Los retos ambientales de la actualidad y las consecuencias derivadas del cambio climático han servido de catalizador para incorporar la visión ambiental en la práctica clínica de las especialidades médicas. Nuevas subdisciplinas comienzan a emerger para profundizar los análisis en salud respecto al entorno, con un análisis multidisciplinar, como es el ejemplo de las Unidades de pediatría ambiental impulsadas por la Asociación Española de Pediatría. Ahora, la relación entre la contaminación y algunas enfermedades cardiovasculares sirve de base para plantear la creación de la especialidad de cardiología ambiental. Así lo ha explicado la epidemióloga Ana Navas-Acién durante la conferencia inaugural del Congreso de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
La experta, que también es profesora de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (Nueva York), ha destacado la importancia de reconocer el medioambiente en al salud cardiovascular debido a los riesgos directos e indirectos asociados.
Navas subraya que alrededor del 30 por ciento de las enfermedades cardiovasculares tienen un componente ambiental, como pueden ser la contaminación del aire, el tabaquismo pasivo o la acumulación de compuestos tóxicos como el plomo.
“Está demostrado que los días que hay más contaminación en las ciudades, hay más ingresos hospitalarios relacionados con insuficiencias cardíacas o arritmias, entre otros”
Epidemióloga y profesora de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (Nueva York), Ana Navas-Acién
En este contexto, la sociedad científica explica que las partículas contaminantes del aire penetran en nuestro organismo a través del tracto respiratorio. De esta forma, pasan “muy fácilmente” a la sangre traspasando los alveolos y de allí pasa al resto de órganos y tejidos, pudiendo pasar al sistema nervioso vía nervio olfativo.
Abordaje multidisciplinar
La epidemióloga anima a los cardiólogos ha analizar factores de riesgo en la salud de los pacientes, tanto a nivel personal e individualizado, como colectivo. En este sentido, considera importante preguntar acerca de las zonas de residencia, por si existen niveles altos de contaminación, o valorar la contaminación de suelos, agua y alimentos, entre otros.
Por estos motivos, la multidisciplinaridad se convierte en la columna vertebral del análisis de los efectos ambientales en la salud. Incorporar otras especialidades al tratamiento de las enfermedades cardiovasculares y ampliar, de esta forma, el espectro de tratamiento para pacientes es un requerimiento fundamental para el presidente del Congreso SEC21 y vicepresidente de la sociedad, Héctor Bueno.
“Nuestro congreso está abierto a expertos en cardiología, medicina de familia y atención primaria, investigación, medicina interna, epidemiología, enfermería, pero también ingeniería, matemática o cualquier especialidad relacionada con la salud cardiovascular”, ha apuntado Bueno.

Hasta la fecha, los expertos no conocen la existencia de Unidades de Cardiología Ambiental en España, al ser un entorno nuevo de estudio. Sin embargo, esperan servir de inspiración a otras especialidades médicas y que se sumen, así, a la concienciación ambiental, como pretenden las Unidades de Pediatría ambiental.
Actualmente la Sociedad Española de Cardiología está trabajando estrechamente con el Ministerio de Sanidad en la puesta en marcha de promover políticas de salud ambiental y salud cardiovascular dentro de la Estrategia de Salud y Medioambiente.
Impacto ambiental en la salud cardiovascular
Un 31 por ciento de las enfermedades cardiovasculares podrían evitarse si se eliminan los contaminantes ambientales. Así lo indica la Organización mundial de la Salud (OMS), posicionando a la polución como uno de los principales responsables de la carga mundial de enfermedades.
La experta en epidemiología ha comparado la acción diaria de tomar un fármaco para poder controlar una enfermedad con la toma “involuntaria” de una “dosis crónica de contaminación”.
“La contaminación que respiramos es una exposición involuntaria que no podemos controlar y que demuestra efectos a largo plazo”
Epidemióloga y profesora de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (Nueva York), Ana Navas-Acién
La mitad de los 6,7 millones de muertes atribuibles a la contaminación del aire en 2019 fueron por motivos cardiovasculares, según el estudio ‘Adoptar una postura contra la contaminación del aire: el impacto en las enfermedades cardiovasculares‘, impulsado por la Federación Mundial del Corazón, el Colegio Estadounidense de Cardiología, la Asociación Estadounidense del Corazón y la Sociedad Europea de Cardiología.
Por ello, Navas anima a las sociedades científicas médicas a incorporar análisis ambientales en la práctica clínica para “contribuir a la urgencia de la lucha contra el cambio climático con iniciativas que ayuden a controlar sus efectos”.
Entre los compuestos químicos de mayor riesgo para la salud pública según, la OMS, están, además de la polución del aire, el amianto, el arsénico, el benceno, el cadmio, la dioxina, el fluoruro, el mercurio, los pesticidas y el plomo.
Concienciación acerca de la salud cardiovascular
Mejorar la importancia que pueda dar la sociedad a la relación existente entre cambio climático, medioambiente y salud, especialmente la salud cardiovascular, es fundamental para los expertos.
En este sentido, Julián Pérez Villacastín, experto en muerte súbita y director Instituto Cardiovascular Hospital Clínico San Carlos, ha destacado la labor “milagrosa” de los cardiólogos ante determinadas patologías. El experto pone énfasis en concienciar acerca de los factores ambientales relacionados con la calidad del aire para promover acciones que mejoren la respuesta ante situaciones de emergencia relacionadas con la salud cardiovascular.
“Los cardiólogos hemos desarrollado unos fármacos que están haciendo casi milagros en algunas patologías, como la incorporación de válvulas cardíacas sin operar a las personas”
Julián Pérez Villacastín, experto en muerte súbita y director Instituto Cardiovascular Hospital Clínico San Carlos
Los avances en investigación han permitido aumentar la esperanza de vida en relación a generaciones anteriores, motivo por el que el experto anima a “cuidar más a los pacientes para vivir más y mejor”.
El experto plantea el paralelismo de atender en “un taller donde las personas requieren de reparación” para explicar la importancia de fomentar la concienciación y que las pacientes “no necesiten acudir al hospital ni tomar estos fármacos”. En esta línea, insiste en fomentar hábitos de vida saludables como mantener una dieta variada o incluir el deporte en la actividad diaria.
En esta idea coincide el presidente de la SEC, Ángel Cequier Fillat, quien destaca la labor de los propios cardiólogos para poder concienciar ante las enfermedades cardiovasculares. El responsable destaca como una de las principales dificultades el aspecto asintomático de las mismas.
“La enfermedad cardiovascular es asintomática: no es fácil la concienciación ya que, tras la recuperación de un infarto, el aspecto físico del paciente es excelente”
Ángel Cequier Fillat, presidente de la SEC
En el contexto de celebración del Congreso de la SEC, los expertos celebran el inicio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) el próximo 31 de octubre y las iniciativas que ponen la salud y el medioambiente en el centro de encuentros internacionales médicos como el de la SEC, que va a congregar cerca de 4.000 especialistas.