Los gliomas presentan una alta probabilidad de recurrencia incluso después de una resección quirúrgica completa y no solo en el mismo lugar donde ya se encontraban, sino en otras partes distantes del cerebro. Esta tendencia se debe a su naturaleza infiltrante y a la heterogeneidad celular, lo que dificulta la eliminación total del tumor. En concreto, se conoce que los gliomas de grado III y IV son especialmente agresivos y tienen un mayor riesgo de recurrencia. Además, el glioblastoma, una forma de glioma de alto grado, es conocido por su alta tasa de recurrencia. Se estima que hasta el 70% de los pacientes con glioblastoma experimentan una recurrencia del tumor.
En este contexto, la recurrencia de los gliomas plantea desafíos significativos en su tratamiento y manejo, subrayando la necesidad de un seguimiento médico continuo y de estrategias terapéuticas personalizadas para cada paciente. Un novedoso estudio, realizado en ratones y publicado en PNAS, ha querido dar una respuesta a esto y ha analizado qué ocurre en el cerebro para que estos tumores vuelvan a crecer en él, mientras que rara vez aparecen en otras partes del cuerpo.
El análisis de las características y propiedades de las neuronas que inervan los gliomas aporta nuevos conocimientos sobre los factores que impulsan la formación y propagación de estos tumores cerebrales. Estos hallazgos también podrían ser clave para poder desarrollar nuevas estrategias de tratamiento que prevengan la recurrencia de estos cánceres. Además, el estudio supera un obstáculo que siempre ha estado dificultando la investigación al permitir visualizar y analizar las neuronas asociadas con los gliomas, y demuestra un avance significativo en la investigación de las interacciones entre los tumores y el sistema nervioso en general.
Efecto en las neuronas
Los gliomas se originan en las células gliales, que tienen un papel crucial en la formación y mantenimiento de los circuitos neuronales. Aunque ya era conocido que las neuronas establecen sinapsis con las células de glioma, no se había podido identificar la ubicación de los cuerpos celulares de esas neuronas en el cerebro, lo que dificultaba determinar su identidad. En este sentido, los investigadores lograron rastrear con éxito las neuronas que inervan los gliomas hasta sus orígenes, utilizando un virus de la rabia modificado para infectar solo células específicas y activar esas células al ingresar. El virus viaja desde la célula tumoral a lo largo de la neurona que está conectada a ella.
Los investigadores inyectaron células de glioma humano en cerebros de ratones y esperaron a que las neuronas se enlazaran con los tumores. Tras esto, aplicaron el virus de la rabia para activar y visualizar las células de interés. Esta técnica permitió obtener una imagen en la que los cerebros de los ratones se iluminaban, mostrando las neuronas brillantes que conectaban con el glioma. Los mapas obtenidos revelaron que los gliomas se integran en los patrones de cableado neuronal ya presentes en el cerebro.
Por otro lado, el equipo descubrió que la mayoría de las neuronas que inervan los gliomas y se extienden por diversas áreas del cerebro son del tipo que produce glutamato, una sustancia química clave en la excitación neuronal. Este hallazgo concuerda con investigaciones previas que sugieren que la excitación neuronal promueve el crecimiento de los gliomas y que la comunicación entre las neuronas y los gliomas involucra el glutamato. Sin embargo, algunos subconjuntos de las neuronas que inervan los gliomas a gran distancia mostraron signos de producir tanto glutamato como GABA, una sustancia química que inhibe la actividad neuronal. En ciertas zonas del cerebro, las neuronas cercanas al tumor parecían ser mayormente GABAérgicas.
Estos resultados sugieren que las neuronas que interactúan con las células de glioma son más diversas de lo que se pensaba hasta ahora, pero las implicaciones de esta diversidad para el crecimiento y la propagación del tumor aún no están claras.
Asimismo, también analizaron las propiedades eléctricas de las neuronas que inervan los gliomas y descubrieron diferencias significativas entre estas y neuronas similares en cerebros sin gliomas. Estas variaciones, tanto entre las neuronas normales y las que inervan los gliomas, como en las interacciones neurona-neurona y neurona-glioma, brindan pistas valiosas para los expertos que buscan maneras de intervenir en los procesos cancerosos sin afectar la función normal del cerebro. A pesar de los esfuerzos por tratar los gliomas con medicamentos efectivos en otros tipos de cáncer, la mayoría de estos tratamientos han fracasado, por lo que estos avances son imprescindibles para encontrar un tratamiento óptimo para los pacientes.