Esta semana ha comenzado el reclutamiento de pacientes para llevar a cabo el primer estudio nacional, observacional y prospectivo para predecir qué pacientes evolucionan favorablemente tras sufrir neumonía por COVID-19 grave. La iniciativa pretende hacer un seguimiento de dos años en un total de 120 pacientes y ha sido impulsada por el PII-EPID de SEPAR (acrónimo de Programa Integral de Investigación de las Enfermedades Intersticiales Pulmonares Difusas, de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) y está financiado por Boehringer Ingelheim.

El estudio pretende a su vez definir en qué casos las secuelas pulmonares intersticiales quedan estables y en qué casos progresan. Los datos que se obtengan se volcarán en la plataforma RECOVID de Separ, que cuenta con un registro de 5.000 pacientes con el objetivo de conocer los distintos perfiles de la enfermedad.

“Este nuevo estudio es que nos ayudará a resolver numerosos interrogantes”, ha señalado la neumóloga y directora del PII de EPID, María Molina. La experta ha indicado que, actualmente, no se dispone de ningún factor predictivo de alteración pulmonar después de la infección aguda por COVID-19.

“No está definido el tipo de alteración que puede provocar, ni en qué porcentaje de casos de COVID-19, ni el tipo de población a la que afecta ni si la medicación  puede influir sobre las secuelas o no”

Neumóloga y directora del PII de EPID, María Molina

Las características requeridas para participar en el estudio son: ser mayores de 18 años, no tener patología intersticial previa conocida, estar en recuperación de una COVID-19 severa con SDRA (Síndrome de dificultad respiratoria aguda) y que sean controlados tras el alta hospitalaria a través de un protocolo asistencial.

Desde Separ recuerdan que la neumonía bilateral aguda causada por la COVID-19 supone un riesgo de intubación en el 25 por ciento de los casos. “Una vez superada la fase más aguda, se desconoce qué pacientes van a desarrollar secuelas pulmonares intersticiales post-COVID19 y qué pacientes van a recuperarse”, señalan.

Análisis de datos

“El objetivo del nuevo estudio es evaluar no solo en qué pacientes se repara el daño pulmonar ocasionado por la COVID-19, sino aquellos en los que esta enfermedad deja secuelas pulmonares crónicas”, ha señalado Molina, quien destaca que es necesario recabar tanto parámetros clínicos como biomarcadores para conocer los factores predisponentes que conducen a una evolución u otra.

Con este propósito, se recogerán los datos clínicos de los pacientes incluidos, se les tomará una  muestra de suero y DNA y se les seguirá durante dos años.

“El daño pulmonar agudo o DAD (daño alveolar difuso) no solo se produce por COVID-19, también lo pueden causar otros virus como la gripe A”, ha destacado Molina. La experta indica que las secuelas pulmonares pueden ser variables en función de la capacidad reparativa del huésped (predisposición genética, envejecimiento biológico), la severidad del daño inducido, complicaciones o tratamientos recibidos.

Por este motivo, “conocer los factores clínicos y los  biomarcadores que influyen en ello es crucial para reducir el impacto de la COVID-19 a largo  plazo”, ha añadido Molina. 

“En este estudio en pacientes post-COVID-19, se analizarán datos clínicos, características iniciales y evolutivas, genética, y mediadores séricos, y se analizarán en función de si han desarrollado o no alteraciones intersticiales”, ha destacado. Posteriormente, entre los pacientes que presenten alteraciones parenquimatosas, se diferenciarán aquellos que reparan-recuperan la función o estado previo a la infección de aquellos en los que los cambios quedan establecidos o incluso presentan progresión de la fibrosis pulmonar.

“La COVID-19 es una oportunidad para estudia cómo se produce este daño pulmonar crónico después de un daño agudo”

Neumóloga y directora del PII de EPID, María Molina

Molina ha detallado que aproximadamente entre el 1-5 por ciento de los pacientes que sufren una enfermedad vírica grave que afecta al pulmón acaban desarrollando secuelas pulmonares de forma crónica.

Seguimiento de secuelas pulmonares

La neumóloga ha indicado que, en un invierno normal, ese porcentaje equivale a un número muy limitado de casos. Pero, con la COVID-19, “esa minoría puede suponer una N muy alta, gracias a lo cual podremos entender mejor cómo se regenera el pulmón, en qué situaciones lo hace y en qué otras situaciones deriva hacia secuelas”, ha subrayado.

Desde Separ indican que los resultados que se obtengan tendrán aplicabilidad en la atención sanitaria que se dispense a los pacientes. Aquellos que tengan un perfil de bajo riesgo de desarrollar secuelas postCOVID no requerirán un seguimiento a largo plazo tras haber superado la COVID. Pero aquellos que tengan alto riesgo de desarrollarlas, necesitarán un seguimiento estrecho en las consultas.

“La información que obtengamos gracias a este estudio nos permitirá optimizar los recursos sanitarios el día de mañana”

Neumóloga y directora del PII de EPID, María Molina

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