El Virus del Nilo (VNO) ha vuelto a hacer acto de presencia en Andalucía tras registrarse en agosto de 2020 el mayor brote detectado en esta comunidad. Actualmente se han confirmado tres casos en la zona del Bajo Guadalquivir, con desenlace fatal para una de las pacientes residente en Coria del Río.

A nivel nacional, el brote de 2020 se saldó con un total de 76 casos —40 confirmados y 36 probables— figurando 71 de esos casos en Andalucía y cinco en Extremadura, según determinó el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).

Aunque la mayoría de las personas infectadas por el VNO (70-80%) no muestran síntomas, aproximadamente 1 de cada 5 infectados presentan fiebre junto con otros síntomas como dolor de cabeza, corporal y de articulaciones, vómitos, diarrea o sarpullido. La mayoría de las personas con este tipo de enfermedad se recuperan completamente, aunque la fatiga y la debilidad pueden prolongarse semanas o meses. El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) apunta que menos del 1% de las personas infectadas presentarán enfermedad neurológica grave como encefalitis o meningitis, más frecuentes en mayores de 50 años y pacientes inmunodeprimidos.

Respecto a su prevención y abordaje, no hay vacunas para uso en humanos ni medicamentos antivirales específicos. El tratamiento es sintomático y de apoyo; y el periodo de incubación suele durar entre 3 y 14 días.

¿De dónde proviene este virus?

La Fiebre del Valle del Nilo Occidental (FNO o West Nile Fever en inglés) es una zoonosis causada por determinadas cepas del virus del VNO que se transmiten por mosquitos.

Culex pipiens

Este patógeno pertenece al género Flavivirus, de la familia Flaviviridae, y su principal reservorio son las aves silvestres o domésticas. Este virus se mantiene vivo gracias a un ciclo de transmisión natural mosquito-ave-mosquito, que se ve facilitada por la posibilidad de transmisión transovárica por la cual el virus pasa de la hembra a huevos y así a la siguiente generación de mosquitos, según recoge el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.  Los seres humanos y los caballos se consideran huéspedes (accidentales) finales, por lo que no trasmiten la enfermedad.

El contagio se produce, principalmente, a través de la picadura de mosquitos pertenecientes, en su mayoría, al género Culex, En particular Culex pipiens. Sin embargo, puede trasmitirse de forma excepcional a los humanos por otras vías como las transfusiones sanguíneas y trasplantes de órganos provenientes de donantes infectados, según recoge la información ministerial.

Las larvas de la especie Culex  son acuáticas ,como las del resto de mosquitos, y crían en todo tipo de recipientes, canales, y estructuras con agua, tanto limpias como en contaminadas. Se pueden ver en desagües, pozos negros, letrinas de pozo, y algunas veces en el agua de lluvia acumulada en recipientes desechados y en las cunetas.

Primer aislamiento del virus

El VNO se aisló por vez primera en 1937 de una mujer del distrito del Nilo Occidental en Uganda. Sin embargo, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), no sería hasta 1953 cuando se detectase en aves (cuervos y palomas) del delta del Nilo. Antes de 1997 no se consideraba patógeno para las aves, pero en ese año una cepa más virulenta causó la muerte de aves de diferentes especies que presentaban signos de encefalitis y parálisis.

Poco después, en 1999 una de las cepas que circulaba por Túnez e Israel llegó a Nueva York donde propició un brote epidémico que se propagó por todo el territorio del país. La OMS determina que la epidemia en Estados Unidos (1999-2010) puso de manifiesto que la importación y el establecimiento de microbios patógenos transmitidos por vectores en hábitat distintos del suyo propio representan un grave peligro para el mundo. Desde entonces, el virus se ha diseminado a lo largo de todo el país.

Presencia en Europa y España

La FNO se considera una enfermedad emergente en Europa debido a un incremento de casos y brotes desde 2010.

Por su parte, en España se ha documentado la presencia de virus del Nilo Occidental desde la década de los 80, según un artículo publicado por investigadores del CIBERESP y del ISCIII. Desde principios del siglo XXI se han detectado brotes en caballos en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Cataluña. Según los datos del estudio, en 2004 se detectó por primera vez un caso humano y en 2010, tras un aumento de detección de focos equinos en Andalucía, se identifican dos casos humanos. En 2016 se detectó de nuevo un brotes en caballos, que se acompañó de otros tres casos en personas. Mientras, entre los años 2017 y 2020 no se identificaron nuevos casos humanos y el número de brotes en caballos fue reducido, hasta detectarse el brote del año pasado.

Distribución casos de FNO humana Europa años 2011-2020/ Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Fuente ECDC)

El Ministerio de Agricultura recuerda que se trata del arbovirus más extendido en el mundo, encontrándose presente en todos los continentes excepto en la Antártida. Su distribución geográfica está ligada a las principales rutas de las aves migratorias, y las epidemias de mayor magnitud se han producido en los Estados Unidos, Israel, Grecia, Rumania y Rusia.

Actualmente es una enfermedad de declaración obligatoria a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y  la Unión Europea (U.E). La OMS considera su notificación como “evento que puede tener repercusiones de salud pública graves, es inusual o inesperado y se puede propagar internacionalmente con rapidez”.


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