Sandra Pulido Madrid | viernes, 13 de octubre de 2017 h |

Un grupo de biólogos moleculares de la Universidad Autónoma de Madrid han relacionado la esclerosis lateral aniotrófica (ELA) con infecciones fúngicas en el cerebro de estos pacientes.

La investigación llevada a cabo en diferentes partes del cerebro de 11 personas fallecidas diagnosticadas con ELA amplía un estudio publicado en el año 2015.

“Utilizando anticuerpos específicos en cortes de cerebro de personas fallecidas hemos confirmado la existencia de hongos en todos los pacientes y eso a mí me parece espectacular”, explica a GM Luis Carrasco, catedrático de Microbiología y autor principal del estudio.

La investigación detalla que el análisis inmunohistoquímico reveló estructuras fúngicas tales como levaduras e hifas en la corteza motora, la médula y la médula espinal en once pacientes con ELA. Algunas estructuras fúngicas se localizaron intracelularmente e incluso intranuclearmente, lo que indica que esta infección no es el resultado de la colonización post-mortem.

“Mis conclusiones son que en el cerebro de personas con ELA hay hongos, cosa que ya dije en 2015. Y esta vez los hongos se han caracterizado con la última técnica más avanzada que hay que es la next generation sequence”, defiende el microbiólogo.

Los investigadores identificaron una variedad de géneros fúngicos que incluían Candida, Malassezia, Fusarium, Botrytis, Trichoderma y Cryptococcus. En general, una fuerte evidencia de infecciones micóticas mixtas en pacientes con ELA.

Por su parte, los neurólogos se han mostrado cautos ante la posibilidad de que las infecciones fúngicas sean la causa de esta patología.

El neurólogo Jesús Esteban, portavoz del Grupo de Estudio de Enfermedades Neuromusculares de la Sociedad Española de Neurología, aunque considera un estudio “muy interesante” cree que hay varios factores a considerar. “Los pacientes con ELA reciben en los últimos meses muchos tratamientos antibióticos y están ventilados con medidas invasivas con complicaciones infecciosas que les hacen más propensos a tener hongos”, afirma a GM.

Según el especialista, la evidencia debería ser confirmada en estudios más amplios con diferentes laboratorios. “Son datos un poco limitados para establecer tratamientos antifúngicos. Es algo para considerar, pero lo que creo es que se debe ampliar esta evidencia en individuos de reciente diagnóstico. En estos pacientes por el momento no se ha comprobado que padezcan este tipo de infecciones y es, probablemente, donde uno pensaría que este problema debería estar más presente”, resalta Jesús Esteban. Otra tema que veo es que no se ha reproducido en otros laboratorios. Nos gustaría que otros grupos confirmasen esos datos. Porque cuanto más se vea en otros grupos más seguridad hay de que eso es relevante. Hay que vigilar más los controles”, continúa. “El alzhéimer y la ELA son enfermedades en que las se producen depósitos conglomerados de proteínas anormales, a veces ese tipo de depósitos pueden capturar otras proteínas u otros agentes” y eso podría ser otra explicación, concluye el experto.