La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) ha emitido un documento de posicionamiento sobre los test rápidos. Explican que, ante el rápido incremento de casos que se están produciendo, apremia la necesidad de testar cada vez a una mayor parte de la población. Así, se podría aislar a los casos positivos leves y tratar a aquellos que lo precisasen para detener la expansión del virus.
Según afirma Seimc hay dos tipos de test rápidos que se están utilizando: aquellos basados en la detección de ácidos nucleicos y los de detección de antígenos y anticuerpos. Por ello cree que hasta que se cuente con test rápidos más fiables, la prueba de referencia debe ser el PCR.
Test de antígenos: sensibilidad inferior al 30%
Una de las principales conclusiones respecto a los test de antígenos (una partida de los adquiridos por el Gobierno son de este tipo) es que tendrían una sensibilidad inferior al 30 por ciento. Otro dato relativo a estos tests es que presentan “una especifidad del 100 por cien en poblaciones que acuden a las urgencias de los hospitales en las que el porcentaje de positividad de la PCR es del 84 por ciento y de trabajadores sanitarios en las que el porcentaje de positividad es del 50 por ciento”.
Según concluyen desde la Sociedad, con todos estos datos, no es aconsejable introducirlos en la rutina de diagnóstico. Aun así indican que la sensibilidad de los tests se podría aumentar acoplando una detección fluorimétrica. Con una evaluación pertinente que certificase la sensibilidad, se podría reconsiderar la aplicación de estas pruebas.
Test de anticuerpos: baja fiabilidad en fases precoces
Seimc señala que los test de anticuerpos que se están realizando en el ámbito internacional y que pronto llegarán a España, tienen una “insuficiente sensibilidad y especificidad”. Aunque autoridades como la OMS o la FDA han abogado por su uso, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) no se ha pronunciado.
Sin embargo, a pesar de los datos favorables que han presentado algunos estudios, la Seimc destaca un parámetro que comprometería su fiabilidad. Se trata de que, al no haberse evaluado su fiabilidad en fase precoz de aparición de los síntomas, “no existen evidencias suficientes para posicionar su detección como cribado frente a otras técnicas”.
Además, a la hora de evaluar las ventajas y desventajas registran varios factores que no situan esta prueba como método de cribado. Y es que, entre las desventajas se incluye que tienen una gran variabilidad en función del curso de la enfermedad. Esto se explica porque en las primeras fases de la infección, el cuerpo no ha generado anticuerpos frente a la enfermedad, por lo que no son detectables.
Por ello, a pesar de la rapidez con que se obtienen los resultados, únicamente se puede utilizar con fiabilidad en un determinado número de casos. Cabe destacar que aunque los ensayos de inmunocromatografía ofrecen resultados entre 15 y 30 minutos, con ellos es difícil procesar muchas muestras al mismo tiempo.
Pruebas PCR: técnica de referencia
Las pruebas PCR (reacción en cadena de la polimerasa) son hasta el momento la prueba de detección del SARS-CoV2 más fiable. Los motivos que enumeran desde Seimc para hacer esta afirmación son cuatro.
En primer lugar, destaca que en las muestras nasofaríngeas se puede detectar el virus desde las primeras fases de la enfermedad. Además, para aplicar esta técnica diagnóstica se pueden utilizar muestras de aspirado endotraqueal, broncoaspirado y el lavado broncoalveolar. Una de las ventajas que presenta esta prueba es que se puede estudiar a un gran número de pacientes de forma simultánea por la automatización de los procedimientos.
Además, existen otros factores contundentes para que prevalezca su uso ante otras pruebas diagnósticas. Primeramente, que las PCR son más sensibles y específicas que otros métodos hasta ahora disponibles. También es fundamental el hecho de que los laboratorios de microbiología cuentan con la infraestructura disponible para poder realizarlas.
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