El cáncer de mama es el segundo más común en todo el mundo, con más de 2,3 millones de diagnósticos en 2022, y constituye la principal causa de muerte por cáncer en mujeres. Aproximadamente el 70% de los casos son de tipo receptor de estrógeno (ER) positivo y HER2 negativo (ER+/HER2-). Este tipo de cáncer se suele tratar con terapias endocrinas, cuyo objetivo es bloquear la actividad del receptor de estrógeno (ER), un impulsor clave en el crecimiento tumoral. No obstante, uno de los mayores desafíos en su tratamiento es que la mayoría de los tumores desarrollan resistencia a estas terapias con el tiempo, lo que obliga a la búsqueda de alternativas más efectivas.
Entre las alternativas más prometedoras se encuentran los SERD (degradadores selectivos del receptor de estrógeno) de nueva generación. Estos fármacos tienen el potencial de mejorar la eficacia de los tratamientos, sobre todo en los casos en que los tumores han desarrollado mutaciones que los hacen resistentes a los tratamientos endocrinos convencionales. El camizestrant, una nueva molécula SERD desarrollada por AstraZeneca, es uno de los candidatos más destacados en este campo.
El estudio SERENA-2, un ensayo de fase II recientemente publicado en The Lancet Oncology, ha demostrado que camizestrant es más efectivo que fulvestrant, el único SERD aprobado hasta la fecha para tratar a pacientes con cáncer de mama ER+/HER2-. Los resultados del estudio muestran que, en la población global, camizestrant redujo el riesgo de progresión de la enfermedad o muerte en un 42% con la dosis de 75 mg y en un 33% con la dosis de 150 mg, en comparación con fulvestrant. Este avance es especialmente relevante para aquellos pacientes cuyos tumores presentan una mutación en el gen ESR1, que codifica para el receptor de estrógeno. Esta mutación causa una activación constante del ER, lo que, a su vez, favorece el crecimiento del tumor y dificulta el control de la enfermedad, resultando en un peor pronóstico.
Sortear las resistencias
El cáncer de mama ER+/HER2- se trata típicamente con terapias endocrinas, que incluyen los inhibidores de la aromatasa y el fulvestrant, para bloquear la señalización estrogénica. Sin embargo, el desarrollo de resistencias, tanto a los inhibidores de la aromatasa como al fulvestrant, es un desafío importante, especialmente en aquellos pacientes con mutaciones en ESR1. Esto subraya la importancia de contar con nuevas opciones terapéuticas como camizestrant, que tiene la capacidad de abordar estas resistencias.
Mafalda Oliveira, investigadora sénior del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y coordinadora internacional del estudio SERENA-2, señala que los resultados de este ensayo clínico muestran que camizestrant mejora significativamente la supervivencia libre de progresión (PFS) en comparación con fulvestrant, tanto en pacientes con mutaciones en ESR1 como en aquellos sin mutaciones detectables. En pacientes con mutación en ESR1, camizestrant mostró una reducción del 67% en el riesgo de progresión o muerte con la dosis de 75 mg y una reducción del 45% con la dosis de 150 mg, en comparación con fulvestrant.
En cuanto a la supervivencia libre de progresión, camizestrant mostró una ventaja significativa sobre fulvestrant. En los pacientes tratados con camizestrant 75 mg y 150 mg, la mediana de supervivencia libre de progresión fue de 7,2 y 7,7 meses, respectivamente, en comparación con 3,7 meses para el grupo que recibió fulvestrant. Estos resultados son muy relevantes porque sugieren que camizestrant no solo es más eficaz en términos de control de la enfermedad, sino que también podría ofrecer una opción terapéutica más eficaz a largo plazo en comparación con el tratamiento estándar actual.
Los resultados también son prometedores en subgrupos de pacientes con metástasis pulmonares o hepáticas, donde camizestrant redujo el riesgo de progresión o muerte en un 67% y un 45%, respectivamente, en las dosis de 75 mg y 150 mg. Además, en pacientes previamente tratados con un inhibidor de CDK4/6, camizestrant mostró una reducción del 51% en el riesgo de progresión de la enfermedad o muerte con la dosis de 75 mg. Esto indica que camizestrant podría ser una opción válida para pacientes que ya han sido tratados con terapias estándar, lo que representa una ventaja importante frente a otros tratamientos disponibles.
Próximos pasos
El futuro de camizestrant parece muy prometedor. El estudio SERENA-2 no solo resalta su eficacia superior en comparación con fulvestrant, sino que también abre la puerta a nuevas opciones terapéuticas, especialmente para aquellos pacientes con mutaciones en ESR1, un desafío clínico importante en el tratamiento del cáncer de mama ER+/HER2-. Además, Oliveira señala que estos resultados podrían reactivar el interés por el desarrollo de SERD orales en el tratamiento de este tipo de cáncer, una clase de fármacos que hasta ahora no ha tenido la misma atención que otras terapias orales.
En los próximos meses, los investigadores seguirán evaluando los resultados con dos ensayos clínicos de fase III. Uno de estos ensayos compara camizestrant con un inhibidor de la aromatasa, ambos en combinación con palbociclib, como terapia de primera línea, mientras que el otro estudia la eficacia de anticipar el tratamiento con camizestrant cuando se detectan mutaciones en ESR1 a través de ADN tumoral circulante en sangre durante la primera línea de tratamiento. Esto podría significar un cambio significativo en la forma de abordar el tratamiento del cáncer de mama ER+/HER2-, al permitir un tratamiento más personalizado y preciso, ajustado a las características genéticas del tumor de cada paciente.
La investigación sobre camizestrant representa un avance significativo en la lucha contra el cáncer de mama ER+/HER2-, ofreciendo nuevas esperanzas a los pacientes con tumores que han desarrollado resistencia a las terapias endocrinas actuales. Además, el continuo desarrollo de este medicamento podría cambiar el panorama terapéutico para los pacientes con cáncer de mama avanzado, brindándoles mejores perspectivas de supervivencia y calidad de vida.
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