J. A. R. Env. esp. a Múnich | viernes, 16 de septiembre de 2016 h |

A pesar de los importantes avances que se han producido en los últimos años en el campo de las bombas de insulina, es necesario estudiar las diferencias en la precisión entre los diferentes modelos comercializados. Así lo señaló Ralph Ziegler, de la Clínica de Diabetes para Niños y Adolescentes de Muenster (Alemania).

Por ese motivo, este experto ha iniciado un estudio “con el objetivo de evaluar la precisión de los diferentes modelos en lo que respecta a la cantidad de los bolos de insulina, la insulina basal o la oclusión, entre otros parámetros —comentó—. La cuestión es que no sabemos con seguridad si las bombas de insulina están administrando la insulina con la precisión que creemos”. En algunos casos, dijo este experto, la bombas deben administrar pequeñas cantidades, por ejemplo, de 0,5 unidades de insulina.

El estudio ya ha arrojado resultados preliminares. Ziegler indicó que, cuando las bombas deben administrar pequeñas cantidades de insulina, “hay problemas para que la cantidad sea precisa”. De todas formas, a pesar de las diferencias observadas, “ahora la clave será comprobar si estas causan a su vez diferencias clínicas relevantes en los pacientes”.

Diabetes en niños

Ziegler señaló que las bombas de insulina son el tratamiento recomendado para los niños que sufren hipoglucemias severas o una elevada variabilidad glucémica. En estos casos deben recibir pequeñas cantidades de insulina, “lo que hace que tenga más relevancia la precisión de las bombas”.

En este sentido, este experto comentó que, en lo que respecta a la insulina basal, puede haber una diferencia de diez veces menos entre la cantidad que reciben los niños con respecto a los adultos. “Por tanto, si la precisión no es correcta, puede haber más problemas de seguridad en los niños”, comentó.

Insulinas cada vez más rápidas

Por otro lado, Ziegler explicó que, en los últimos años, las nuevas insulinas han permitido mejorar el tratamiento de los niños que sufren diabetes. “Gracias, sobre todo, a que son mucho más rápidas —dijo—. Los niños comen con más frecuencia, saltan, gastan mucha energía… Por ese motivo se sigue trabajando en desarrollar insulinas que sean todavía más rápidas, lo que permitiría que se puedan ajustar las dosis mucho mejor”, enfatizó.