sandra pulido Madrid | viernes, 24 de noviembre de 2017 h |

Según la Sociedad Española del Dolor (SED), el dolor es el motivo de consulta médica más frecuente entre los pacientes.

En España, 6,10 millones de ciudadanos adultos sufren este trastorno (el 17,25 por ciento de la población es adulta) y la prevalencia de dolor crónico en las poblaciones europeas se ha estimado en aproximadamente el 20 por ciento. Todo aquel que dura más de seis meses se considera un reto terapéutico.

Cuando la cirugía o el tratamiento farmacológico no ha sido suficiente, los especialistas de la Unidad del Dolor pueden recurrir a la neuroestimulación.

“La neuroestimulación es un procedimiento no ablativo y totalmente reversible con pocas complicaciones asociadas. Es un tratamiento muy efectivo en dolor neuropático y mixto y menos efectivo en el dolor nociceptivo”, explica a GM Ángeles Canoìs Verdecho, jefe de la Unidad de Referencia de Tratamiento del Dolor del Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia.

La neuroestimulación se lleva desarrollando e implantando en las unidades del dolor desde hace más de 30 años “pero en los últimos cinco años ha habido una explosión tecnológica. Ha habido muchísimos avances” , puntualiza Canoìs, afirmando que el gran beneficio de implantar neuroestimuladores es acabar con la medicación que los pacientes llevan tomando durante mucho tiempo.

Alivio del 50 por ciento

Los pacientes candidatos a neuroestimuladores pasan por una fase de prueba de 15 días. “Cuando implantas los electrodos haces una fase de prueba de 15 días donde valoras cómo le va al paciente y a partir de una mejoría del 50 por ciento es cuando tú decides implantar el dispositivo definitivo”, continúa la especialista. “Se considera que el dispositivo es efectivo cuando ya mejora el 50 por ciento, porque alcanzar el 100 por 100 es imposible. Aún así, les alivia muchísimo el dolor y hay un porcentaje muy importante de pacientes que vuelven a su vida normal. Vuelven a trabajar y vuelven a tener la calidad de vida que tenían previamente”, añade Canoìs.

El dolor crónico es un trastorno multifactorial que abarca componentes tanto físicos como psicológicos: ansiedad, movilidad reducida, alteraciones del sueño y del apetito y depresión.

Por ello, la neuroestimulación tiene unas indicaciones específicas y unos criterios de inclusión y de exclusión. “Por ejemplo, en los pacientes que tú consideras que tienen alteraciones psicológicas o que están en tratamiento psiquiátrico a lo mejor no es el momento idóneo. Habrá que esperar a que estén en una fase más resolutiva del proceso psiquiátrico”, subraya la experta que afirma que la neuroestimulación medular está indicada para determinados dolores específicos y determinadas patologías en las que hay evidencia suficiente que demuestra que es la técnica más apropiada. “La implantación se hace fundamentalmente en el síndrome de cirugía de espalda fallida donde el dolor persiste a pesar de ser operado”, añade la jefa de la Unidad del Dolor.

Unidades multidisciplinares

En España, hay registradas 183 unidades del dolor (según datos de la SED) y se clasifican en cuatro niveles, siendo el IV el más completo de todos .

Ángeles Canoìs explica que no todas la unidades del dolor disponen del tratamiento con neuroestimulacion medular, “aunque para ello no solo hay que disponer de dicho recurso, sino lo más importante es tener un equipo multidisciplinar de profesionales capacitados para ello, que realicen una buena selección de pacientes, tengan un dominio absoluto de la técnica y un buen manejo de los parámetros eléctricos en el momento de la programación de estos dispositivos”.

Actualmente se ha avanzado mucho “pero queda mucho por hacer. Cada vez el paciente llega antes a las unidades del dolor pero a pesar de ello todavía hay muchas carencias en determinadas zonas donde no hay este tipo de servicios”, detalla la especialista.

“Son muchos los beneficios que nos aporta este tratamiento, y los pacientes candidatos a neuroestimulación, cuanto antes lleguen a la Unidad del Dolor antes iniciarán el protocolo del implante (en caso que esté indicado) y podrán iniciar la retirada de todos los fármacos que están tomando. Pero para ello hay que formar e informar al resto de profesionales de este tratamiento para remitir al paciente en el momento adecuado”, quiere dejar claro Ángeles Canoìs.

La SED afirma que la carga económica y social del dolor crónico severo se deriva de los costes directos intrínsecos y de los costes indirectos. Debido a su elevada prevalencia e impacto sobre los pacientes y la sociedad, el dolor crónico no oncológico debe ser reconocido como un problema sanitario importante.

Facilitar una cultura sanitaria sobre el estudio y tratamiento del dolor a todos los niveles para que exista una mejor y mayor comprensión del dolor en todos los profesionales sanitarios intra y extra hospitalarios es una de las mejoras que propone la especialista de La Fe.

“En el entorno sanitario en el que nos movemos son las Unidades de Tratamiento del Dolor (UDO) las encargadas de su actuación sanitaria y las de mejor eficacia diagnóstica y terapéutica para llevar esa misión a cabo. Por ello hay que dotar a todos los Hospitales de Unidades Multidisciplinares de Tratamiento del Dolor”, concluye Ángeles Canoìs.


“La neuroestimulación es



un procedimiento no ablativo y rerversible con pocas complicaciones”



Cuanto antes lleguen los paciente a la Unidad del Dolor, antes se inicia también el protocolo del implante