José A. Rodríguez Barcelona | viernes, 24 de febrero de 2017 h |

La cronificación del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ha abierto la puerta a plantear retos más ambiciosos, como la creación de una vacuna o, incluso, la curación del mismo. Así lo destacaron los expertos reunidos durante la III edición de la jornada HIBIC (Hitos en Investigación Básica y Clínica del VIH / SIDA), organizada por Gilead con el patrocinio científico de GeSIDA y Retic-Ris (Red Española de Investigación en SIDA) y que reúne a expertos de todo el mundo para repasar los principales hitos científicos del pasado año en esta patología.

Y, si en la jornada celebrada hace doce meses los avances en vacunas fueron los protagonistas, este año han destacado las estrategias que se están intentando desarrollar para curar el virus. Como explicó José Alcamí, del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, uno de los abordajes en los que se trabaja es el conocido como “shock and kill” (sacudir y matar). Este experto señaló que, durante la fase de latencia del virus, “este queda integrado en el ADN de las células sin causar una replicación aparente”. El virus, por tanto, se esconde en los denominados “reservorios” de las células. El problema es que, si deja de administrarse la terapia, esas células latentes reproducirán la infección.

Con la citada estrategia, “se administrarían fármacos para activar el virus que está latente y, además, se administraría tratamiento antirretroviral para destruir el virus”. La idea es, por tanto, obligar al virus a que salga de su escondito para atacarle con el arsenal de antirretrovirales.

Este innovador abordaje, no obstante, deberá alcanzar un delicado equilibrio para ser eficaz y seguro. Por un lado, explicó Alcamí, “los agonistas que se emplean para sacar al virus de las células no logran reactivar todas las células, por lo que siempre queda un reservorio”. Pero, por otro lado, cuanto más potentes sean estos agonistas, “más riesgo hay que se produzca una tormenta de citoquinas” , añadió, y, que, por tanto, el sistema inmune ataque al propio organismo.

Reloj biológico

En cuanto a los hitos en práctica clínica, José Ramón Arribas, del Hospital Universitario de la Paz de Madrid, comentó las aplicaciones del reloj biológico del envejecimiento creado por Steve Horvath, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). “Este reloj es un algoritmo realizado a partir de metilaciones del ADN y permite dilucidar con más precisión que el estudio de los telómeros la edad biológica de una persona, y está validado en VIH, cáncer y otras patologías”, señaló este experto. Y es que no siempre se corresponde la edad biológica con la cronológica. “Este algoritmo se ha aplicado a pacientes con VIH y se ha visto que la edad biológica es unos cinco años superior a la cronológica —apuntó Arribas—. El envejecimiento es uno de los retos en VIH, porque la edad media de los pacientes es de más de 50 años”.

Controladores de élite

En el ámbito de la epidemiología, Josep María Gatell, del Hospital Clínic de Barcelona, comentó los resultados de un estudio sobre los controladores de élite, es decir, aquellos pacientes que no necesitan medicamentos para mantener el virus bajo control. El estudio, realizado por la Red Española de Investigación en SIDA, “muestra que, antes o después, estos controladores dejan de serlo”, dijo Gatell. Además, el trabajo ha permitido identifcar una serie de factores de vulnerabilidad para perder esta capacidad, como son “estar coinfectado con el virus de la hepatitis C, la edad avanzada o una situación inmunológica precaria”.

DE LAS GUÍAS… A LA PRÁCTICA CLÍNICA

Las guías clínicas son una herramienta muy útil para los profesionales, pero presentan sus limitaciones. Así lo explicó Celia Miralles, especialista en VIH del Complexo Hospitalario de Vigo, durante la jornada “VIH. Punto de encuentro”, organizada por MSD con el patrocinio científico de GeSIDA. “Hay grupos específicos de pacientes, como los pacientes de edad avanzada, los pacientes con comorbilidades, las pacientes en edad fértil o las pacientes postmenopáusicas, en los cuales la aplicación de las guías no es automática”, indicó. En este caso, señaló esta experta, es necesario que el profesional tenga en cuenta interacciones con otros medicamentos y los principales factores de riesgo para administrar el tratamiento adecuado, ya que, por ejemplo, “hay terapias contra el VIH que pueden afectar al riesgo cardiovascular”. Asimismo, Miralles pidió que en los ensayos clínicos se incluyan más mujeres. “Actualmente, en los ensayos suele haber un 15 por ciento de mujeres, cuando, en nuestro país, el 20 por ciento de los infectados son mujeres”, añadió.