siguiendo la metáfora del vaso, hemos conseguido que el vaso no esté completamente vacío, sino que se ha llenado en parte (hemos avanzado respecto a décadas pasadas), pero aún sigue incompleto en cuanto a acciones necesarias. Resumiendo cosas que están “en el cajón”, pendiente de implementación, estarían intervenciones diversas.
Por un lado, habría que ampliar espacios sin humo (incluyendo terrazas y acontecimientos deportivos), implementar de una vez el denominado empaquetado neutro para todos los productos del tabaco y relacionados, y aumentar la fiscalidad para el tabaco y derivados (para disuadir su consumo). Además, facilitar aún más la asistencia y apoyo a las personas que desean dejar de fumar, dado el poder adictivo de estos productos que frecuentemente hagan muy difícil el dejarlos sin apoyo mediante intervenciones médico-conductuales de evidencia contrastada.
Pero además de lo anterior, hay que actuar sobre el reto emergente y cada vez más necesario que comentamos en el punto anterior. Se trata de regular mejor los nuevos productos de consumo, que se están introduciendo cada vez más entre adolescentes y jóvenes y escapan hoy por hoy de la normativa propia de los estrictos productos de tabaco, tal y como comenté anteriormente.
“Hay que regular mejor los nuevos productos de consumo, que se están introduciendo cada vez más entre adolescentes y jóvenes”
P. Si tuviésemos que dibujar un escenario a medio y largo plazo para acabar con el tabaquismo, ¿cuáles cree que son las principales medidas que deberían ponerse en marcha progresivamente.
No hay que inventar la rueda, porque ya quedaron articuladas en el Convenio Marco promovido por la OMS para el Control del Tabaco. Lo que hay que hacer es implementarlas. Y me gustaría hacer énfasis en que, políticamente, habría que hacer más uso intensivo de la herramienta que suponen los impuestos de estas exposiciones tan perjudiciales. En España el gravamen del tabaco está bastante por debajo del propio de países del entorno, como Francia o el Reino Unido. Por eso nos han acusado de ser “el estanco de Europa”, porque hay turistas que van en avión a Ibiza o cruzan los Pirineos y creen que les compensa el viaje por lo que se ahorran en el hábito tabáquico, porque se van con la maleta llena de cartones. Esto es bochornoso, y derivado de tener el precio más barato.
Aquí hay un punto que no se menciona con frecuencia y me parece importante: deberíamos sacar el tabaco del cálculo del IPC. Si el precio del tabaco incide en la inflación que es tema crítico, por eso nuestro gobierno tiene un incentivo adicional para no subir el tabaco para que no suba el IPC… Pero eso es una trampa con problemas para la salud. Y si hablan tanto de aumentar la fiscalidad a los ricos… que se acuerden de que las industrias tabacaleras lo son… además que hay que recordar que estos productos son letales y sus consecuencias generan enorme gasto sanitario, económico y social para el país. Propondría que este sea asunto se discuta y decida abiertamente a nivel de la Unión Europea…
P. Para concluir, ¿Qué mensaje cree que debe quedar claro en cuanto al tabaco y el tabaquismo?
R. Estamos ante un veneno, y no caben medias tintas. Sabemos (científicamente demostrado) que el tabaco es la principal causa de muerte y enfermedad evitable en Europa y en todo el mundo y el tabaquismo está asociado a muchos resultados adversos para la salud, como el cáncer… (de ahí que constituya una prioridad de la Asociación Española Contra el Cáncer, AECC, de la que estoy orgulloso de formar parte).
“El tabaco es la principal causa de muerte y enfermedad evitable en Europa y en todo el mundo y el tabaquismo está asociado a muchos resultados adversos para la salud, como el cáncer”
La AECC conjuntamente con las sociedades científicas y promotoras de la salud unidas en el movimiento de prevención del tabaquismo en España coordinado por el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) están haciendo una labor heroica y merecen todo nuestro apoyo en su labor inequívoca frente a esa lacra. Y finalmente pido que alcemos la voz, porque si ya de por sí es lamentable el daño que se ha hecho a nuestras generaciones, aún es más vergonzoso no corregir este gran error para las generaciones futuras. De ahí que tengamos que unirnos para pedir una generación libre de tabaco cuanto antes. Absolutamente prioritario para la salud.