Un estudio clínico de fase III, publicado en Nature Medicine, ha demostrado que controlar la hipertensión arterial puede disminuir el riesgo de desarrollar demencia y deterioro cognitivo. La investigación incluyó a cerca de 34.000 personas mayores de 40 años, residentes en áreas rurales de China, que presentaban hipertensión no tratada.
La demencia representa una de las principales causas de discapacidad y mortalidad a nivel mundial. En este estudio, se analizó el impacto de la reducción de la presión arterial en la disminución del riesgo de demencia de cualquier tipo, en una muestra de 33.995 personas mayores de 40 años con hipertensión no controlada que vivían en zonas rurales de China.
Para ello, se asignaron aleatoriamente 163 aldeas a una intervención llevada a cabo por personal comunitario no médico, mientras que otras 163 aldeas continuaron recibiendo la atención habitual.
En las aldeas asignadas al grupo de intervención, personal comunitario no médico previamente capacitado fue el encargado de iniciar y ajustar el tratamiento con medicamentos antihipertensivos. Este proceso se llevó a cabo siguiendo un protocolo sencillo de atención escalonada, con el objetivo de alcanzar una presión arterial sistólica inferior a 130 mmHg y una diastólica por debajo de 80 mmHg. Todo el procedimiento se realizó bajo la supervisión de médicos de Atención Primaria.
A lo largo de un periodo de 48 meses, el grupo de intervención logró una reducción neta de 22 mmHg en la presión arterial sistólica y de 9,3 mmHg en la presión arterial diastólica, en comparación con el grupo que recibió la atención habitual.
El grupo de intervención registró una incidencia significativamente menor de demencia por cualquier causa en comparación con el grupo que recibió la atención habitual, que era el resultado primario del estudio. Asimismo, los eventos adversos graves fueron menos frecuentes en el grupo de intervención.
De acuerdo con Julia Dudley, directora de investigación de Alzheimer’s Research UK, en declaraciones a Science Media Centre, «estos datos concuerdan con un informe histórico publicado el año pasado en The Lancet, que destacaba la hipertensión arterial no tratada como uno de los 14 factores de riesgo que explican casi la mitad de los casos de demencia en todo el mundo. Los medicamentos existentes y los cambios en el estilo de vida para reducir la presión arterial podrían suponer una forma más accesible de reducir el riesgo de demencia para las personas con hipertensión arterial».
Así, James Leiper, director de investigación de la Fundación Británica del Corazón, señaló, también a Science Media Centre que «desde hace tiempo se sabe que las personas con hipertensión tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia, especialmente demencia vascular». «Los resultados de este amplio ensayo, en el que se han utilizado tratamientos para la hipertensión ya muy extendidos, ofrecen pruebas sólidas de que un mejor tratamiento de la hipertensión podría reducir el riesgo elevado de demencia que conlleva», añadió.
«Será importante ver si esta reducción del riesgo se mantiene durante más tiempo que el periodo de seguimiento de cuatro años del estudio y si se observan efectos similares en otras poblaciones que reciben el mismo tratamiento», afirmó Leiper, que concluyó que «si es así, se podría recomendar un uso más amplio del tratamiento de la hipertensión en personas con esta afección para combatir el creciente impacto de la demencia».